27 diciembre 2007

parábola

A Luís Gil, en la Navidad del 2006, le regaló Norma, su mujer, una cafetera Nespresso. En su cumpleaños un surtido de Martínis. En estas fiestas el obsequio ha sido todo un Omega. No es que Luís pavonee de regalos delante de los amigos, lo que nos cuenta es que tiene un no sé qué, por la influencia compradora que ejercen en Norma las campañas publicitarias que utilizan la imagen de Goerge Clooney. Dice Luís, que en el momento que vea a Clooney presentando alguna novedad, deducirá lo que le va a venir.

En este camino de la explotación de la imagen, las cadenas de televisión rizan el rizo. Cogen un presentador/a, calculan su facultad de enganche al telespectador, y lo lanzan al estrellato, mediante una insistente promoción. En el momento, que vuelven a calcular que ya está el presentador/a en sazón, lo exprimen, lo utilizan para todo. Tanto para roto como para un descosido. Concursos, realitys, campanadas, campañas benéficas, “cameos” en comedias y telenovelas, todo lo que caiga a mano.

Lo malo es que del uso al abuso, hay una trecho muy corto. Tan corto que muchas veces el presentador o presentadora, no acaba de saber en cual de todos los programas está, confunde títulos, nombres, y lo que se presente. Y si eso, lo de la confusión, le pasa al presentador/a, ya me dirán lo que puede suceder en el telespectador. Desde la sensación de ¡ya está este tío, o tía, otra vez aquí¡, ¡este programa ya lo hemos visto¡ ¡¿es que no hay otro?¡ y unas cuantas cosas más, en la antesala del fastidio por la saciedad.

Algunas cadenas de televisión, esto de las reacciones por saturación lo deben de tener estudiado, todo deben de estar demasiado estudiado, y de cuando en cuando envían a “la nevera”, antes que se vuelva neura perdido, al presentador/a estrella antes que el hartazgo produzca la huida de la audiencia hacia otras cadenas.

En política sucede lo mismo. Los partidos, con las listas electorales, “arriesgan” tanto como las cadenas de televisión. Como si solo tuvieran Sota, Caballo y Rey sin darse cuenta que estas cartas no sirven para todos los juegos y que los que van a participar en la partida, los electores, empiezan a preguntarse ¿es que no hay más? Lo malo es que a lo peor, no hay nada más.

Fernando Martínez Castellano 26 Diciembre 2007

21 diciembre 2007

sombrero de copa

Nada de gorrillas, cachuchas, boinetas ni apodos así, que suenan a despectivos. Tengamos respeto a una actividad consentida, casi mimada, desde los estamentos municipales. Por ello propongo, a la autoridad competente, que se dejemos de lado el desdeñoso apelativo de “gorrilla” por otros más en consonancia con los beneficios económicos que perciben los personajes que se dedican al menester de cedernos las plazas de aparcamiento, que resguardan a golpe de amenaza rayadora y punzante. En Invierno, fiestas y derroches, podrían denominarse “sombreros de copa relucientes como tricornios acharolados”, además de que aportarían glamour, la medida nos sacaría en un montón de teles de todo el mundo mundial. En verano, y dada nuestra recién descubierta vocación de acogedores de eventos y eventazos, se sustituiría su denominación, esta si que sería una sublime “denominación de origen”, por la de “Panamás”, refinado sombrero donde los haya, pese a tener evocaciones tropicales, pero también en esto seríamos unos avanzados, muy al día con el, aun más reciente divulgado, cambio climático.

No se quien dijo aquello de “si no puedes con tus adversarios, únete a ellos”, pues eso mismo. Si nuestras autoridades municipales son incapaces de limitar el número de chantajistas del estacionamiento que pululan, con gran olfato, por las zonas en las que no se encuentra un miserable hueco; si como usuarios nos acongojamos ante un tío que apenas disimula sus herramientas de coacción; si de un momento a otro los amenazadores van a exigir que la “cuota” se incremente con el IPC interanual etc., etc., si está sucediendo, entre reniegos, ineficacia de la Policía Local, vacíos legales, lamentos, miradas de reojo a la pintura del coche, despedidas a las ruedas, adioses a las escobillas, todo esto desde hace unos cuantos años, pues no habrá más remedio que “oficializar” la inevitable presencia de los “gorrillas”, “sombreros de copa”,“panamás” en las calles de nuestra ciudad. ¿Qué cómo se hace? Pues, con un Negociado, municipal o autonómico, con nombre rimbombante, con tres asesores como mínimo, con una cinta y unas tijeras para su inauguración. ¿Qué no serviría para nada? Pues claro, pero alguien podría decir que había hecho hasta lo absurdo para solucionar el problema.

Deseo que mañana les toque la lotería, que coman, conejo por supuesto, cuanto les plazca, que tengan buenas digestiones, que no les gasten ni una inocentada más y que sean felices.

Fernando Martínez Castellano 18 Diciembre 2007

Publicado en Las Provincias 21 Diciembre 2007

15 diciembre 2007

todo previsto

Cuando los españoles éramos más pobres y menos consumistas, la Navidad solía llegar el día 22 de Diciembre, agarrada a los sonsonetes de los niños de San Ildefonso. Ahora, como somos unos insatisfechos del presente, nos pasamos la vida, empeñados en traer, cuanto antes, la línea del horizonte hacia nosotros. Deseamos palpar la Primavera en Febrero y que en Agosto nos achuchen las agudas cantinelas de los villancicos. De puro inocentes, hemos convertido el día de nuestros santos patronos en algo perpetuo, todos los días son 28 de Diciembre.

Pero, dentro de lo que cabe, en Diciembre todo está previsto, todo se repite un año y otro año. En las televisiones volverán a emitir las mismas ñoñerías en las mismas fechas que el año pasado. Las pantallas de los cines se llenarán de películas, continuación o segundas partes de las de hace doce meses. Los bolsillos seguirán vacíos. Los adivinos no acertarán una. Reincidiremos hasta en las listas de buenos propósitos para el próximo año. Lo de siempre.

¿Y los políticos?, los políticos no pueden dejar de ser políticos ni en estas fechas. No nos dan un día de tregua. Es más, son los días en los que aprovechan que se está entre ilusiones, para sacar de todo de la chistera. Nada por aquí, nada por allá. Si hay que acudir a la fantasía, pues se acude al pasado mañana, a los dibujos animados, al photoshop, a Julio Verne, a Arthur Clarke y a lo que haga falta.

El Conseller de Infraestructuras y Transportes, en lugar de explicar como va a resolver su Consellería los numerosos incidentes, descarrilamientos incluidos, que sufre el Metro de Valencia, en lugar de emprender, de una vez, su Consellería la renovación de un chirriante, destartalado, material rodante que además de incidentes ha causado Accidentes, en lugar de ver el ahora, el Sr. Conseller, se saca del cajón de los inventos del Profesor Frank de Copenhague, unas líneas de bus sin conductor para no se sabe cuando.

Los descreídos, que cada día debemos de ser más, vamos a colocar lo del autobús sin conductor en el estante de los sueños quiméricos, allí tendrá como vecinos un tranvía sobre el Puente del Nueve de Octubre, otro tranvía orbital, los buses por las Rondas Norte y Sur, un par de túneles, la Torre Armilar, el Museo de la FIFA y unas cuantas inocentadas más.

Fernando Martínez Castellano 11 Diciembre 2007

Publicado en Las Provincias 14 Diciembre 2007

07 diciembre 2007

tener y mantener

Si pudiésemos oír las conversaciones que mantienen las semanas, ahora mismo las percibiríamos atropellándose para salir de este extraño año ¡Vale, vale que nos vamos!, ¡que ya no nos queda nada!. Por suerte, esa suerte tan buscada y tan huidiza en Diciembre, tampoco nos llegan sus lamentos de con que inutilidad las hemos ido quemando. O eso parece.

Y es que todo lo quemamos, no solo las fallas, es lo de menos, no solo los coches, que es lo de más. Nerón y Roma se van a quedar chiquitos a nuestro lado. Ahora, asombrados, acongojados, espectadores y victimas, todo en uno, asistimos al diario espectáculo de la destrucción de un nivel de unos precios que ya, resignados, teníamos aceptados como un mal menor, como los últimos coletazos del transito de la peseta al euro. Ahora con un redondeo muy sospechoso, se están colando unos nuevos precios que ya de escandalizar ya no escandalizan. Hacer referencia a lo que, en el lejano 2000, costaba tal o cual producto, de esos que tenemos a la vera, es como repasar las historietas del Abuelo Cebolleta. Siete años como siete décadas.

Me decía Emma León que ha tomado la costumbre de hacer una pequeña invocación en las mañanas antes de ir a la compra, ¡Virgencita, Virgencita, que los encuentre como la última vez!. Hay tanto susto, que nadie piensa en bajadas grandiosas, se conforma con que no suban más.

Futurólogos optimistas auguran que los precios, a partir del lunes próximo, se van a ir por las nubes. Los pesimistas solo lloran.

Hace unas semanas en la China de los prodigios, en unas rebajas hubo tales avalanchas de compradores que en una de ellas, se produjeron tres muertos. Allá en China, como todo es a 100, las liquidaciones tienen que ser el desideratum. Por un momento, pensemos qué puede pasar aquí, que somos de sangre caliente, si un día la velocidad que se aplica para las subidas, se aplicase para bajar, no habría tres muertos, la cifra de fallecidos sería mucho mayor. No por las aglomeraciones, ya no quedará un duro en los bolsillos para gastar, será por el pasmo. Que de impresión también se muere.

Y de impresión, de mala impresión, estuvimos muchos valencianos a punto de doblar el cuello, al ver el programa “Callejeros” dedicado al ¿Cabanyal?,emitido por la Cuatro el viernes 30 de Octubre.

Fernando Martínez Castellano 4 Diciembre 2007
Publicadd en Las Provincias 7 Diciembre 2007

30 noviembre 2007

y eso, ¿qué es?

A más de un cliente se le quedó la cara a cuadros cuando leyó el cartel pegado a la máquina de cortar el pan, “out of order”. Unos se palpaban la cara para constatar que estaban despiertos. Otros salían a la puerta para reconocer que se hallaban en la calle Guillén de Castro. Otros le pegaban un vistazo al periódico para confirmar que seguían en Valencia. Con lo fácil que es escribir “averiada” y lo pijo que es poner “out of order”, pero muchas veces es que somos así, o a lo peor es que lo “posh”, lo “dork”, lo bobo forma parte del decorado del negocio, sea una panadería, una funeraria o es que quizás quisieron hacer alusiones a la 33 Copa del América.

Los avisos tienen que ser muy claros, ya que pese a ser patentes a veces no se entienden o mejor dicho no se quieren entender.

En uno de los laterales de la Iglesia del Patriarca, en Valencia, en la calle del Beato(habrá que actualizar que ya ha ascendido a la categoría de Santo) Juan de Ribera, calle estrecha, toledana, hay una leyenda en el muro “Se prohíbe que persona alguna de cualquier posición o edad se ensucie en las calles”. No se cuantos años lleva la frase grabada allí. Debían de se bastante marranos los valencianos, en los tiempos en que tuvo que ser escrita, casi debían de ser tanto como ahora mismo, porque mira que hay zonas en las que está presente, demasiado presente, una persistente pestuza a orines.

Puestos en carteles, tampoco vendría mal llenar algunos zonas de Valencia con bandos, incluso de Alcaldía, indicando e insistiendo con que está prohibido pegarle fuego a los coches. Dada la situación actual de quemas a diestra y siniestra, esto está pareciendo la cuarta entrega de Mad Max, dado el pase de pelota que se llevan entre la Policía Local y la Policía Nacional, dado que de aquella coordinación policial nunca más se supo, dado que los Policías de Barrio desaparecieron tras alguna campaña electoral, dado que los pirómanos desde hace unos cuantos años, en esta ciudad, cabalgan a sus anchas, pensemos que aburridos, mientras eligen otro coche al que van a socarrar, les da por leer uno de los carteles que les recuerde que si juegan con fuego se harán pipí en la cama. Igual surte efecto. Por probar que no quede, como están tan locos.

Fernando Martínez Castellano 26 Noviembre 2007

Publicado en Las Provincias 30 Noviembre 2007

25 noviembre 2007

no me quieras tanto

“No me quieras tanto, ni sufras por mi”, repetía la copla de Quintero, León y Quiroga. La canción iba por los derroteros de amores y desamores pero hay que ver las ganas que da cantarle ese estribillo, con música o a capela, a todos los candidatos que se van a presentar en las elecciones de Marzo próximo.

De aquí a entonces, a Marzo, ojala nos dejen una tregua en Navidad para digerir los excesos, nos esperan gotas frías, chaparrones y diluvios de promesas electorales. Los posibles y los imposibles, ilusiones, cuentos de hadas, se nos van a colar por todas las rendijas, van a buscarnos y lo peor, para nosotros, es que hasta nos van a encontrar. Pero después de tantas campañas, de tantos compromisos incumplidos, no tenemos más remedio que prevenirnos con la razón, la memoria y unas gotas de duda para que nada nos sorprenda.

Cuando las cabezas pensantes, o no, comienzan a caldear los meses previos, anticipando ofertas destinadas a generar titulares de prensa o entradillas para telediarios, a más de uno nos viene a la cabeza aquella frase de Tierno Galván que de puro estúpida, en su momento, ha llegado a ser una cruel realidad, “Las promesas, los programas, electorales están para incumplirse”. Tanto escuchado, tanto leído, tanta comparación entre lo dicho y lo hecho, nos ha llenado las alforjas de desengaño, tanto que llegas a cuestionar, ¿será verdad?, cuando dice un político profesional que los Viernes siguen a los Jueves.

Ahora mismo, ¡Ay no me quieras tanto!, nos vuelven a prometer, por el momento lo ha hecho el PP, luego lo hará el PSOE, una bajada del IRPF que nos va a dejar boquiabiertos. Esto de bajar los impuestos ya viene de lejos, nos los están “bajando” desde no se cuantas legislaturas, pero no se porque misterio cada vez pagamos más, y no hablemos de tasas, ni de céntimos sanitarios, ni de la cadena de impuestos indirectos.

¡No sufran por mí!, ustedes, los que van a formar gobierno, los que ya lo forman, controlen el gasto, que no se les escape el despilfarro entre los mimbres del cesto, que no haya tanta bolsa de engaño, apliquen eso de la justicia distributiva. Cumplan. Con eso ya nos daríamos por satisfechos, tanto que iríamos a votar aunque las promesas fueran con los píes tocando la tierra.

Fernando Martínez Castellano 20 Noviembre 2007

Publicado en Las Provincias 23 Noviembre 2007

16 noviembre 2007

por las calles

Ya hace unos cuantos meses, diría que años, que mi amigo José María, cámara digital en ristre, se lanzó a recorrer las calles de Valencia. Dejó de lado lo ya millones de veces fotografiado, hasta muy bien fotografiado. No quiso competir con nadie. Lo hizo por pura satisfacción, por volver a pasear por algunas calles, por conocer otras muchas nuevas, solo para mostrar todo lo que ha ido recorriendo y reconociendo durante unos cuantos meses, que suman unos cuantos años. José María ha fotografiado patios, portalones, puertas, aldabas, balcones, cerámicas, rótulos, todas las cosas que tenemos ahí, que muchas veces vemos pero que no observamos. Ahora, nos ha obsequiado, a cada uno de sus amigos, con las fotografías que nos regresan a las casas en que habitamos en los tiempos que compartimos colegio, adolescencia y mil historias.

Metidos en calles, hay que reconocer, mejor dicho la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Valencia tiene que percatarse que la inmensa mayoría de las calles de esta ciudad, están pidiendo a gritos una capa de asfalto. Tenemos infinidad de calles rotas, quebradas, agrietadas, bacheadas, onduladas y no se cuantas cosas más. Esto no es cuestión de aquello de las “72 horas”, que con tanto bombo y platillo se lanzó a los cuatro vientos, aquello de usted telefonea y en un abrir y cerrar los ojos le damos una pasada de aguaplast y todo resuelto, por cierto, visto lo visto, ya no se sabe si el invento sigue vivo. Esto es cuestión de tomárselo, de una vez, en serio. Luego, si quieren, cada calle asfaltada, eso sí acabada, véndanla, publicítenla como una inauguración, con su corte de cinta y todo, hagan lo que quieran, hasta aprovéchenlo electoralmente, pero hagan lo imposible para reparar calles, vías y grandes vías de una ciudad que les es tan agradecida. Claro que nos pueden decir, desde la Junta de Gobierno, que falta dinero, pero también es meridianamente claro que los ciudadanos les podemos contestar que distribúyanlo mejor, que armonicen, Ayuntamiento y Consell, los gastos en grandes proyectos con las cosas de andar por casa. No hay que hacer encuestas para conocer el problema, a lo mejor solo hay que observar un poco. Solo hay que dar un vistazo a esta Valencia a la que, en los últimos tiempos, le están creciendo los desequilibrios.

Fernando Martínez Castellano 13 Noviembre 2007

Publicado en Las Provincias 16 Noviembre 2007

08 noviembre 2007

primos

Desde hace unas semanas quería hablar de un primo mío, pero, en el ínterin, Octubre nos trajo de todo, vinieron las lluvias, las goteras, las inundaciones, las fuerzas del más allá hicieron desaparecer a Plá y Rajoy de una ocurrencia para reforzar unas declaraciones, puso en solfa a todos los primos, incluido aquel protector musculoso de zumosol. Por un tiempo, cuando nos refiramos a los primos no tendremos más remedio que acordarnos de Rajoy, igual es una argucia electoral, como cuando mentábamos a los hermanos nos aparecía la pesadilla de Alfonso Guerra, o como cuando nos asoman por el horizonte la infinidad de cuñadísimos que orlan la historia de España.

Decía, porque como Rajoy y como casi todos los españoles, también tengo primos, uno de ellos muy especial, más que primo, al que en el pasado Septiembre, no se le ocurrió otra cosa que tener un pequeño, pero acongojante, achuchón, resuelto por fortuna con prontitud mediante un by-pass que le ha descongestionado el tráfico sanguíneo alrededor de su molinés corazón. Ahora, como no para de leer, que los unos y los otros montan unos saraos de no te menees con cualquier inauguración, él piensa que si se hace eso por un camino comarcal de nada, que él no se va a quedar atrás con todo un by-pass en marcha, total que está por alquilar, como Louis Vuitton, el Mercado Central, para la celebración de un festival por todo lo alto.

Hablando del Mercado Central, me ha venido al teclado los vértigos, mañana serán dolores de cabeza, que está produciendo la continua subida de los precios en la alimentación. Esta vez la excusa, siempre se echa mano a la complicidad de las excusas, es el encarecimiento del precio de los cereales por su empleo como biocombustibles. Historias, historietas, por no decir mentiras, porque en ese saco han metido productos que nada tienen que ver, por ejemplo las cebollas. En este mar revuelto de los precios, hay mucho pescador. Aquí y ahora se huele la especulación. La utilización del euro ayuda. Parece que no se quiera recordar que 50 centimitos de nada, equivalen a ochenta y tres de las viejas pesetas y subidas así entonces, hace solo cinco años, no se solían hacer.

Y aun no han llegado las Navidades, ni la fiesta de mi primo, que igual la utilizan, como pretexto, para subir el jamón.

Fernando Martínez Castellano 7 Noviembre 2007

02 noviembre 2007

despelote

Las excusas, más o menos como las que empleaban algunas “actrices”, en los prehistóricos tiempos del destape, que siempre se amparaban en el “si lo exige el guión” para quedarse en bolas y casualidades el guión siempre lo exigía y si no, le hacían un apaño, al guión, aunque tuvieran que meter, en la película, la escena con calzador.

Ahora estamos volviendo al destape, a todo el mundo le ha dado por hacerse fotografías despelotado/a, mostrando tatuajes y recortes de bisturí, siempre asegurando que es por y para “una buena causa”.

Un día, alguien cayó en la cuenta de que podía sacarle rendimiento al machaque que se estaba pegando en el gimnasio. Así entre pesas, rayos uva, ayuditas químicas y la colaboración de alguna que otra liposucción, empezaron a brotar como champiñones, calendarios, láminas y camisetas grabadas con los cuerpos de bomberos de todas las ciudades de España. Tras la estela de los bomberos se engancharon los policías locales, deportistas, el Club de la Oreja Fina, una concejala de Lepe, sin olvidar a un ciudadano catalán, que hasta salió elegido pese a tener las propuestas tan desnudas como el cuerpo. El penúltimo, el último no ha llegado pero llegará, colectivo que se ha apuntado a la cosa, ha sido el fallero, mejor dicho las falleras de una falla de Silla con sus moños, peinetas pero sin corpiños, pañuelos y manteletas.

Luís Gil a su vuelta de Praga, casi tres meses perdido en una ciudad que lo ha atrapado, se pegó un hartazgo de repasar prensa atrasada, Luís es de los que mantiene que los periódicos hay que leerlos en papel, se dio de bruces con las fotos de las falleras de Silla. Como platos se le quedaron los ojos.

Esa noche, Luís, cenó demasiado, luego tuvo un montón de pesadillas. Igual se veía reuniendo a los de Puerto Hurraco para hacer un calendario, convenciéndoles que los michelines, canas y arrugas las repara el fotoshop en un plis plas, que en otra persuadía a 366 conocidos de conocidos, para crear un almanaque de sobremesa.

Al recordar las pesadillas a Luís le entran escalofríos solo de pensar que ya están cercanas las elecciones y a algún candidato/a, justo quien está usted pensando, le dé, en un ataque de originalidad, por posar como las falleras de Silla, pero sin peinetas. Va a recoger firmas para intentar remediarlo.

Fernando Martínez Castellano 30 Octubre 2007

Publicado en Las Provincias 2 Noviembre 2007

29 octubre 2007

piano, piano

Visto lo visto, oído lo oído, leído lo leído, parece ser que lo mejor va a ser no pedir prisas. Que vayan a la marcheta y los demás a morderse un poco las ganas de sacar recordatorios de fechas. Que se acabe, acumulando retrasos, pero que se acabe bien. Los empeños, ligados a promesas electorales y la calidad, son dos elementos que no suelen encajar.

No crean que me estoy refiriendo al Palau de les Arts, al ascensor del escenario averiado, a la sala con mala audición, a la otra sala aun no estrenada e inundada, a la retirada de un par de centenares de butacas por visibilidad cero, a los sótanos anegados, a los sobresaltos cada vez que el Servicio Meteorológico anuncia que se va a abrir el cielo o muchas otras incidencias causadas por la necesidad electoral de estrenar de pressa i corrents. No, no quería hablar del Palau de les Arts en el que inaugurado, reinaugurado y vuelto a inaugurar, hay que rascar aun mucho, para que acabe justificando los sobre costes, las prisas y más cosas.

A lo que quería referirme es a la llegada del AVE a Valencia. Visto, oído, leído más lo que nos queda por ver, oír y leer sobre cuanto está sucediendo en Barcelona, no fotamos la cosa, no demos prisa, no sea que acaben echándonos la culpa de que todo pasa por ser unos “nerviosets”.

Hace años, cuando ya se había descubierto que la línea recta es la más corta entre dos puntos, soportamos, con más paciencia que un hincha del Levante, que nos anduviesen entreteniendo y distrayendo con cuatro o cinco recorridos Valencia-Madrid en los que no se pasaba por Vigo de puro milagro. Se perdió tiempo y tiempo, discutiendo los tapizados de los vagones, mucho antes de que se allanase un metro de tierra. No creamos que ahora, se vaya a recuperar en dos años el retraso de un par de décadas. No seamos ilusos. El déficit en infraestructuras que arrastramos, por ser como somos, no se soluciona ni en un par de años, ni en tres elecciones. Eso está ahí, ahora bien que se prevea que cuando lleguen las vías a Valencia, del lío de Barcelona se tienen que extraer experiencias, el caos, que habrá caos, sea lo más llevadero posible.

A estas alturas de las obras, tanto da el 10 como el 11. Eso si, exigiendo Calidad y Seguridad.

Fernando Martínez Castellano 23 octubre 2007

Publicado en Las Provincias 26 Octubre 2007

19 octubre 2007

el polen de la rosa

Resulta difícil ponerle titulo a un artículo de este tipo. El título es como un resumen en tres o cuatro palabras. Hubiera podido bautizarlo como “La Cocina del Infierno”, pero me sonó muy cruel.

Inicio contando una canallada, que sufrí en carne propia. No hacía ni un mes que había sido elegido Alcalde de Valencia, cuando llegó a mis oídos que un diputado por Valencia, J.C., propalaba en Madrid, en el Congreso de Diputados, la calumnia que desde la Alcaldía de Valencia se había dado ordenes para que la Policía Local reprimiese una huelga del transporte. Como lo de la represión no calaba, el muy infame, se fue por otros caminos, tan falsos como los anteriores, con el ánimo de lanzar cieno sobre mi persona. Y lo lanzó y vaya si lo lanzó.

Se han ido reemplazando, a lo largo de los recientes años de democracia, casi todos los personajes de las cúpulas del PSPV y del PSOE, por cambiar hasta han cambiado las sedes, en Valencia y en Madrid, sin embargo, los procedimientos de machaque, de cruel destrucción de la persona permanecen, diría que hasta se mejoran. Si mutaron ejecutivas (de ahí lo de ejecutores) y edificios (no cabe achacarles pues eso de lugares enfermos), se puede suponer que los instintos destructivos deben de transmitirse mediante otras vías, por ejemplo el polen de la rosa.

Por cierto, a mi personalmente, cada día me cuesta más hablar del PSPV, del PSC, de la FSM. Todo eso es una enorme farsa para distraer al personal. Todo es PSOE y nada más. Todo pasa bajo el visto bueno de Ferraz. Muy recientes los experimentos, en forma de estatutos o candidatos municipales, fueron de Ferraz. Las facturas, en este caso si que hubo facturas, las han pagado otros.

El gran pecado de J. I. Plá, fue no dimitir en la madrugada del 28 de Mayo, horas después del gran batacazo, pronosticado, que se pegó el PSOE en las elecciones Autonómicas y Locales en la Comunidad Valenciana. Plá debería de haber presentado su irrevocable dimisión. Plá no la presentó, es más el Comité Nacional de su partido apoyó su continuidad hasta el siguiente Congreso Ordinario. Plá no valoró entonces, le hubiera bastado mirar hacia atrás, hacia la historia reciente, las dimensiones de la crueldad, de la saña, de algunos de sus “compañeros” de partido. Se han amparado sus “matadores” en eso tan indefinido como es decir “el partido”, cuando todos saben que se usa el término “el partido” con la misma maestría que los sicarios manejan el embozo. No lo han destrozado en el campo político, porque no pudieron, Plá tenía apoyos. Se han ido por donde más duele, por donde le iban a dejar solo, por el ataque personal.

Vamos a ver, en estos momentos, lo que se ve desde la calle, desde la gente de a pié, lo único que llama la atención es que el ciudadano J. I. Plá solicitó una licencia de obras por un importe muy inferior a las obras que se iban a realizar, igual que en miles de reformas en cocinas, baños, áticos y sobre áticos.

Pero esto no cala, había que dar más morbo, había que arrojar la duda sobre la honradez, no les tembló la mano, la arrojaron y se fumaron un puro. Y si no hubiera habido bastante hubieran echado mano a los padres de Madeleine o a Lee Oswald. Han pasado los años, los métodos no cambian, la sonrisita de los esbirros tampoco.

¿Ha sido Plá el único culpable, de que elección tras elección, el voto socialista, por estas tierras haya caído hasta las profundidades? ¿Ha sido Plá el único culpable de la escasa (nula) renta electoral que sacó su partido de un acontecimiento del calado de la 32ª edición de la Copa del América? ¿Ha sido Plá el único culpable de haber perdido las alcaldías de Paterna, Torrent, Paiporta? ¿Ha sido Plá el único culpable de haber querido mantener alcaldes, en el “cinturón rojo”, por los siglos de los siglos? ¿Ha sido Plá el causante de que en Paterna militantes del PSOE hicieran campaña a favor del candidato del PP? Si Plá es el único culpable de todo esto, la democracia interna en el PSOE debe de estar por los suelos.

J. I. Plá puede haber sido un Secretario General muy malo, un Jefe de la Oposición aún peor, pero no ha estado solo en esa pésima travesía de un desierto repleto de cañas por el que está pasando y pasará el PSOE en la Comunitat Valenciana.

El teléfono de Plá dejará de sonar. Ahora solo sus buenos amigos le acompañarán en las caminatas de la mañana.

Fernando Martínez Castellano 19 Octubre 2007

hasta la próxima

Dicen, de uno que, todos los días, le pedía a Dios, que le tocase la lotería. Harto de tantas súplicas, un día, el buen Dios, le dijo al insistente “Te echaría una mano en algún sorteo, si al menos comprases un décimo”. Este cuento nos debería sonar a los valencianos. Aquí se arriesga demasiado con que la Providencia nos cubra las espaldas y a veces le pedimos mucho. Los hechos se repiten, como si no supiésemos de la inestabilidad que viene con las primeras semanas de todos los Otoños.

Las lluvias, las gotas, frías o calientes, nos dejan con las vergüenzas al aire. Las vergüenzas y las faltas de previsión. Prevenir debe de ser caro. Pero no todo es cuestión de barrancos, cañotes, paseos marítimos que actúan como presas, alcantarillados que no han crecido al ritmo de la población, de planeamientos urbanos inexistentes, hay más cosas. Bajo el paraguas, ¡ay el paraguas!, del desarrollo, se está consistiendo demasiado.

Juan Ponce y su esposa quisieron pasar cuatro días, de la semana acueducto en un Hotel con muchas estrellas y mucho Sol al píe del Peñón de Ifach. Le instalaron en el decimoquinto piso. Unas vistas magníficas sobre las Salinas hasta que….

Llegaron las lluvias sobre Calpe, con ellas todos los problemas producto de la negligencia y/o de las nulas inspecciones necesarias para la seguridad de un establecimiento con doscientas habitaciones. El hotel, inundadas sus salidas, se convirtió en una cárcel, de allí no se podía mover nadie. Juan no tuvo más remedio que, previo pago, prorrogar un día más su estancia. Al inundarse los sótanos falló la energía. Fallaron los ascensores, el suministro de agua y por fallar, fallaron hasta las obligatorias luces de emergencia. Goteras. Todo a oscuras. Ni un generador. Ni un cabo de vela, ni una linterna, solo la luz de las pantallas de los móviles. Quince pisos arriba, quince pisos abajo. Así, tarde, noche y mañana. Ni una explicación. ¿Quién inspecciona la seguridad de estos establecimientos?

No cabe la excusa de una gran tormenta, hay diferencias entre un campamento indio y un hotel cargado de estrellas.

Al abandonar el hotel a Juan, no le devolvieron ni un céntimo, llenó una hoja de reclamaciones, después me lo contó a mi y yo se lo cuento a ustedes. Es una historia real.

Fernando Martínez Castellano 16 Octubre 2007

Publicado en Las Provincias 19 Octubre 2007

13 octubre 2007

más allá del negro

¿Cómo se distinguen en la ciudad los llamados “puntos negros”? ¿Por las obras que se realizan para quitarles peligrosidad? ¿Por los carteles que avisan que se está en las cercanías de un cruce de escalofrío? Nada de todo esto.

Les llamamos puntos negros son reconocibles por la arenisca que arrojan los bomberos sobre los líquidos desparramados en el asfalto tras un choque. La arena esparcida ejerce de instantáneo “avisador”, pero al cabo de unas horas desaparece, el continuo paso de vehículos la dispersa.

Hace ahora cincuenta años que el Puente de Campanar, a la izquierda de la Petxina, prolongación de Pérez Galdós, saltó a la fama fotográfica por ser uno de los primeros lugares en los que el Turia se salió de su viejo cauce. Imágenes del Puente de Campanar al que pasaba por abajo y por arriba un Turia enfurecido, encontrarán ustedes, en todos los reportajes, exposiciones, recopilatorios que recuerden la riada de 1957.

Ya han transcurrido cincuenta años y aquel puente, entonces con muy escaso tránsito rodado, por el que caminaba el ganado, pacientemente como si supiera lo que le esperaba, camino del Matadero, se ha convertido en uno de los puntos blancos, negros y en technicolor con mayor incremento de tráfico en Valencia. Y en los dos cruces, en las dos orillas, Petxina y Tirso de Molina se vienen produciendo, con demasiada asiduidad, percances perfectamente evitables que hacen que el puente no descienda en la escala de la fama.

El sábado 6 de Octubre, a media mañana, en el cruce del Puente de Campanar, inicio de Maestro Rodrigo, con Tirso de Molina se produjo un terrible, se queda corto el adjetivo, accidente. Vete–a-saber que número es en lo que llevamos de año. Y aquí, no hay quien haga nada, además de atender a los accidentados, sacarlos del coche machacado, acostarlos en una camilla, evacuarlos hacia La Fe, extender la arena sobre los restos, retirar los plásticos, ya no se hace nada más, o así lo parece. Como si no se pudiera hacer nada, el sino.

Alguien tendrá que calentarse el cacumen ante tanta insistencia del accidente o de la imprudencia. Durante segundos todos los semáforos del cruce en rojo, es lo mínimo que se puede hacer. Desde ahí, a todo lo que sea, para evitar tantos golpes.

Fernando Martínez Castellano 8 Octubre 2007

05 octubre 2007

escaparateando

Invento al canto, el palabro escaparateando, gerundio de escaparatear, todo un trabalenguas.

Al cabo de veintimuchos años los comerciantes del Centro Histórico han reconocido que la idea que entonces se les expuso de peatonalizar algunas calles, no era tan descabellada, ni mucho menos, tanto que ahora sugieren, desde su Asociación, el incremento del número de vías en las que se limite el tráfico rodado. Atrás, muy atrás, quedaron las duras resistencias a que las calles Ribera, Passeig de Russafa y Convento Santa Clara, fueran la proa de la peatonalización en Valencia.

Han pasado unos cuantos años, y los comerciantes del centro han acumulado tantos viajes a Centro Europa, que la mayoría se ha convencido que lo de escaparatear y comprar, se hace mejor sin estar pendientes del acoso de los vehículos. Un Centro Histórico en el que se da preferencia al peatón, es un potente imán para el turismo que visita cualquier ciudad, sea Budapest, Londres, o Cefalu. Valencia no tiene porqué ser la excepción, es más nuestro clima, por lo menos antes de este loco 2007, impulsa, durante muchos meses del año, al paseo, relajo consumista, incluso hasta empuja a acomodarse en alguna cafetería para ejercer el ritual de ver caminar a otros.

La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico ha presentado al Ayuntamiento de Valencia, una lista de proposiciones muy interesantes, para ellos y para la ciudad. No han pedido ni la Luna ni los Anillos de Saturno, todo muy posible, aunque algunas de estas propuestas estén durmiendo el sueño de los justos desde ni se sabe. La peatonalización de un número mayor de calles, la mejora del transporte público, la creación de nuevos aparcamientos, la armonización del mobiliario urbano, todo es muy factible en una ciudad que quiere avanzar por todos lados. Las peticiones saldrían por cuatro perras, sin llegar a comparar con otras inversiones, que se están produciendo, menos seguras y más evanescentes.

Ahora bien, que nunca olviden los Comerciantes del Centro, que por las calles peatonales se tiene que dejar espacio suficiente para que puedan caminar los viandantes, que también tienen algo que decir en esto. Peatonal viene de peatón, no de sillas y mesitas a porrillo, ejerciendo de embudo.

Fernando Martinez Castellano 2 Octubre 2007
Publicado en Las Provincias 5 Octubre 2007

28 septiembre 2007

la sorpresa

Hoy iba a hablar de los ataques que, en las últimas semanas, se están produciendo contra el Rey. Primero unos niñatos nacionalistas quemaron imágenes de los Reyes, luego a estos pirómanos fotográficos se les han sumado, enarbolando la bandera neo-republicana, los periodistas que más han presumido de “liberales e independientes”, los que más han alardeado de defender la Constitución, los que ven rupturas por todas partes.

En este País, en el que cada día vende más el despelleje, agotada la carnaza folclórica y torera, hay que seguir dando caña a quien sea, sale gratis y produce beneficios.

Se les ha quedado pequeño ZP, ya es caza menor, ahora la pieza tiene que ser mayor. Nada de medias tintas. A la cabeza. ¿Por qué no pedir, desde los micrófonos de una emisora, respetada antaño, la abdicación del Rey? Pues la piden, tan panchos, y de paso se promociona el libro de un amiguete. Hay que vender libros, importa un pito si se enfanga al Rey, a Adolfo Suarez, que merece de una vez un homenaje nacional, o al Panto de Sevilla. La pasta es la pasta. Se ha pasado de las memorias de los que intervinieron directamente en los duros años de la Transición, a las filiales interpretaciones de conversaciones medio oídas, escritas por espabilados a caballo entre la indiscreción y la mentira.

Con esto estaba, cuando me di con la noticia de que se acaba de descubrir, en medio de una gran sorpresa, un refugio en la Gran Vía de Germanías. En un principio pensé que debía de tratarse de algún resto del sitio de Valencia por las tropas napoleónicas. Continuó mi asombro al leer que el refugio era de la Guerra del 36, que el refugio era el que una vez finalizada la contienda civil se habilitó como iglesia, que el refugio era al que te llevaban tus padres a oír Misa en el cuarenta y seis. Ahora ese refugio de Germanías ha aparecido y ha pillado de sorpresa a todos, menos a los vecinos mayores de Ruzafa. Valencia continúa sin tener inventariado su patrimonio. El ayer reciente de la ciudad se emborrona a una velocidad de vértigo.

Tan indocumentados estamos, tan poca constancia hay de lo que hay, que dentro de unos años los valencianos de mitad de este Siglo XXI, igual descubren que debajo del Jardín del Turia duerme el cauce de un río también muy sorpresivo.

Fernando Martinez Castellano 26 Septiembre 2007

Publicado en Las Provincias 28 Septiembre 2007

22 septiembre 2007

de qué nos reimos

Coincidí con Luís Gil comprando el periódico. “Cómo he disfrutado andando las calles de Praga.”. A partir de ahí, me describió dos mil maravillas de la capital checa, a la que insistió que tiene que volver. Ya nos íbamos, cada uno por su lado, cuando Luís retrocedió unos pasos y me contó el chiste de la hiena. No lo reproduzco, estamos en horario infantil y el chiste es de sobra conocido, es de la época en que Rodríguez de la Fuente puso de moda a lobos, zorros y hienas. Aun siguió Luís poniéndome por las nubes a un Concejal pepero del Ayuntamiento de Valencia, entre risas. ”A ese, ni me lo toques, ese es el que debería llevar el tráfico”. Por fin, nos dijimos “hasta luego”. Se suele decir que a las mujeres les gusta pegar la hebra, pero los hombres cuando la pegamos, en un momento tejemos cuatro mantones de Manila con flecos incluidos.

Luego, volví a recordar de Luís al ir pasando las hojas del periódico. Había estudios y encuestas a porrillo. Resulta que la Comunitat Valenciana está en la cabeza de los sueldos bajos mientras están los precios por las nubes. Resulta que los valencianos tenemos una de las peores sanidades públicas de España, con pacientes que se sublevan en las puertas de urgencias. Resulta que los decibelios nos desbordan y que todo hace pronosticar que acabaremos con audífonos incrustados en las orejas. Resulta que Valencia esta embozada por el tráfico y el Concejal del ramo missing, por decirlo fino. Resulta que por no haber funcionado como debería, el Consorcio de la Copa del América del 2007, nos toca pagar aun más de lo que cuesta la broma. Con todos estos resultas en un solo día ¿De que nos reímos?.

Creo que, ya estamos entrenados con esa mistura de jabón y catástrofe que son los telediarios de Canal 9, que nos va la marcha y que desconfiamos de casi todas las encuestas. Eso de las encuestas si que nos pone al borde de un ataque de risa. Por ejemplo, el leer que el 46 % de los españoles asegura que entiende bien el inglés, ya es para partirse el espinazo, ya es para que creas que los salarios no son bajos, que la sanidad funciona, que no hay atascos, que el silencio nos rodea, que Carmen Alborch hace oposición, que nos tocará la Primitiva y que mai tailor is gud.

Fernando Martínez Castellano 19 Septiembre 2007

Publicado en Las Provincias 21 Septiembre 2007

14 septiembre 2007

se veía venir

Como decía Luís Gil, antes de perderse fascinado en Praga, hay algunas cuantas cosas sobre la mesa de la actualidad, que se veían venir. Cuando Luís hizo las predicciones acerca de los huevos, el oro y las gallinas, no echó mano a las cartas del tarot, ni a una guija, ni leyó los posos del café, ni consultó al brujo ese que se anuncia en los buzones. Luís, sin cargas de pesimismo, solo tuvo que escuchar y ver lo que había a su alrededor o sufrir los abusos en carne propia.

¿Quién no se ha pasmado yendo por una carretera, oteando desde lo alto de una terraza, paseando por la ciudad, de las infinitas grúas de la construcción que había a derecha e izquierda? ¿Quién no se ha asustado leyendo los precios que pedían, y piden, por una vivienda, mini o súper, adosada o pareada, en el centro, en la periferia, o en el más allá? ¿Quién no se ha permitido el lujo de pronosticar “esto tiene que pegar un petardazo”? ¿Quién no ha hecho unos mínimos cálculos y ha llegado a la conclusión que lo de la Oferta y la Demanda no acababa de encajar? ¿De que nos asombramos ahora? Se sabía que iba a llegar el momento en el que el vehículo pararía, se quería pensar que sería dentro de unos cuantos años, sin estimar cuantos iban a ser esos cuantos años. Y ha sorprendido a todos, sin respuestas, casi sin evaluar las consecuencias. Hablamos de la construcción en general y todo igualmente se podría aplicar al llamado turismo de playa.

Me contaba Luís, que a finales de Primavera, cuando la temporada todavía no era alta, se acercaron él y Norma, a ver la que ya no queda de las Salinas de Calp. No se les ocurrió otra cosa que comer, por allí, en un chiringuito de los de mantel y servilletas de papel. En una carta más corta que un sms, eligieron dos cervezas, unos pescaditos fritos y par de pizzas. Solo a Luís se le ocurre pedir esas cosas. Los pescaditos estaban apelmazados. Las pizzas acababan de salir del frigorífico del super de la esquina. No pidieron nada más que la cuenta. Treinta y nueve euros le sacaron del fondo del bolsillo y del alma. ¿Alguien se asombra de que este verano haya habido mesas vacías en bares y cafeterías de playa?. Si han matado a la gallina y al granjero. ¿Ahora quien y como se resucita este muerto?.

Fernando Martínez Castellano 12 Septiembre 2007
Publicado en Las Provincias 14 Septiembre 2007

07 septiembre 2007

sesenta y pocos días

Tengo un amigo, que a la vuelta de sus vacaciones ha caído en la cuenta, con mucho pesar, de que tan solo han transcurrido sesenta y pocos días, desde que miles de papelillos rojos, miles de manos al aire, entusiasmadas, saludaban la victoria del Alinghi. Dos hojas del calendario que nos han volado, pero para la Nueva Dársena, para las Bases, para los alrededores de Veles y Vents, ha sido como si les hubieran arrasado un par de otoños, en un ver y no ver. Lo de la 32 lo recordamos como algo muy, muy de atrás, lejos allá en los tiempos de Maricastaña. Menos mal, que mi amigo, parece que fue directo desde la escalerilla del avión, al reencuentro, transido de emoción, con la mesa de su despacho. Menos mal, por la autoestima de mi amigo, que aun no ha tenido tiempo para acercarse a aquellos terrenos ganados al mar. Aquello rebosante de actividades a toda hora, ha quedado como enormes decorados abandonados por las prisas, a la espera de que suceda algo, algo que les quite la, aun, sensación de provisionalidad, de falta de mantenimiento, algo que les sustituya el aire de reserva de feria por el de pertenencia a la ciudad, como un espacio más para ser disfrutado.

Sesenta y pocos días, desde que el Alinghi volvía a ganar la Copa del América, desde las fotografías alrededor de la Jarra, pese a que se adivinaba algún que otro codazo para entrar en el plano, se mantenían las sonrisas. Sesenta y pocos días que “las tres Administraciones” nos han concedido una tregua a los ciudadanos. Sesenta y pocos días en los que nos han permitido no tener que escuchar como se tiraban los trastos a la cabeza usándonos a nosotros, a los votantes de a píe, a los que a la postre pagamos eventos y ocurrencias, como frontón.

Modérense, por favor. Tengan presente el diluvio que nos viene, en este próximo otoño, a los que estamos en esta parte de la línea, a los que no queremos ser noticia, ni foto, ni disputamos un escaño. Cálmense que ya tenemos bastante con las subidas de precios que se anuncian, con esos atascos de los que no se entera el Concejal de Tráfico, con los ruidos de una ciudad que deja atrás a Nápoles y El Cairo. Tranquilícense. Sosiéguense, que la vida son cuatro días y ya han quemado sesenta y pocos.

Fernando Martinez Castellano 5 Septiembre 2007

Publicado en Las Provincias 7 Septiembre 2007

31 agosto 2007

ya estamos en fallas

Las subidas y bajadas bruscas, de los termómetros, dicen que no traen nada bueno. Esto de que en Agosto, los martes jueves y sábado toque canícula y ventilador y el resto de la semana se tengan que sacar las bufandas, altera al más sereno.

Si este Verano, no acabamos todos cariocos, tranquilos que el Otoño está a la vuelta de la esquina, y estos meses que nos vienen, tal como se presentan los indicios, acabarán rematando la faena.

Ya estamos en las puertas del nuevo curso, lo dice El Corte Inglés, los anuncios que invitan a construir el Escorial en fascículos, los atascos y ¡Valencia con estos pelos!, con estrangulamientos en el Norte, Oeste, Sur y en el Centro, sobre todo en el Centro.

Habrá que tomar las primeras semanas de Septiembre como días de ensayo porque en “res i no res” se van a poner a prueba la templanza y la paciencia de muchos valencianos. A no ser que, se produzca el milagro, mucho milagro, de que en menos de nada, se asuman nuevos usos y costumbres, por parte de todos, a la hora de plantearse desplazamientos en la ciudad. A no ser que, por colapso, los bloqueos que se anuncian y esperan en el tráfico, hagan mudar a algunos conductores hacia el transporte público. No se conoce todavía ninguna persona a la que le hayan salido escamas o se le haya caído la piel a tiras por subir a los buses de la EMT, se verá cuantos ciudadanos son capaces de ahorrar gasolina y nervios.

Valencia va a estar, en algunos casos ¡al fin!, cercada por obras, por obras de esas que provocan retenciones, atascos y malas leches. Por el momento solo estamos oyendo a los taxistas repitiendo, a quien les quiera escuchar, ¡Nos vamos a ahogar!. Por el momento las informaciones, las sugerencias de alternativas de transporte, que deberían de ser constantes desde el Ayuntamiento, están brillando por su ausencia, y en esto no cabe la excusa de “estamos en Agosto”. Los ciudadanos quieren mejoras, pero no soportan así como así, las molestias que provocan las obras. Y lo suelen reflejar en las urnas.

Así, entre atascadas, desvíos, alcances, bocinazos, impaciencias, campañas electorales generales, no dimisiones de Pla, nos plantaremos en las puertas de las Fallas 2008, entonces ya será el desideratum. Esperancémonos.

Fernando Martínez Castellano 29 Agosto 2007

Publicado en Las Provincias 31 Agosto 2007

24 agosto 2007

tocan infraestructuras

Mientras conducía entre Manises y Ribarroja, Emma León cayó en la cuenta del porque del poco tirón que tiene Terra Mítica entre los valencianos. “¿Cómo se va a hacer el personal, ciento y pico kilómetros para ir al despilfarro de Benidorm, si por esta insólita, estrecha y bacheada carretera, que transcurre entre polígonos industriales y urbanizaciones, primero pasas por un parque temático oriental(no sabes si estas en las inmediaciones de Manises o cerca de Hong Kong) y después el recorrido es lo más parecido a los tirabuzones de las montañas rusas más atrevidas del mundo?”.

La denominación oficial de la carretera en cuestión era CV-370, su titularidad correspondía a la Diputación Provincial, parece ser que recientemente ha pasado a ser responsabilidad de la Generalitat, la han rebautizado como CV-37 y la más ampulosa etiqueta de “Eje del Turia”. Le cambiaron el nombre, pero han quedado las rasantes, las curvas insólitas y los ángeles de la guarda que impiden que aun sucedan más accidentes de los que suceden.

Para los informativos de Canal 9, expertos en lo de la paja en ojo ajeno, este verano, ha tocado “Infraestructuras”, porque Barcelona tiene problemas de comunicación y ha sufrido un apagón de esos que se veían venir y de los que por aquí estamos tan próximos y algunas zonas tan acostumbradas. Pero tocan infraestructuras de los otros, de las nuestras ni palabra, ni imagen. Y eso tampoco debe de ser.

Tenemos carreteras escasas, densas, anegables y peligrosas. Ferrocarriles de Cercanías birriosos. La Red de Distribución Eléctrica, cogida con celo. Aeropuerto insuficiente. Lo mismo, los mismos titulares que se han aplicado para describir el caos catalán, pueden servir para explicar la situación valenciana. Está claro que debemos exigir al Ministerio de Fomento, al Gobierno de España, el mismo trato que reciben otras Comunidades u otras Capitales, pero también tiene que quedar claro que por nuestra parte, por la parte que corresponde a las Diputaciones Provinciales, no se ha hecho tampoco lo que se debería de haber hecho.

Emma, que se había acercado a Ribarroja para ver los Moros y Cristianos, regresó dando un rodeo casi llegó a Chiva, fue la mejor manera que encontró para evitar sustos y rasantes.

Fernando Martinez Castellano 21 Agosto 2007

Publicado en Las Provincias 24 Agosto 2007

17 agosto 2007

encargo a rtve

La semana pasada pudimos leer que el Gobierno de España, desea que RTVE, “Contribuya a la construcción de la identidad de España”. Ese mismo día se pudieron ver en la Primera anuncios de la retransmisión semanal, desde ya, de los partidos de fútbol de la Liga Inglesa. Parece un contrasentido, lo es y no es el único. Aunque bien pensado, alguna mente preclara debe de haber considerado que ya que ellos quieren llegar a ser la BBC, podrían iniciar pues, por televisar encuentros ingleses. Dicho y hecho, han comenzado a enriquecer, pagando derechos de imagen, a los Liverpool, Manchester, Arsenal, etc., etc….

Pero esto del fútbol solo es una anécdota, pero a veces fastidia más de lo que pueda parecer. Cuando le conté, esto de la identidad de España y los partidos ingleses, a Ángel Cañamel, rodeado de hijas por todas partes, lo primero que me soltó fue “pues que empiecen por suprimir “El Rondo” que solo sabe hablar de un equipo”.

Mucho va a tener que cambiar ese monstruo que es Radio Televisión Española, para que los españoles se sientan identificados por ella y mucho más para que desde ella, el Ente, la Empresa Pública, la televisión de todos, como quieran llamarle, se construya, o reconstruya, la identidad de España.

¿Hay vida más allá de la M40? Es lo primero que deberían preguntarse los directivos de la RTVE. Como la respuesta siempre es afirmativa ya saben por donde deben de hincar el diente.

Aunque esto no hay por donde cogerlo, como no hay por donde coger el Canal Internacional de RTVE, la imagen de España que se proyecta al exterior. De y pura vergüenza ajena y propia. El menú se compone de la España de pandereta, la de la copla, la de los Coros y Danzas, adobada con algún que otro truculento y sangriento suceso acaecido en el último rincón de Castilla, con la guarnición de las imágenes de los entrenes del único equipo de fútbol de la Península, de postre un culebrón pésimo, ínfimo o un concurso para analfabetos.

Lo de querer combinar una televisión pública, en la que se pierda poco dinero, con una gran aula, aprovechando la audiencia, desde la que se insufle a los ciudadanos algo que se ha ido perdiendo desde vete a saber cuando, es más que imposible. El ejemplo, lo tenemos cerca con Canal 9.

Fernando Martínez Castellano 14 Agosto 2007

Publicado en Las Provincias 17 Agosto 2007

10 agosto 2007

sirenitas

“El sonido de una lejana sirena, rompió el silencio de la noche”. Si alguna vez escuchan esta frase en una vieja película o la leen en una novela de buenos y malos, estén tranquilos la acción no transcurre en esta paciente ciudad. Aquí no es una, son cientos de sirenas al día galopando por las calles. Alguien debería de averiguar si de verdad son necesarias tantas sirenas, si su uso es el más correcto por parte de todos, del que le da al botón y de los que ante tanta inflación de sonido piensan que no va con ellos y son incapaces de hacerse a un lado o frenar en el cruce.

Sirenas de coches de policía nacional, local o autonómica, bomberos y ambulancias, sobre todo ambulancias que van más contra el reloj del destajo que contra el de la urgencia. Sobresaltos para todos, a la hora que sea, bramido francés, berrido inglés, ulular modelo Starsky y Hutch.

Sonar las sirenas suenan, sino que se lo pregunten a los vecinos que viven en las vías rápidas que acabarán siendo declaradas ZAS, pero mira por donde en el lugary el instante en el que deberían de haber sonado, y bastante, fue en una de las recientes alarmas en el Valle de Ayora, y va y enmudecieron. Casualmente una avería.

George Kalenger Jr., de Maryland, USA, uno de los miles de visitantes que tuvo Valencia en el pasado Junio, estaba intrigado por la salud de los valencianos. El hombre estaba asombrado por las decenas de ambulancias que escuchaba cada noche circulando a la vera de su hotel. El señor Kalenger Jr., con el corazón en un puño, asociaba ambulancias con urgencias y gravedades, y aquí no siempre, por fortuna, es así.

Luís Gil, aun más harto de los aullidos nocturnos y diurnos, que el tal Kalenger, decía antes de irse a Praga, que no sabía si comprarse un Rolls, por eso de la comodidad o adquirir una ambulancia, aunque fuera de segunda o tercera mano, para tenerla siempre a mano, abrirse paso a golpe de sirenas y parpadeos y evitarse atascos.

Ante todo el guirigay que hay en esta ribera ruidosa del Mediterráneo, da risa el que alguien esté discutiendo, a estas alturas de la película, de si en la nueva Ordenanza del Ruido debe de haber un apartado para las campanas. ¡Con el bendito sosiego que debe de producir el poder escuchar las campanas!.

Fernando Martinez Castellano 8 Agosto 2007
Publicado Las Provincias 10 Agosto 2007

03 agosto 2007

aceras con granitos

A pesar de los optimismos acumulados, al haberse confirmado que en aguas de Valencia se disputará la 33 edición de la Copa del América, más que lo de la Formula 1 está ya pasando, sin más contratiempos, del papel a las obras, más que el Tío Vivo de Terra Mítica de vez en cuando tiene gente, más que por la Ciudad de la Luz aparece un directivo de la Disney, con ánimo de hacer algo más que degustar los arroces alicantinos, todo esto no debe de impedir que se encienda alguna lucecita de precaución al comprobar que en los últimos meses, la nuestra es una de las pocas Comunidades Autónomas de España en las que ha crecido el paro.

Que los futuros no nos impidan amarrar los presentes.

Sin olvidar las incognitas de FIBes y Campus Parties como aderezos del verano.

Pero en el mes de Julio, en un plan mucho más humilde que todos los acontecimientos que figuran más arriba, se ha celebrado en Valencia el COMOFU (Primer Congreso Mundial en Occidente de Fakires Urbanos), organizado por la ACIPIDE(Asociación de Ciudadanos con Pies Delicados de España), según me hizo llegar por escrito su Presidenta Dª Dolores Losantos.

Me contaba Dª Lola que el Congreso ha resultado de lo más baratito. Como es sabido los fakires comen muy poco, son medio ascetas, apenas han ocupado plazas hoteleras porque también es conocido que los fakires son capaces de dormir hasta ocho en el asta de una bandera. Las demostraciones, de cómo llegar a soportar y controlar el dolor, las enseñanzas, las han dado en las mismas calles. Para los experimentos, no se han necesitado ni camas de clavos, ni tablas con cristales, ni fotografías de Bisbal, han bastado algunos enlosados de ese multivariado muestrario de pavimentos que son las aceras de Valencia, sobre todo del último modelo, uno lleno de bultitos, “el destrozapies”, que mira por donde parece ser que es el único que ahora se coloca.

Lo que más lamentaron, fakires y los organizadores, según Dª Lola, fue que en el acto de clausura, al que asistieron numerosos callistas y podólogos, no se contase con un representante municipal al que hacerle entrega de la “Losa Doliente” símbolo de este Primer Congreso. El año que viene, los fakires harán la prueba de comer en un “restaurante” de la playa.

Fernando Martínez Castellano 1 Agosto 2007

Publicado Las Provincias 3 Agosto 2007

29 julio 2007

el viaje de clara

¡Venga, vamos, que este verano no pienso pasar el calorazo que sufrí el año pasado! Lo venía diciendo, Clara Reinosa, desde los primeros días de Mayo. Cogió a Juan, su marido, y allá que se fueron a una Agencia de Viajes, que están para lo que están. Ella, hechizada por el colorín de los catálogos, el mar azul, las arenas blancas, los cocoteros tocando el suelo, las habitaciones de los hoteles con gasas por todas partes, de ensueño. Quisieron comprar y los vendedores querían vender. Quince días, trece noches, les aseguraban. Tiró de Visa y le correspondieron con una fotocopia de los seis dígitos del localizador de vuelos, hoteles y extras, ni más letra grande, ni más letra pequeña.

Creyó que en aquel momento comenzaba la cuenta atrás hacia la magia del destino y vaya si se equivocó. Desde que salió de la agencia de viajes, inició el calvario de las colas, colas para todo, en el origen, en el camino y en la llegada.

Los primeros litros de paciencia, los consumió tramitando los pasaportes. A Clara se le había olvidado que la relación Verano, Pasaporte y Valencia, siempre da como resultado, colas, tumultos y más colas.

Le habían dicho a Clara que estuviera en el aeropuerto dos horas antes de la salida. Y estuvo. Le cambiaron los códigos por documentos de verdad. Tampoco apareció la letra pequeña, pero si un repentino retraso de ocho horas. ¡Cosas de los vuelos charter, señora! le dijeron. Clara sintió que le habían cambiado ocho horas en playas paradisíacas por ocho horas en incomodas sillas en Manises. Ocho calurosas horas en las que Clara, en el recinto de “Salidas”, comprobó los abusivos precios allí galopantes, botellitas de agua, bocadillos de tortilla sosa, cafés de calcetín a precios de horchata en la Plaza de la Virgen. Ocho horas que tras reclamar los porqués de los retrasos y de la falta de explicaciones, solo le sirvieron para que le dijesen que tenía que haber leído la letra pequeña. ¿Por qué tienen que llevar los paquetes de vacaciones incluidos los retrasos en los vuelos? Clara y su marido se fueron, volvieron y han continuado buscando sus ocho horas y la letra pequeña. Ayer mismo, les dijeron que las condiciones estaban en el folleto de colorines, que vete a saber donde está.

Fernando Martínez Castellano 25 Julio 2007

Publicado en Las Provincias 27 Julio 2007

20 julio 2007

las fotos hablan

Eso de estar alejado del infernal ruido y al regreso leerte de golpe los periódicos de ocho días, es un ejercicio recomendable. Denota que has podido hacer una escapada y que has regresado, pues lo de regresar en estos tiempos de overbooking ya tiene mérito.

Digamos, que en el sobrevuelo sobre las LP de los días pasados me he quedado con varias fotografías, incluso alguna la he recortado. ¡Qué pena que con esto de las fotos no haya bises ni moviola!. Algunas habrá que esperar al resumen del 2007 para volver a verlas. Las imágenes de los encuentros-desencuentros entre Plá-Sevilla y Zaplana-Camps son para enmarcarlas. Como dice el anuncio “no tiene precio” el haber captado las miradas de reojo, de desconfianza, de “¿qué dice el tío este?”, que se lanzan entre si los minilideres del PSPV, merece un “honoris causa” para el artista que manejaba la máquina.

La fotografía publicada en la primera página el domingo 15, es mucho más que mil palabras y que mil columnas. El instante, debió de durar milisegundos, en el que Camps mira desde arriba a un Zaplana que inicia una genuflexión o un crujir de bisagras, es el resumen y la factura de unos cuantos años de la vida del PP valenciano. No era la rendición de Breda porque por allí no asomaban las lanzas, aunque se adivinaban facas albaceteñas y algún ¡al fin!. Tampoco parecía la rendición de Granada pues por allí no había caballos ni maceros vestidos como sota de espadas.

Pero todo esto de Zaplana, Camps, Plá y Sevilla solo son anécdotas que se llevarán por delante los calendarios.

Lo más duro, de ese mi repaso al pasado reciente, la imagen más dura, porque en ella habían tragedias personales, fue la de los ahogados en las costas valencianas. La irresponsabilidad de unos y de otros. Ese palitroque enano, no debe de haber dinero para más, en la playa de Orihuela, aguantando un trapo rojo y a sus píes el cuerpo cubierto por una sábana de uno de los héroes que perdieron su vida por salvar la de una niña, la miseria de ese palo que debería de ser un poste de cinco metros de alto con una bandera roja del tamaño de un campo de fútbol, contrasta con la alegría con la que se han subido los sueldos alcaldes y concejales, incluidos, seguro, los de Orihuela.

Fernando Martínez Castellano 17 Julio 2007

Publicado en Las Provincias 20 Julio 2007

07 julio 2007

trapani

Cuesta mucho creer que los organizadores de la 33 edición de la Americas’s Cup, la ACM, lleguen a anteponer Trapani sobre Valencia. Solo el regateo, la salsa de toda negociación, hace comprensible que se ponga, ahora, otro nombre sobre la mesa. La comparación no es justa, ganamos por goleada. A no ser que muy poderosas razones económicas, a largo plazo, bastante más allá de la distancia en el tiempo que existe entre hoy y el 2009 o 2010, puedan hacer decantar la designación hacia el lado de la ciudad de Trapani(70.000 habitantes, algo así como Torrent).

Sin duda, que en cuanto a belleza natural, a transparencia de las aguas del Mediterráneo, su cocina, la inmediatez a lugares tan maravillosos como San Vito lo Capo, Erice, la isla de Favignana, las ruinas romanas de Segesta, la proximidad de Palermo, los restaurantes de Sferracavallo, los encantos de Cefalu, los templos de Agrigento, toda la isla de Sicilia, los helados, la seducción hacia la decadencia y lo oculto, son sumandos que hacen atractiva la candidatura de Trapani. Y punto, no hay más. No hay más a la vista. Aquello está muy verde, falto de infraestructuras. No tienen tiempo. Salvo que…..

Sicilia tiene una superficie algo mayor que la Comunidad Valenciana, está dividida en nueve provincias, nueve espesas administraciones que lastran el desarrollo de la isla. La más occidental de las provincias es la de Trapani, nombre de la provincia y de su capital. La provincia de Trapani padece gravísimos, y no exagero, problemas de suministro de agua, pese a que se asegura que en su subsuelo existen grandes reservas, eso sí, en manos privadas.

Resulta chocante que por parte de los señores de la ACM se pongan, a pesar del gran éxito que ha supuesto en todos los sentidos la 32 edición, objeciones con respecto al crecimiento o no del Puerto Comercial de Valencia. En Trapani, si fuese la elegida como sede de la 33, no se van a encontrar con ese problema, allí de puro conformismo, no se mueve nada. Salvo que…

Alguna vez se ha comentado que Sicilia aun tiene sus costas “vírgenes”, las zonas turísticas han crecido lentamente a lo largo y ancho nunca a lo alto, la densidad de construcción es muy baja, se han decantado más por los “villaggios” hoteles de cuatro y cinco estrellas compuestos por bungalows, que por bloques pantallas a la orilla del mar. La provincia de Trapani dispone de grandes bolsas de suelo para urbanizar y en los dos últimos años se están observando compras fuera de lo habitual.

Claro que tiene que aprender Valencia después de la 32 edición de la Copa del América, y mucho. De las lecciones, de los menosprecios, de los olvidos televisivos, ya hablaremos. El sentido crítico de los valencianos nos ha hecho crecer, digan lo que digan. Y ese espíritu crítico es el que no nos debe de faltar para superarnos, para asombrar, para asombrarnos, de lo que se han sorprendido con nosotros que parecíamos dormidos.

Fernando Martínez Castellano 6 Julio 2007

06 julio 2007

sms, ebus, bluff

No sé si hará dos, tres, cuatro años, o es que a lo mejor lo repitieron hace dos, tres y cuatro años, que se anunció, con insistencia, la implantación de la información en las paradas, con marquesina, de los autobuses de la EMT de Valencia. Se dieron todo lujo de detalles sobre lo que ofrecerían los paneles a los pacientes, de paciencia, usuarios del transporte público en superficie, que si las pantallas serían así o asa, que si estarían dotadas de cristales anti-reflejos para que pudiesen ser leídas a pleno sol, que si se proporcionarían todas las indicaciones posibles y no posibles, casi un permanente dialogo, vía plasma, entre transportistas y transportados, tal retraso, tal adelanto, ya está el bus en la parada anterior, viene lleno o muy lleno, y muchas más cosas para tener al personal entretenido e informado. En aquellos anuncios-rueda de prensa-notas informativas, siempre se acababa diciendo que debido a lo ambicioso que era el proyecto, se iniciaría en dos o tres paradas a modo de trailer-ensayo y así se recogerían las inquietudes de los viajeros con lo que, si cabía, se iría mejorando el servicio.

¿En que quedó aquello? A la vista está. En res y no res. Basta darse una vuelta o muchas vueltas.

El Teniente Alcalde Novo, hábil cual prestidigitador con ribetes de hipnotizador del siglo pasado, sin explicar a donde fueron a parar aquellos proyectos de tablas informativas, acaba de sacar de la chistera, la permuta de la información gratuita que debe de dar la EMT a sus usuarios, por un servicio propaganda mediante el cual incluso va a recaudar unos cuantos euros. Y tiene narices, que además de soportar retrasos en las frecuencias de paso, en verano ya es el desideratum, se tenga que pagar, los SMS no son gratuitos, para confirmar que quien espera, desespera.

Lo que aun no ha dicho el Concejal Novo, es si el envío de SMS dará derecho a entrar en un sorteo para pasar quince días en Playa Varadero, la propiedad de un apartamento en Oropesa, o a un maletín lleno de billetes de 500 euros. Todo se andará con tal de seguir mareando la perdiz.

La cosa es que Alfonso Novo juega con la ventaja de saber que eso de viajar en bus, incluso con eBus, está considerado aquí como de tercera división.

Fernando Martínez Castellano 4 Julio 2007

Publicado en Las Provincias 6 Julio 2007

01 julio 2007

fin de trayecto

Está diciendo adiós la competición que a Valencia le cayó del cielo. Asistimos a un final excitante hasta para los que no distinguimos entre una vela y un cirio. Alinghi o New Zealand a cara o cruz. Nos la jugamos. Aun ganando los suizos, lo de repetir Valencia habrá que trabajarlo. El negocio es el negocio, otros vientos, otros euros, otras televisiones, otros compromisos, pueden llevar las regatas a otros puertos.

Llegan los tiempos de hacer repaso. De mirar atrás y reconocer lo que se ha hecho bien, que ha sido mucho. Con la misma voluntad, habrá que ver en qué no se estuvo tan acertado. Aunque solo pueda servir para evitar algunos tropiezos posibles en acontecimientos futuros, aunque no tengan nada que ver con velas y vientos.

Fue un gran acierto la apuesta de la remodelación del Puerto, la Bocana, la Nueva Dársena, la revitalización del Paseo Marítimo, la posibilidad de que Valencia cayese en la cuenta de que tenía el Mediterráneo a la vuelta de la esquina de su casa, la proyección de la imagen de una ciudad y su localización en el mapa en el que apenas constaba.

A estas alturas de la película, poco importa si la decisión se tomó desde el Gobierno Central, desde la Generalitat o desde el Ayuntamiento. La tomase quien la tomase, fuese por libre o pactando, la cosa salió, sale y saldrá del bolsillo de los contribuyentes. El dinero no se inventa.

Otra cuestión es quien ha sabido sacar rédito político a la competición y eso, en Valencia, las urnas en el pasado 27 de Mayo lo dejaron muy claro. La simpleza del mensaje del PP fue reforzada por la incapacidad manifiesta de comunicación del PSOE. La astucia de Rita Barberá se impuso, mientras Delegado y Comisionado del Gobierno se diluían como el agua de litines.

Aunque bien pensado, ¿Por qué asombrarse de que el PSOE esté “incomunicado en la figuereta”?. Si después de haberse atrincherado con el “no al transvase” durante cuatro años, va y ahora el señor Pla, ofrece pactos transvasistas. ¿Ahora sí? A J.I.Plá le han faltado encuestas, olfato y partido y le ha sobrado el haberse creído que, dejándose llevar, el efecto Zapatero le iba a arrastrar hacia arriba. Quizás estamos asistiendo a otro adiós, a otro fin menos incierto, más cantado.

Fernando Martínez Castellano 27 Junio 2007

Publicado en Las Provincias 29 Junio 2007

24 junio 2007

casi duelo nacional

Menuda semana que hemos pasado. Nosotros los valencianos, tan tranquilos, felices en la luna, meciéndonos entre Veles y Vents. Preocupados tan solo, por las desventuras del jabalí perdido en los alrededores del Cementerio Municipal.

Nosotros impasibles, mientras la malaventura flotaba sobre la Meseta castellana. A Jonás, jugador del Mallorca, no se le ocurrió otra cosa que metérle un gol al Royal Madriz. Nunca pudo imaginar Jonás lo que estuvo a punto de provocar, si lo llega a pensar, hubiera deseado ser tragado otra vez por la ballena.

A un tris se estuvo de que se reuniera el Gabinete de Crisis, a mucho menos de que se declarasen estos días por los que transitamos como la Semana de Luto Estatal, las banderas a punto de izarse a media asta, los comentaristas de “El Rondo”, programa de la televisión que pagamos todos los españoles aunque ellos, los charlistas, se empeñen cada domingo en hacer y decir lo contrario, desencajados, en la antesala de la UCI, las lágrimas desbordándose por la Castellana, las agencias de viaje recibiendo cancelaciones de vacaciones en las Baleares, las elecciones generales anticipadas, los pilotos de Iberia temiendo por sus puestos de trabajo, la Cibeles compuesta y sin novio, en fin un auténtico dramón sobrevolando el suelo patrio.

Menos mal que solo duró una hora. No se hubiera podido resistir tanta tensión, tanto sufrimiento. Uno de los trabajadores inmigrantes, no solo van a ser inmigrantes los que duermen debajo de los puentes del Turia, que tiene contratado el Madriz, devolvió la calma a medio País, mientras el otro medio apagaba la tele.

Después del enorme susto, las aguas volvieron a su cauce, los comentaristas forofos de El Rondo, repito, programa pagado con los impuestos de todos los españoles, salieron de la UCI vitaminados. Todo volvió a la normalidad, como siempre se despreció al resto de los equipos que participan en un Campeonato en el que parece que solo lo hicieran dos, el Madriz y el Barça, el ying y el yang.

Esto no tiene remedio. Las parrafadas que nos soltarán durante la Liga próxima aun serán mucho peores. Menos mal que siempre tendremos a mano el salvador mando a distancia.

Y la Copa del América aquí mismo, ignorada por los medios nacionales.

Fernando Martínez Castellano 19 Junio 2007

Publicado en Las Provincias 22 Junio 2007

nacional 340

Despertamos curiosidad. ¿Qué pasa por ahí? Se preguntan. De ser una ciudad discreta, ignorada, hemos pasado a ser una capital con vocación de representar a la España que dejó atrás peineta y pandereta. De creer aquello de que el buen paño en el arca se vende, a promocionarnos a los cuatro vientos, rompiendo tópicos y salvando la barrera de la incomunicación. Porque vamos a decirlo bien alto, hay que tener ganas, hay que confiar mucho en la meta, para emprender el camino para llegar a Valencia. Esto no va con el rollo del victimismo, ni historias semejantes. Los hechos son los hechos, y ahí están. Las malas carreteras, los lentos ferrocarriles, las caras autopistas, no son asuntos recurrentes para columnas o tertulias, son realidades que muchos tienen que padecer con frecuencia, con la frecuencia con que tengan que moverse partiendo o llegando a Valencia desde muchos puntos de España o de Europa.

Les cuento, la semana pasada, dos amigos míos, Santi Molina y Luís Gil, al que le pasa de todo o lo charra todo, tuvieron que ir a Barcelona, cosas de familia, en automóvil. Creían que disponían de todo el tiempo del mundo, tenían un margen de seis horas hasta la hora de la cita, tiempo más que suficiente para recorrer la distancia, en kilómetros, que separa a la segunda y tercera capitales de España. El día era agradable, no hay que correr, hay que ahorrar energía, y allá que Santi y Luís optaron por utilizar la Carretera Nacional que une y separa a Valencia de Barcelona, carretera dependiente del Ministerio de Fomento. Metida de pata total. Es una vergüenza que todavía a ese conjunto de calles mayores bacheadas, bosques de semáforos, paso de peatones hacia las playas, repito es una vergüenza que todavía siga manteniendo el nombre de Carretera Nacional. Es una indecencia que no quepa otra alternativa que pagar los peajes más caros de Europa. Es una afrenta que el recorrido entre Valencia y Barcelona, aun sea el permanente recuerdo de la España del Seiscientos. Santi y Luís llegaron justos a la cita.

Al regreso, tuvieron que escurrirse el bolsillo, como miles y miles de usuarios, para transitar por una vieja autopista, que deja bastante que desear en la relación de calidad, vigilancia y precios.

Fernando Martínez Castellano 12 Junio 2007

Publicado en Las Provincias 15 Junio 2007

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