Las excusas, más o menos como las que empleaban algunas “actrices”, en los prehistóricos tiempos del destape, que siempre se amparaban en el “si lo exige el guión” para quedarse en bolas y casualidades el guión siempre lo exigía y si no, le hacían un apaño, al guión, aunque tuvieran que meter, en la película, la escena con calzador.
Ahora estamos volviendo al destape, a todo el mundo le ha dado por hacerse fotografías despelotado/a, mostrando tatuajes y recortes de bisturí, siempre asegurando que es por y para “una buena causa”.
Un día, alguien cayó en la cuenta de que podía sacarle rendimiento al machaque que se estaba pegando en el gimnasio. Así entre pesas, rayos uva, ayuditas químicas y la colaboración de alguna que otra liposucción, empezaron a brotar como champiñones, calendarios, láminas y camisetas grabadas con los cuerpos de bomberos de todas las ciudades de España. Tras la estela de los bomberos se engancharon los policías locales, deportistas, el Club de
Luís Gil a su vuelta de Praga, casi tres meses perdido en una ciudad que lo ha atrapado, se pegó un hartazgo de repasar prensa atrasada, Luís es de los que mantiene que los periódicos hay que leerlos en papel, se dio de bruces con las fotos de las falleras de Silla. Como platos se le quedaron los ojos.
Esa noche, Luís, cenó demasiado, luego tuvo un montón de pesadillas. Igual se veía reuniendo a los de Puerto Hurraco para hacer un calendario, convenciéndoles que los michelines, canas y arrugas las repara el fotoshop en un plis plas, que en otra persuadía a 366 conocidos de conocidos, para crear un almanaque de sobremesa.
Al recordar las pesadillas a Luís le entran escalofríos solo de pensar que ya están cercanas las elecciones y a algún candidato/a, justo quien está usted pensando, le dé, en un ataque de originalidad, por posar como las falleras de Silla, pero sin peinetas. Va a recoger firmas para intentar remediarlo.
Fernando Martínez Castellano 30 Octubre 2007
Publicado en Las Provincias 2 Noviembre 2007
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