21 febrero 2010

52 copas del America

Cuando aun éramos jóvenes, por estas alturas del año se publicaban los pronósticos del Mago Acisclo Karag, sobre la clasificación final de la liga de fútbol, quien sería campeón, quienes caerían a la segunda división. En aquella España, de balones de cuero, de los cincuenta y sesenta, los vaticinios de Karag daban lugar a debates que ahora, y más en este instante, nos parecerían cosa de niños. El “mago”, provisto de un poco de lógica, un lápiz y una goma de borrar, solía acertar, por regla general, para desespero de los que había apuntado como segundos o a los que había condenado al descenso. Karag, que, en aquellos tiempos, fue tan popular como el Profesos Frank de Copenhague, inventor de lo imposible, seguro que si hoy viviese, no se atrevería a adentrarse en los procelosos vericuetos de la situación, no la futbolera precisamente, española.
Bueno pues, dice mi amigo José María, que en nada que hagamos los valencianos, dentro de once meses podremos tener una America’s Cup cada fin de semana, cada mes, cada año. No nos verán, vía televisión, esos miles de millones de espectadores que dicen que nos han visto, menudo cuento que nos han contado y que nosotros hemos dejado que nos contasen. Tendremos menos glamour, por lo tanto menos “gorrones” y menos gastos en espumillón. Se hablarán menos idiomas, otra excusa para que nuestros políticos no afinen el oído. Apenas volveremos a oír lo de empopadas, ceñidas, barlovento, sotavento, bao, boza, baluma, como antes que tampoco los oíamos. Pero nuestra hostelería, nuestra ciudad en muchas otras vertientes, podrá obtener negocio y beneficios tanto o más que si los grandes veleros continuasen desfilando por la bocana de la dársena.
Y es que en medio de la tormenta, ya permanente, entre el PP y el PSPV, se nos está pasando por alto, ¡Que dentro de diez meses llega el AVE!, que dentro de diez meses estarán conectadas en 90 minutos, Valencia y Madrid, cuatro millones de habitantes, cuatro millones de potenciales visitantes sedientos de Mediterráneo.
Los unos y los otros, PP, PSPV, una vez más con los deberes por hacer y en otra cosa.

fmc Publicado en Las Provincias 20 Febrero 2010

14 febrero 2010

Presidencia Inoportuna

Allá por la primavera del 2008, recién reelegido Rodríguez Zapatero, seguro que alguno de los incontables asesores que le rodeaban en la Moncloa, se frotó las manos pensando que a partir de aquel Abril triunfal todo iba a ser un camino de rosas. Soñó. Que los nubarrones económicos que ensombrecían ya aquel presente, serían como una tormenta de verano: Al final de aquel 2008, todo resuelto. Durante el 2009 se prepararía la Presidencia Europea, poco importaba que fuera rotatoria, y en el primer semestre del 2010 a codearse con sus colegas asesores de otros gobiernos europeos. Dietas aseguradas y muchas habitaciones hoteleras con vistas y visitas. Ni haría falta saber algo más del “my taylor is rich” que había ensayado en un curso por fascículos de la BBC, para algo estaban los traductores simultáneos…..
Todo fue como un enorme cuento de la Lechera, el pedrusco con el que se tropezó mayor que el Peñón de Ifach, todo tan grande como el batacazo que nos dimos todos, incluidos los copiosos “fontaneros” presidenciales.
Aquella Presidencia europea que nos iba a hacer flotar entre algodones, con cenáculos por aquí, cumbres del más alto nivel por allá, todo, todito, todo ha quedado en nada, rematadamente en nada.
Nos estamos reuniendo con mucha gente, pero para que digan que no somos tan desastres, como todo apunta que somos.
Nosotros, que queríamos sentarnos en el G8, en el G5 y en el G3, estamos ofendidísimos porque nos están comparando con los griegos.
Nosotros, que íbamos a ser los reyes del mambo guiando, porque tocaba, la Unión Europea, nos encontramos con que esa presidencia además de intempestiva, de increíble porque no hay quien se crea que ahora estamos en condiciones de presidir algo, es un estorbo. Esa presidencia, por turno, le impide al señor Rodríguez Zapatero, no se porque razón no escrita, hacer una crisis de gobierno, para recortar ministerios floreros, reordenar lo que pueda, comunicar mejor de lo que comunica y nombrar un nuevo ejecutivo que se atreva a hablar claro de los sacrificios y de la Crisis. Así que, a esperar al 30 de Junio. Mientras, recemos.
Publicado en Las Provincias 13 Febrero 2010

06 febrero 2010

Socarrados

Estos días aun más si cabe, vamos viendo, leyendo, oyendo, en cuantas contradicciones caen los dos grandes partidos, cada día, cada hora, cada comunicado. Aquí dicen “si”, cuando quieren decir “no”. Un poco más allá lo absolutamente contrario. Otro poco más allá dicen lo contrario de todo lo contrario. Si, sus posibles clientes, votantes o lo que quieran, fuesen anotando todo, acabarían cariocos perdidos o tirarían, a toda velocidad, hacia la salida de la abstención.
El rizo ya se está torciendo y retorciendo, cuando se habla de cementerios nucleares, de los depósitos de las basuras, chiringuitos, prolongación de Blasco Ibáñez, los paranys, todos asuntos menores, ridículos, exagerados, si los comparamos con la gravísima realidad nacional, con la insoportable destrucción de empleo, con la desesperante situación personal de más de cuatro millones de ciudadanos, de los cuales quinientos mil están empadronados en la Comunidad Valenciana, con la inquietud de millones de españoles con el futuro pendiente de un ¡ay!.
Los Unos y los Otros, se alternan según sea España o la Comunitat, no cejan en dar noticias tan espectaculares como de corto recorrido. Los Unos y los Otros, dependen de donde gobiernen, sin pudor y prestos a la bronca.
Todos, los que ocupan el Poder, se pierden cada semana en laberintos inútiles. Ningunos, ni los Unos, ni los Otros, son capaces de decirles a los ciudadanos que estamos en tiempos muy duros, en tiempos de sacrificios y que ellos, PSOE y PP, van a ser los primeros en predicar con el ejemplo del recorte y la austeridad.
Mientras todo esto sucede, los que estamos al otro lado del Poder, atónitos contemplamos unas peleas, unos chantajes, unos insultos entre correligionarios, de tal calibre, que nos continuamos preguntando ¿y estos van a resolver algo?, imposible.
Los dos grandes partidos, carecen de Líderes capaces de insuflar algo de esperanza a una sociedad cada vez más puteada, cada vez más descreída.
Los dos grandes partidos están desbordados, huérfanos de concreciones.
Zapatero y Camps quemados. Rajoy y Alarte, no saben, no contestan.
Publicado en Las Provincias 6 Febrero 2010

01 febrero 2010

Fallas Asperas

Nunca hemos sabido, ¿para qué?, si la anécdota fue real, se aderezó con algo de fantasía o tan solo una página más de los anales de las Leyendas Urbanas Falleras. Se contaba, que un presidente-propietario de una falla muy premiada, constructor, promotor, resolvía los exorbitados costes del monumento fallero, variando, al alza claro, los pisos que en aquellos momentos tenía a la venta. Sea la historieta verdadera, sea producto de la fabulación que llevó detrás la era, por ahora solo dormida, del “pelotazo”, fuera como fuera, eran otros tiempos en los que nos creíamos, y bien que nos lo creímos, que podíamos atar los perros con longanizas.
La dureza del 2008, 9, 10, y ……, está obligando a poner los píes en el suelo. Aunque cueste mucho y asuste aun más.
Durante los años que coincidieron con la enorme burbuja de la construcción, las fallas, contagiadas del “crece y crece”, del “a vivir que son dos días”, se lanzaron hacia un gigantismo que asustaba a propios, mientras asombraba a extraños.
Durante los años de la demasía, numerosas voces, incluso falleras, pesadas e incómodas, advertían que las fallas, los monumentos, conforme se hacían más y más grandes, perdían su sentido original de crítica, de “ingenio y gracia”, de “bordería”.
Durante los años del derroche, otras voces más, aconsejaban ponerle mesura al desborde, a la abundancia hueca, de muchos actos, y en todos los sentidos, de la Fiesta.
Ahora cuando los presidentes de las fallas de la sección especial, los grandes, los que más disparaban con pólvora de rey, acuciados por la dura realidad, del presente y del inmediato futuro, cuando se han citado, acuciados por el cierre del grifo de bastantes patrocinadores, para ponerle freno a tanto exceso pasado, ahora va y nos sorprendemos, nos desgarramos las vestiduras, y estamos a punto de creer que la fiesta va a desaparecer.
Las fallas no desaparecerán, pero tendrán que volver a rescatar muchos de sus orígenes, romper el divorcio que muchas de ellas tienen con su barrio, recuperando las relaciones y colaboraciones de sus vecinos. Y corregir errores. Todos.
Publicado en Las Provincias 30 Enero 2010
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