31 mayo 2007

gfrtsodw

El titular que usted acaba de leer no es un error de tipografía, ni es un palabro al que se le han caído unas cuantas vocales. Esto de Gfrtsodw pretende ser un mensaje, un mensaje primo hermano de esos que algunos partidos han enviado a los electores durante la pasada campaña electoral. No tiene usted la culpa de no entenderlo. La culpa es de quien lo ha lanzado así de complicado y sobre todo que ha pretendido, que usted tenga que hacer el esfuerzo de adivinar lo que quiere decir. Por muchas veces que repita Gfrtsodw, aunque utilice sonido estéreo, aunque lo imprima en colorines, aunque lo encuaderne, aunque lo acompañe con una lista de fieles adhesiones, aunque lo estampe en bolsos, camisetas o en peines para calvos, aunque acuda a pasear un escuadrón de gigantes y cabezudos, el mensaje continuará siendo ininteligible. El mensaje irá por un lado y el resto de los ciudadanos por otro. El culpable volverá a ser el mismo, el emisor. Y el emisor, aunque solo sea por elegancia, nunca deberá culpar al receptor de ir por otra onda. El emisor tendrá que reconocer que no ha sabido captar ni la sensibilidad ni la realidad de aquellos que deberían de ser los destinatarios de sus propuestas. Luego pasa lo que pasa y lo que les pasa.

Pero para no andar con más circunloquios. Estamos hablando, en Valencia, y de los inexistentes proyectos presentados desde los partidos de izquierda, de centro izquierda o como quieran decir situarse.

¿Ha sido cuestión de mensajes o de candidatos? ¿Acaso ha visto usted reflejada en la cara de los aspirantes, que tenían un mínimo de fe en lo que estaban proponiendo? ¿Llegaron a creer los candidatos sus propios mensajes? ¿Usted recuerda una, aunque sea solo una, propuesta socialista que pudiese interesar al electorado? ¿Han percibido los socialistas los cambios sociales que se han producido a su alrededor en muchos municipios, incluyendo los que ellos gobernaban? Pues, parece que no. ¿Han ido de “sobrados” en municipios que consideraban como “suyos”? Pues parece que si.

Culpables de la “desteta” ¿mensajes o candidatos? Ambos. Además del admirable acierto de los adversarios políticos, los populares, que si que han sabido llegar a lo que les pedían sus electores y sus neo electores.

Fernando Martinez Castellano 29 Mayo 2007

25 mayo 2007

kit de aseo

La Consellería de Sanidad, ha anunciado que hará entrega de un kit de aseo a todos los pacientes que ingresen en los hospitales públicos valencianos. Tal los tiempos que corren, los mal pensados, que mira que los hay, a veces hasta con razón, dirán que es un gesto electoral más. Otros, quizás los sanitarios, asegurarán que tampoco viene mal la cosa esa del gel, del champú y de la esponja, para agitar la piel, ya que de cuando en cuando se tropiezan con arsenales de camemnbert andantes.

Aunque bien pensado, sin más connotaciones electorales, lo del kit de aseo tampoco vendría mal, ahora que empiezan a aflorar los calores y los sudores, que la iniciativa de Sanidad fuese copiada por las Consellerías de Transporte y la del Medio Ambiente. No sería ningún desatino el proveer a los usuarios del transporte público, que por fortuna son muchos más que los que se hospitalizan, de un juego de mascarilla y un desodorante sobaquero, para no soportar y para que no te soporten. Seríamos pioneros en el mundo. Eso si que nos convertiría en únicos. Por delante de los protocolos de Kyoto y de todo lo que se presentase. Lo malo es que los políticos al no soler utilizar los buses y el metro, no caen en la cuenta. Y mira que la medida sería bien acogida.

Pero ¿que kit de civismo habría que darles a esa gente que no sabe donde meter los píes, zapatos, zapatillas y chancletas? Observen, y agradezcan a la madre naturaleza el que los humanos solo tengamos dos píes. Aparecen píes ocupando asientos en el metro, en el autobús, en las butacas de delante en el cine. Asoman píes junto a ti en un semáforo colgados en la ventanilla. Es una guarrada, que no exista el más mínimo respeto por quien venga después a ocupar el asiento del metro, del bus o la butaca del cine. Nadie tiene que llevarse pegada en la falda o en los pantalones, la mala educación de otros.

Y todavía hay quien se rasga las vestiduras, porque se quiere incorporar a los planes de estudios una asignatura que tenga algo que ver con la educación para la ciudadanía. ¡Pues no nos está haciendo poca falta! Pero esto parece que es política, y hoy a mi no me toca. Hoy tocan kits y añadir a la lista de los que tienen que repartirlos a la Consellería de Educación.

Fernando Martínez Castellano 22 Mayo 2007

Publicado en Las Provincias 25 Mayo 2007

23 mayo 2007

ricos de vértigo

Se están descubriendo numerosos casos de corrupción municipal y sigue sin pasar nada. Hay muchas "Marbellas", demasiadas y demasiadas muy próximas. Y no pasa nada. Aunque todo sea demasiado evidente. Incluyo con fecha de hoy una "en fila india" publicada en los finales del 2003 y que no ha perdido ni un ápice de actualidad. Bueno si que ha perdido, se queda corta.


Ya han conseguido el cofre de las dudas. En este empeño ha estado por acción o por omisión, la mayoría de los que llamamos clase política. De todos los partidos. No hay quien tire de la manta, en voz alta, no sea que también tiren de la suya.

Dentro de esa clase, con todo lo peligroso que es generalizar, el enriquecimiento rápido, no, rápido no, vertiginoso, suele ser tan veloz como sospechoso. Que si herencias propias, que si de la parienta o el pariente, que si tocadas de lotería, que si la suerte en inversiones que han convertido cuatro perras en cuatro millones, que si un tío de América….., todo son historias o historietas, con el ánimo de engañar a quien, a duras penas se va a creer el prólogo del cuento.

No son los partidos políticos, ni las instituciones locales, provinciales, autonómicas o nacionales, las que deben de pedir cuentas a tanto “mafioso” electo que anda pululando a la sombra de los presupuestos públicos, es el pueblo español el que debe de exigirles que expliquen cómo ganando cinco pueden llegar a tener un patrimonio de cincuenta. Se les debe de obligar a que nos den clases, a los ciudadanos que el día veinte vemos la transparencia de nuestros bolsillos, de sus maravillosos equilibrios financieros; que hagan públicas esas tesis magistrales que les ha llevado a una increíble capacidad de ahorro. Se les debe de requerir para que expongan a los millones de españoles a los que las hipotecas no dejan dormir, como son ellos capaces de obtener unas condiciones tan especiales en “taes” “mibors”, plazos y demás cascabeles y luego cómo pueden satisfacer unas cuotas mensuales muy superiores a sus ingresos oficiales.

Cuando lo hayan contado y recontado, que nos cuenten, cómo si son tan buenos gestores para lo propio, cómo es posible que dejen a su paso en lo público déficits tan impresentables.

Que se den cuenta de una vez, que el “y tu más”, ni es explicación, ni nos vale a los ciudadanos. Y si nosotros no despertamos, seremos cómplices de los políticos más corruptos, por consentir, que hagan lo que hacen bajo el paraguas de nuestro voto.

Fernando Martinez Castellano. 24 Diciembre 2003

Publicado en Las Provincias 27 Diciembre 2003


16 mayo 2007

mil pies de precinto

El comprador de un piso subastado se encontró, al entrar en él con la ayuda de un cerrajero, el cadáver momificado de la anterior propietaria. Llevaba más de seis años muerta. Nadie reparó con que la señora no diera señales de vida. Ni familia, ni vecinos, nadie. Ni el banco, ni el juzgado, ni el cartero de los requerimientos, ni los del agua o la luz. Nada. Nadie. Ha sucedido en unos apartamentos en Roses, como podía haber sido en un chamizo en el desierto de Atacama. La soledad de la persona multiplicada al infinito.

Aunque la sensación de soledad también se puede tener en compañía. En compañía la han sentido los vecinos de Patraix a lo largo de unos cuantos años, notando que no les hacían ni puñetero caso.

Claro que las subestaciones eléctricas para el suministro urbano, no pueden estar ni en los cerros de Úbeda ni en el desierto chileno que nombraba más arriba, pero tiene que existir un término medio entre instalarlas en las sierras de Enguera, tal como ironiza un muy hábil maestro, y replantificarla, con el pretexto de se trata de “una ligera reforma” en la calle Gaspar Aguilar, rodeada de viviendas por todas partes.

Decimos, son necesarias las subestaciones, o el nombre técnico que tengan, pero que queden lejos de mi casa. “Lejos de mi casa” puede ser cerca de la tuya. ¡Ay! que le vamos a hacer.

En Patraix y en muchos barrios de Valencia, como en otras ciudades de España, la red eléctrica parece como si estuviera cogida con celo. Con tanta OPA se ha descuidado lo esencial. Se puede preguntar a los comerciantes y vecinos de Colón y Gran Vía, cuantas veces se quedan a dos velas y tres linternas. Dentro de nada, vamos a tener encima las altas temperaturas y las puestas en marcha de los aires acondicionados. Los gabinetes de prensa de las electricas ya tienen a punto las excusas. La demanda punta.

Recuerdas otras Filas Indias dedicadas a los cableados de Patraix, recuerdas aquello que te preguntabas de que si todo estaba tan claro, si no afecta nada a nada, ¿a qué vino lo de pasarse la patata caliente de las autorizaciones de ampliación, de la dichosa sub-estación, del PP a PSPV y del PSOE a PP?. Otra vez tiene que pasar algo, solo ha sido aviso, para que se inicie la reacción.
Fernando Martínez Castellano 16 Mayo 2007

10 mayo 2007

el coleccionista de momentos

Me contaba Luís Gil, que hace unos días, se encontraba con un amigo común, con Lázaro, en una cafetería, dentro de uno de esos espacios acristalados, expositores en los que penan, mitad exhibidos, mitad avergonzados, los que aún no se han quitado del pecado del tabaco. Lázaro y Luís, fumadores, en realidad, quemadores ocasionales, un puro a la semana, pese a estar en el coto del humo suelen comunicar, quien advierte no es traidor, a sus vecinos de mesa que van a proceder a encender un habano. Siempre avisan, porque en algunas ocasiones, hasta los mismos fumadores salen despavoridos.

El caso es que, ese día, el martes de la semana pasada, al vecino de mesa no le molestaba, rara avis, el humo de los puros, es más entabló con ellos una corta conversación. Les contó que era coleccionista de vitolas de habanos.

“Ya no fumo, por prescripción médica, creo que es cierto que lo de fumar mata, pero entro en estas cárceles de cristal que son los rincones para los fumadores porque hay menos jaleo, pero miren, miren”, abrió y les enseñó la cartera.

Allí en la pieza transparente donde otros llevan el DNI, otros una estampita como mi amigo Gustavo, y los más viajados una foto al píe de la Torre Eiffel, el afable señor tenía un buen número de vitolas.

“Vean, no son solo bandas de papel, en la parte de atrás escribí porqué encendí el puro, o quien me lo regaló, donde estaba y con quien”. Lázaro, el amigo de Luís, confirmó “Perdone caballero, eso no es una colección de vitolas, usted es un coleccionista de momentos”.

Seguro que para los coleccionistas de verdad, los vitofílicos, ¿se dirá así?, lo que hace el señor de la cartera, debe de ser un delito de lesa majestad, pero ¿acaso no poseen más vida esas vitolas que las que permanecen guardadas en álbumes, lejos de la luz para que esta no les dañe?.

Hoy no he querido hablar ni de encuestas, ni de elecciones, ni del día de después, ni de los que ya están afilando las navajas cabriteras entre conjuros de venganza. Las pequeñas cosas, nos llenan mucho más. Hoy contándoles lo de las vitolas escritas, quiero agradecer a la familia Noguera, el que abra al público su millonaria y colorista colección de soldaditos de plomo, de los que no matan.

Fernando Martínez Castellano 9 Mayo 2007

Publicado en Las Provincias 11 Mayo 2007

02 mayo 2007

el perfume de París

A falta de pan, buenas son porras, como diría un madrileño. A falta de debates, entre los candidatos, buenas son las apuestas, con un café por en medio. Por cierto, ¿Por qué no aprendemos de nuestros vecinos próximos y los de un poco más allá?, ¿Quién tiene miedo a los debates públicos?, ¿Creen, los asesores, que los candidatos parecerán aun más cortitos?. Siempre nos quedará Paris, ahora más cerca con los vuelos de bajo costo, disfrutaremos de ella y de paso, veremos debates entre candidatos, eso si franceses.

Antes se jugaba a los “chinos”, habían auténticos profesionales del asunto, ahora bastante más aburridos, unas veces nos limitamos a anotar en un papel, que perdemos en el fondo de los bolsillos, los posibles resultados de futuros acontecimientos y otras veces a través de Internet, en blogs, en correos, igual se hacen porras, sobre cuestiones tan serias como quien le va a disputar la Copa del América al Alinghi, qué equipo se acabará llevando a Villa, quien caerá antes Quique o Carboni, u otros temas, de menor interés para el personal, como puede ser el resultado de las próximas elecciones autonómicas, o en que quedará esto de los escandalosos, por lo del agravio comparativo con otros trabajadores, finiquitos, por cierre de la legislatura, con que se han dotado los parlamentarios de las Cortes Valencianas(mira que cosas en estos asuntos los debates fueron más bien silenciosos).

Ante la plomiza, por larga y repetitiva, campaña electoral en la que estamos inmersos, desde vete a saber cuando, el personal que se tiene que mover entre presentaciones e inauguraciones, se relaja haciendo quinielas no publicables. 49, 42, 8. Más o menos como las encuestas, pero un poco más fiables, porque no son manipuladas, en el mejor sentido, en ninguna “cocina”. ¡Ay¡ ¡Ay¡ ¡Ay¡ que algún día nos tendrán que contar como sazonan las respuestas de los ciudadanos en cada “cocina”, para que las previsiones que se “cocinen” siempre sean a gusto del pagador. Si lo piensas bien, quizás ahí está la clave del porque a la noche del día de elecciones le llaman, con empalago, “la noche mágica”. Altea dice, que debería denominarse “la noche de la caída de las estrellas fugaces”. Unas con y otras sin finiquito.

Fernando Martínez Castellano 2 Mayo 2007

Publicado en Las Provincias 4 Mayo2007

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