31 enero 2006

AÑO DE VISPERAS

¿Te estás dando cuenta, Altea, lo rápido que transcurre un año?. Tiene que suceder así, cuando tantas veces, deseas que los lunes ya sean viernes. Cuentas hacia atrás las semanas, sin darte cuenta que en este juego se resta a todo.
Y entre restas y restas quieres hacer un resumen de aquellos trescientos sesenta y cinco días que conocemos como el 2005. No sabes que etiqueta ponerle para recuperarlo de la memoria.
Despertó el año con el legado del cruel recuento de los miles y miles de victimas del tsunami en el Extremo Oriente. Parecía como si cincuenta mil, muertos arriba o abajo, ya no importase ante tanta tragedia. Nos pilló muy lejos, la distancia fue la excusa que todo lo mitiga. A lo largo del año, la Naturaleza, nos envió unos cuantos recados, en países pobres, en países ricos, patentizó lo mínimo que es el hombre. Sequías inmensas, diluvios imprevisibles, en una noria continua. El cambio climático que se tomaba como cosa de nos apocalípticos alocados, ya es más que evidente, pero seguimos ante él egoístamente pasivos. ¡Quién venga detrás que solucione!.
El año de la rima estúpida, machacada hasta el aburrimiento, fue recibido con millones de mensajes, ripios por todos lados, carentes de originalidad.
Aun menos novedad hubo en los mensajes de los cargos públicos valencianos. El mono discurso del victimismo ha continuado siendo la soflama-consigna que se ha repetido hasta la saciedad desde el Ayuntamiento de Valencia y desde el Consell. Se ha porfiado tanto y tanto, desde personas, cargos, Organismos, los mismos que guardaron silencio ante todo, que llegan a ser incapaces de valorar de que se corre el riesgo que las justas reivindicaciones se conviertan en un adormecedor sonsonete. El victimismo como agotable ubre electoral y trinchera partidista.
¡Ay!, lo del AVE a Madrid, los demás destinos parece que no importen, avanza a la velocidad de los trenes de vapor. Los errores que se cometieron cuando se aceptó que la línea curva era la más corta entre dos puntos, se están pagando. Dicen que estará para el 2010. El papel es muy sufrido, las promesas electorales aun más y además, no se suelen pagar.
El descerebrado crecimiento, miles y miles de viviendas, de muchos municipios del sur de la Comunidad y de Murcia, han puesto de manifiesto, que más que un trasvase desde el Ebro, lo que va a hacer falta es el Ebro entero.
Se ha inaugurado el Palacio de las Artes Reina Sofía, esta ha sido la primera inauguración, luego vendrá otra más próxima a las elecciones. El edificio grandioso, pese a los incrementos de costes tan estratosféricos que dentro de nada, si se llegan a conocer, habrá que hablar de miles por ciento. El contenido, el mantenimiento, un misterio.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias, Hemisferic, Oceanografic, ejes de revitalización de viejos espacios. Auténticos focos de atracción turística, escaparates de una ciudad que quiere ser vista, que sueña con ser reconocida, que desea ser querida. Vi en el 2005, a valencianos fotografiar orgullosos, a los grupos de turistas que a su vez fotografiaban la obra de Calatrava. Oí a valencianos chapurreando ingles, italiano, esforzándose en ser corteses. Vi y oí a sicilianos arrimando el hombro para alzar un trozo de falla, asombrados ante nuestras costumbres, ante la perdurabilidad de ese pasado común que mantienen las aguas del Mediterráneo.
2005, año de vísperas. Víspera de la visita de Benedicto XVI, en el Encuentro Mundial de las Familias. Víspera de la víspera del 2007, la gran incógnita. Víspera de que el Parque de Cabecera llegue a su fin. Víspera de la elección del Nuevo Mestalla. Víspera de que el Parque Central sea al fin Parque. Víspera de nuevos Estatutos. Víspera del freno a tanta crispación. Víspera de que ya no quede un metro para constrir.
2005, el año en el que Amelia, cumplió noventa años.
Fernando Martínez Castellano. Enero 2006
Publicado en Las Provincias en el ANUARIO 2005 el 31-1-2006

27 enero 2006

EL OBSERVATORIO

He recurrido al buscador google para ver si encontraba el nombre del observatorio más grande del mundo. Me ha sacado trece o catorce observatorios todos queriendo ser el más del mundo y aledaños. Ya que un observatorio no se levanta de la noche a la mañana, me parece que alguno exagera, o miente. La cosa es que entre ellos, claro, aun no figura el que van a construir los empresarios valencianos para hacer el seguimiento de las obras del AVE que unirá Valencia con la Meseta. Nota al píe aunque caiga en medio, reconozco que me pierdo en el bullir de las iniciales de las organizaciones empresariales. Pero bien pensado, el observatorio que andaba buscando en Internet, va de la cosa galáctica y el que quieren promover por aquí se supone que irá a ras de tierra.
Aunque tarde, más vale tarde que nunca, las organizaciones empresariales, han reaccionado queriendo averiguar, al fin, lo que ya hace tiempo deberían de haberse preguntado. Cuando muchos de ellos, de los directivos empresariales aun no peinaban canas, se nos contó por parte de Álvarez Cascos y Zaplana, aquella historieta de los trazados A, B, C, y no sé cuantas letritas más. Y todo el mundo se calló. Incluido el Ayuntamiento de Valencia.. Se aceptó, sin rechistar.. Tocaba callar ante que en lugar de elegir el recorrido más corto, se optase por un rodeo de tres pares de narices para llegar de Madrid a Valencia. Recordemos que por aquel entonces no había Carods en el horizonte. Se hablaron de unos plazos de ejecución que ni en sueños se podían alcanzar. Y chitón, todo el mundo continuó en silencio. Solo el “FeFé” valenciano, se salva de la quema.
Ahora, salta lo del Observatorio, tarde, pero bienvenido sea. Que se planten las torres vigías en lo alto de la Sierra de Malacara para ver el avance de las obras, para que no haya ni un momento de distracción. ¡Que se cumplan todos los plazos de una puñetera vez!.
Y aprovechando que se instalan todas las lentes, las de lejos y las de cerca, que se sigan todos los “cacaos maravillaos” que nos acechan, a babor y a estribor, las terras, los ivex, los julios, las zarras, las orihuelas, los castellones, las diputaciones, los parques centrales, las ágoras, las fifas y el delirium tremens.
Fernando Martínez Castellano 25 Enero 2006
Publicado en Las Provincias el 27 Enero 2006

21 enero 2006

FOTO DE FAMILIA

Hace años alguien dijo que Valencia iba a ser la California europea. No era por lo de las naranjas, ni por el clima, lo decía por la riqueza, por los avances industriales, por comparar el Parque Tecnológico de Paterna con Silicon Valley. Mientras afirmaba lo primero, su política daba todos los pasos para que nos fuéramos convirtiendo en la Florida del Mediterráneo. Los últimos censos, los últimos datos sobre la industria valenciana confirman que estamos más cerca de “ser” Florida, con todo lo bueno, con todo lo malo. Los sueños californianos apenas han quedado en una “ciudad del cine”.
Por cierto, qué extraña relación la que mantenemos con los EEUU, al margen de Bush y Rodríguez Zapatero, los envidiamos, los imitamos, aunque algunas veces nos salgan bastante mal las copias y sobre todo no los conocemos, como seguro que ellos tampoco a nosotros.
Estábamos con lo de California. El miércoles 18 en LP, se publicaba una fotografía realizada pocas horas antes de que Clarence Ray Allen, anciano de setenta y seis años fuera ejecutado. Clarence además de anciano, indio, ciego, sordo, diabético era un asesino y seguro que en el momento en el que se celebró su juicio era pobre, lo bastante pobre como para no poder contratar a uno de esos abogados a los que California, ha glorificado vía dos mil películas.
En el colmo de la estupidez, de la hipocresía, en la última cena que le dieron a Clarence, los postres y helados con sacarina, no fuera que entrase en coma diabético y les agriase el acto. ¡Que gilipollez tan grande!. La pena de muerte es un acto de venganza. A la venganza no hay ningún credo que la justifique, se sirva en plato frío o caliente.
En la fotografía aparecía, el condenado ahora ya difunto, rodeado de cuatro familiares. Todos sonrientes. Debían de estar diciendo, chiiiiiissss, patata o el nombre de la madre del momificado Suarsenege, gobernador de California. En un principio la foto me dio mucho yuyu, pero mas tarde, observando mejor las caras, la sonrisa de la sobrina, debía de ser sobrina, se me pasó. Pensé mal, allí estaban todos, menos el reo, celebrando el haber vendido los derechos de la vida de Clarence a un productor de Hollywwod, cosas de los Usas. Quizás el tiempo dirá.
Fernando Martínez Castellano 18 Enero 2006
Publicado en Las Provincias el 20 Enero 2006

13 enero 2006

ESPEJITO, ESPEJITO

Qué les voy a decir, me continua pareciendo increíble que en un solo puente sobre el Viejo Cauce, que en unas decenas de metros, el Ayuntamiento de Valencia se haya gastado en flores de Pascua, quizás el adorno navideño más efímero, la friolera de 120.000 euros, Veinte Millones de las antiguas pesetas. Y me parece tan sorprendente como los 240.000 euros, Cuarenta Millones de pesetas que nos cuesta anualmente el dichoso puente de las macetas, de las flores. Capricho, antojo, es lo mínimo que se puede decir del despilfarro floral, por muy mal que le siente a quien le siente. A todos esos millones, añádanle la vigilancia que hay que prestar a las macetitas caprichosas para evitar que vuelen al maletero de algún coche.
Apariencia y fachada, repartidas sin ninguna proporción. Es venta de imagen, humo, promociones descaradas de la nada, promociones en las que muchos caemos, tal vez, llevados por el deseo de que las cosas pueden ser tal como nos las prometen y publicitan.
A principios del pasado Noviembre, se nos presentó a todos los ciudadanos el Plan 72 Horas. Confieso, fui uno de los tontosdelhaba que picó en el anzuelo. Creí que era posible que muchos de esos pequeños problemas con los que nos tropezamos en calles y aceras, se podrían solucionar. Diría que casi lo que menos importaba era lo de las 72 horas, en algunas cosas hay que conformarse con que sean días, e incluso semanas porque la cosa de los desperfectos no viene de ayer ni de anteayer. El Ayuntamiento, la Delegación correspondiente, ha contado con la ayuda de los vecinos que han ido colaborando, con llamadas telefónicas, de un bache por aquí, una tampilla rota por allá y en medio unas cuantas aceras arrasadas, otros tantos jardines secos y decenas de palmeras trasplantadas que mueren. La respuesta-solución para todo, ha venido siendo una capita de asfalto que todo lo tapa.. Si resulta que lo que se denunció fue un bache, asfalto. Si fue una joroba en la calzada, pues nada, asfalto y más asfalto para que el resto de la calzada se iguale con el bulto, cuesta menos que picar. El asfalto ya está saltando por todas partes. ¿En qué quedará el Plan 72 horas?, en nada, por no decir chapuza. Al final, todos unos descreídos hasta Cala.
Fernando Martínez Castellano 11 Enero 2006
Publicado en Las Provincias el 13 Enero 2006

09 enero 2006

LOS DEPREDADORES PLASMATICOS

Lucia Vila, hizo una pausa tras leer las primeras palabras de un titular “El Consell traerá depredadores foráneos...”, lo que nos faltaba pensó, como si por aquí no hubiera bastantes bichos dañinos, ¡va y encima los van a importar!. Y es que eso de las alimañas y las bestias, eso de la innecesaria agresividad, le tiene de los nervios. Menos mal que continuó leyendo el final del titular, “...para frenar la superpoblación de peces en la Albufera”. En un principio se quedó un poco más tranquila, pero luego le siguió dando vueltas al asunto. Recordó, que hace unos años trajeron unos cangrejos americanos que han acabado invadiendo acequias, bordes y motores. También lo de aquellos tour-operadores alemanes, que para atraer a los turistas de caña y sedal, tiraron unos pececillos en un pantano del Ebro. Los pececillos germanos, con el tiempo se han convertido en orcas de río, se comen hasta los domingueros que retozan en las orillas. Lucia sospecha que estos depredadores que va a fichar el Consell, se multiplicaran y multiplicaran hasta llegar a causar terror en los municipios ribereños a la Albufera. ¿Habrá control del sexo de los tragaldabas importados? ¿Se estudiará la proporción de depredadores y depredadoras? Ahora que, bien pensado, igual acaban estos malos bichos, con todos los inadecuados vertidos que van a parar a nuestra descuidada Albufera.
Está en un mal vivir Lucia con estas cosas. Si faltaba algo, le ha puesto a cien, el que D. Julio De España, Presidente de las Cortes Valencianas, haya obsequiado a los diputados autonómicos, con una televisión de plasma con la excusa navideña. Lo de la prodigalidad con los dineros públicos, aun lo entiende Lucia menos que lo de los depredadores, aunque haya quien les pueda buscar correlación a ambos asuntos.
Lucia se pregunta que si las Cortes Valencianas andan tan sobradas de euros, como para que su Presidente haga aguinaldos del tipo que los viene haciendo. Lucia cree que hay mil destinos bastante más necesitados. Lucia cree, que el pecado está compartido entre Don Julio y los que callados han aceptado el despilfarro, los que no son capaces de renunciar, los que ya están soñando con lo que les caerá la próxima navidad
Fernando Martínez Castellano 4 Enero 2006
Publicado en Las Provincias el 6 Enero 2006
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