31 mayo 2014

CASTAS

Me sorprendió más, mucho más el final de la primera parte de la séptima temporada de Mad Men, que los resultados electorales del pasado domingo. A mi, me caen bien los personajes de Mad Men, me traen muchos recuerdos de cuando aun no tenía la barba blanca. A otros, le gustan las series de guerra, prefiero las guerras que no hay tiros, aunque a veces aun lleguen a ser más feroces.
A los resultados
¿Qué esperaban de los ciudadanos, los dos grandes?, un día les antepondran  el “ex” y les costaará mucho quitárseñp.
¿Qué esperaba el PSOE después de meses, años, de vacaciones, mirándose el ombligo, contando nubes?
¿Qué esperaba el PP, después de los ciclones gurtelianos, de las cuentas en Suiza, de Barcenas tirando y no tirando de la manta, de las chapuzas?
¿Qué esperaban PP-PSOE del arrastre electoral de líderes regionales tan carismáticos como los que tienen por aquí mismo?
Estaba todo cantado. Si hasta ellos mismos, los aparatos de los dos partidos, sabían que la fuga de votos iba a ser enorme. Pese a ello, calcularon mal la dimensión de los escapes y la aparición de nuevos actores en la escena política española. Nuevos actores, electores muy jóvenes que en lugar de “pasar”, en lugar de no votar, en lugar de votar en blanco, decidieron, esta vez, votar utopía y votaron. Y alzaron desde la nada al cuarto lugar a Podemos.
¿Qué hará Podemos? El tiempo y al tiempo.
Por cierto, cuando Podemos utiliza la palabra “casta” es para definir “parte de de los habitantes de una sociedad que forma una clase especial”, porque “casta/o” también define a “honesto, puro, que no tiene picardía ni sensualidad”. Y sinceramente, en esta definición no meto, ni con mazas de picapedrero, ni al PP ni al PSOE.
Sea cual sea la palabra “casta”, ya verán como va a ser uno de los términos que más se van a utilizar en el próximo futuro, hasta que los medios le cierren el grifo de las tertulias al líder de Podemos. Que se lo van a cerrar, que van a gastar poco en maquillaje, que va a ser un visto y no visto en los programas de la tele que arrastran audiencia de la que cuenta.
¿Y que va a suceder tras el susto? ¿Qué harán PP y PSOE? Nada. Algunos cambios cutáneos, y Congresos atados y bien atados. A seguir en el machito.

Fernando Martínez Castellano

29 Mayo 2014

24 mayo 2014

REFLEXIONARÉ

Hoy es Día de Reflexión. Mañana domingo, nos toca ir a las urnas. Y pese a todos los que han hecho que esta campaña haya pasado lo más inadvertida posible, hay que elegir. Por intuición, rechazo, fidelidad, porque lo que se dice conocer las intenciones de unos, de otros y de otros, de eso no tenemos ni idea. Es esta campaña escamoteada, se ha hablado mucho de sexo, de menosprecio y nada de objetivos concretos.

Así que mi ánimo es, para hoy y mañana, reflexionar. Esté donde esté, reflexionaré.

Va a ser un fin de semana para recapacitar, dentro de un orden, controlado, porque sino me subiré por las paredes como un drago ibicenco.

Filosofaré sobre la extraña unanimidad de los Patronos de la Fundación del Valencia CF, cuando decidieron a quien vender. Esa unanimidad, sin un voto en contra, sin una abstención, sin un voto particular, me ha dejado anonadado durante días. Repasaré, ese mirar hacia otro lado de los patronos de los patronos, esos acuerdos ¿acongojados?, de Generalitat, Diputación, Ayuntamiento, que ya los quisiéramos los valencianos en otros asuntos de bastante más calado para la Ciudad, la Provincia y la Comunitat.

¡¡Que lastima que RTVV no pueda volver a emitir Bienvenido Mr. Marshall!!. La ocasión, ¡que ni pintada!

Pensaré sobre el aluvión de análisis, seguro que ya están escritos, sobre los resultados electorales, porqué en España nadie pierde unas elecciones, porqué Rubalcaba no se retira de una vez, y hasta los porques de la alta abstención.

Reflexionaré sobre como pasa el tiempo, que la semana que viene vuelvo a cumplir años y que ya tengo uno más de los que dice Wikipedia.

Me estrujaré la cabeza para pensar como huir del bombardeo mediático que nos espera desde Madrid. Vamos a tener “Décima” o “el gran Simeone”, hasta en la sopa, aunque ya son más tiempos de gazpachos que de sopas.
Me coleccionaré los superlativos de los periodistas hooligans mesetarios, si los argentinos se atrevieron a llamar a Maradona “Dios”, los de aquí no se van a quedar cortos.

Y luego, esperaré a ver si llueve de una puñetera vez.

Fernando Martínez Castellano

24 Mayo 2014

20 mayo 2014

EN VENTA

Fueron tiempos, acontecimientos, que nos debieron de agarrar embelesados en el sueño. Estábamos tan encantados de habernos conocido, de creernos que nos hallábamos en la cima del mundo que aquello, el estallido de la burbuja, el estallido de sueños huecos, nos pilló de sopetón.
Quizás pensábamos que todo era pasajero, ya cruzamos, en años anteriores, por un bache en el que calculamos que nos quedábamos descolgados, ante las grandes inversiones estatales en Madrid, Barcelona, y Sevilla. Sobrevivimos a los fastos del 92.
Lo nuestro no era estar en la medianía, ni andar suplicando más atención, en euros y en cariño. En negro sobre blanco gritamos que “queríamos que nos quisieran”. Inventamos eventos con el ánimo de subir a la fama y por precipitados, por ilusos, por creernos “nuevos ricos”, recibimos “cornás” de truhanes internacionales.
Salimos del bache, trepamos y nos sentamos en la cumbre. O eso presumíamos, porque también volvimos a ser victimas, eso sí, con nuestra colaboración, entre otros, de algún que otro canoso pícaro al que le gustaban más nuestros euros que pasearse por el Mercado Central y no fue al único, al boss de la F1, al que le atrajeron los euritos y la prodigalidad de los valencianos.
De la frondosa arboleda fueron cayendo las hojas, una detrás de otra, en poco tiempo, y nosotros en Babia. Perdimos, de modo exagerado, protagonismo en el concierto nacional y seguimos ofuscados entre las nubes de colores. No abrimos la boca. No vendimos, regalamos.
Y no sé, porqué estoy escribiendo en plural, cuando la mayor parte de los actos que nos llevaron hasta aquí tienen unos autores con nombres y apellidos, cuando “nosotros” muchos de nosotros solo fuimos atónitos testigos de lo que estaba sucediendo. Pero nuestro silencio nos hizo cómplices.

Hoy puede caer una de las últimas hojas, pese a estar en Primavera, aun siguen cayendo hojas. Esta será más dramática. Entre populismos, salvapatrias y demagogias que no resisten el más mínimo paso por el cedazo de la lógica. Nos agitan como peleles. Mienten, porque la mentira es gratis en España. El tiempo lo dirá, salvo error y omisión. Si los nervios no acaban antes con nosotros, y nos peguemos otro gran batacazo.
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