30 marzo 2007

las cosas que no te dije

Después de leer algo de lo que se ha escrito tras el fallecimiento de Antonio Palomares, de lo que se escribió después de haber muerto Juan Antonio Caparros, me preguntaba Altea, por que nos frena un extraño pudor a decirles a los amigos, mientras están vivos y bien vivos, lo que sentimos por ellos. Insistía Altea, en lo que nos corta manifestarles, a muchos de los amigos, la admiración que nos provocaron algunos o muchos de los pasajes que les toco vivir. Se lamentaba Altea de que con demasiada frecuencia tiene que irse uno, para que incluso echemos de menos lo que siempre creímos que aun no nos había contado. Se arrepentía Altea de que solemos decir “ya quedaremos” cuando se debería de concretar el lugar, el día y la hora para la cita. Muchas veces solo es por indolencia, luego, también muchas veces, lamentamos el haber pospuesto y pospuesto los encuentros.

Hay momentos en los que he llegado a creer que en el Más Allá, deben de tener un Super Internet para que los que se han ido puedan pegar un vistazo a todo lo que se escribe por aquí abajo, sobre ellos. Solo así se entiende que se llenen líneas y líneas en obituarios y necrologías, que evitan, por regla general, cualquier disonancia con la forma de ser, con la de pensar, con la de actuar del fallecido.

Pero por si acaso en el Más Allá, aun no tienen los adelantos que creemos disfrutar por estos andurriales, he llegado a la conclusión de que a los míos, a mis amigos, en vida, les voy a decir lo que los quiero, lo que les admiro. Voy a considerar cada una de nuestras tertulias, como si fuese la última, y preguntar y contar. No quiero, ni gritar entre los chopos reclamando sus espíritus, ni tener que regresar, si me lo permiten, hecho un ectoplasma errante para susurrarles, en mitad de sus sueños, cuanto les adoraba.

En fin voy a iniciar el recomendable ejercicio de contactar, así seguirán subiendo las acciones de telefonía, con mis amigos este fin de semana. Hoy voy a comer con unos cuantos de ellos. Después telefonearé a Ximo, a Carlos, a José Antonio, a mi primo Jaime, para pedirle a cada uno que se cuide, que continúe siendo como es, que ya nos tomamos un café, y que, por favor, sigan soportándome.

Fernando Martínez Castellano 28 Marzo 2007

Publicado en Las Provincias 30 Marzo 2007

21 marzo 2007

bunyols de carabassa

Acabamos de pasar unas Fallas que van a hacer historia. No va a ser este ejercicio pasado uno más en la cadena festera. Han quedado varios asuntos, algunos peliagudos, para reconsiderar. Para reflexionar todos y sobre todos Félix Crespo, Concejal de Fiestas. Nada bueno presagian los enfrentamientos habidos entre vecinos, pues vecinos son los falleros y los no falleros. Porque hay que corregir, regular, o como queramos llamar a lo que debe de cambiar, aunque sea de puntillas, sin hacer ruido. Tiene trabajo el señor Crespo, ¡Ay si al menos ya estuviese creado el Consejo Social de la Ciudad!.

Me han dicho que se están recogiendo firmas para hacer, creyentes y no creyentes, un homenaje al Ángel de la Guarda que se le encomendó que sobrevolase sobre la ciudad de Valencia. Los firmantes quieren solicitar al Ayuntamiento un homenaje público, encargando a Calatrava, a Foster o a Pedro Santaeulalia, un monumento, monolito, o columna trajana, en el que se reconozca el trabajo a destajo que realiza, el celestial protector, en los primeros veinte días de Marzo. La explosión de la furgoneta en la calle Azcárraga solo ha sido un enorme susto. Susto que tendrá que servir como el gran aviso para que las cosas no puedan pasar a más, para que la fiesta no mute a tragedia. Anda la pólvora muy suelta, como si no hubiera demasiado control sobre su almacenamiento y traslado. La pestuza de orines, que es mucha, se quita con barrederas y agua a presión, los efectos de la pólvora incontrolada ya son otra cosa.

Me ha llegado un correo electrónico en el que me anuncian, e invitan a adherirme, la puesta en marcha de la Asociación de Amigos de los Buñuelos, amigosdelosbunyuelos@gmail.com, abierta a todo el mundo, sin cuotas ni de alta ni de las otras. Declaran que solo pretenden, proteger esa especie próxima a la extinción que son los auténticos buñuelos de calabaza. Denuncian las tropelías que se están cometiendo bajo el nombre “buñuelos”, casi tantas como se cometen con el de “paella valenciana”. Aseguran que si el Concejal de Sanidad presume de haber retirado 80 kilos de “masas fritas”, el decomiso debería de haber sido de 8.000, no por malas condiciones sanitarias, sino por ofender al gusto y al olfato.

Fernando Martínez Castellano 21 Marzo 2007

20 marzo 2007

carpas y lucios

Valencia nunca se planteó el tener, como Sevilla, un gran espacio, en el que se concentrase toda la Fiesta, un “real de la feria”.

Las Fallas de Valencia, nacieron sencillas y desperdigadas, desde las entrañas de sus viejos Barrios, desde unos cuantos vecinos que vivían en la misma calle, animados a montar un monumento de más o menos calidad, crítico con quien ostentase el poder, con la sorna, que siempre caracterizó a los valencianos, por delante. En aquellas Fallas si que importaba la conexión con el vecindario, el cobrador de la falla, un vecino más, era uno de los personajes conocido por todos. La falta de dinero se suplía con la imaginación, con mucho “ingenio y gracia” y con el salvavidas final de los “falleros de honor”. Pocas tracas, alguna verbena. Las fallas con posibles, tablado y orquestina, las más ricas con “parador”. Fueron otros tiempos, llegó el gigantismo. ¿Hasta donde?

La ciudad creció, el número de comisiones se multiplicó, la exageración lo ocupó todo, el exceso llegó con las carpas, carpas para todos. Mientras las Fallas, las comisiones que se encerraron en si mismas, fueron perdiendo la acidez de la ironía y ganando puntos en una coba empalagosa de acatamiento al poder cercano.

La ciudad, casi un millón de vecinos, bloqueada, desbordada, desde primeros de Marzo, con cinco de cada seis habitantes jurando en arameo.

Cada año abundan más las pugnas entre vecinos y vecinos falleros. A estos últimos hay que darles las gracias por ser el motor de la fiesta, pero hay que recordarles que los otros vecinos también existen.

Las pequeñas empresas, las que tanto aportaron a las Fallas, denuncian que por el cierre de calles están perdiendo hasta el 20% de sus ventas. No hay más remedio que ir pensando en algo. Reflexionar, poner en marcha la imaginación, la que desapareció, tomar decisiones por arriesgadas que parezcan.

La fiesta que es de todos, de los que la hacen, de los que la disfrutan, de los que les toca trabajar en los días más incómodos y hasta de los que reniegan entre dientes, tiene que seguir siendo de todos. En esto, por lo menos, que no haya más enfrentamientos.

¡Mira que si tuviésemos que empezar a no desdeñar lo del “real de las carpas”!.

Fernando Martínez Castellano 13 Marzo 2007

Publicado en Las Provincias 16 Marzo 2007

07 marzo 2007

palomas y zorros

“Vendetta” no fue el slogan más oportuno para recibir ni al Inter, ni a nadie. Menos teas al fuego. El fútbol solo es un espectáculo, hasta un deporte, nunca debe de ser una guerra. No obstante, Atenas, en Mayo, espera al Valencia.

Al parecer, el Ayuntamiento de Valencia, desde la Concejalía de Sanidad, va a establecer las medidas necesarias para evitar que tengamos que ir por la calle provistos de paraguas, refugiándonos de las tremendas defecadas, cagadas para entendernos, que sueltan los miles y miles de palomas, tórtolas y demás parentelas que pululan, anidan y sobrevuelan en esta paciente ciudad. Por una parte se cazan y cazarán aves al vuelo, a golpe de redadas y por otra se quiere concienciar a los ciudadanos, bloc de multas en mano, para que dejen de alimentar y cebar a los okupas alados.

Detrás de la medida debe de estar el intento de reconducir la enorme población plumífera, a lugares digamos más tradicionales. Iba a decir, entre otros, Plaza de la Virgen, pero he recordado lo peligrosa que es la mezcla del pavimento de dicha plaza con las deposiciones palomiles.

La paloma, símbolo de Paz, ha pasado de ser un animal, que despertaba simpatías, a ser un bicho tiñoso que en el ámbito urbano provoca iras.

Tal como está el patio de la crispación nacional, por eso decía que sobraba lo de “vendetta”, igual le montan un pollo, a píe de despacho, al Concejal de Sanidad, por los intentos de eliminación de palomas y tórtolas, desde las asociaciones de lavaderos de coches y el gremio de tintorerías, ante la posibilidad de que aminore el trabajo.

Se habrá calculado todo, como también se habrá calculado por qué se van a colocar solo 200 urinarios en toda la ciudad durante las Fallas. Imagino que alguien habrá llegado a la conclusión de que se orina menos en Marzo que en Julio y de ahí la diferencia entre los 200 y los 7000 de la visita papal. Recordando las inundaciones de orines que se produjeron durante los días de Fallas del año pasado, tan escaso número de cabinas va a servir de excusa para que muchos incívicos sigan meando fuera del tiesto.

Acabo de escuchar una frase. “No olvidemos, el enemigo es ETA, los otros solo son adversarios políticos”.

Fernando Martínez Castellano 7 Marzo 2007

Powered By Blogger