15 abril 2005

cometa dorado

La línea verde en el cielo estalló el 13 de Abril a primera hora de la mañana frente a las costas valencianas. Un cometilla, o menos, sin nombre, cruzando el mundo del Oeste al Este, para venir a caer en las aguas de la copa del América, puede tener muchos intríngulis. Una vez dejada de lado la posibilidad de que haya sido un efecto elaborado por el marketing del evento náutico, hay que pasar a contemplarlo desde otras perspectivas. Sin menospreciar la intervención de rapelianos televisivos. Los cruces en el firmamento siempre han querido decir algo y esta vez no iba a ser menos, pese a que la estrella haya venido desde el Occidente, o a lo mejor por eso.

Por cierto, acostumbrados a las exageraciones de los “partes”, también conocidos como telediarios, de Canal 9, sorprende la escasa cobertura que se le ha dado al galáctico acontecimiento. Esto con Zaplana no hubiera sucedido ¡Lo del meteorito es una clara señal de que esta es la tierra afortunada, más clara no ha podido ser!, nos hubiera dicho el señor que riñe a los que lo quieran ver a las nueve de la noche. Quizás, para el ex President hubiera sido la excusa perfecta para montar una “ciudad de los meteoritos”.

La cosa es que el Gobierno de Francisco Camps le sepa sacar provecho al asunto. El paso del aerolito, el pedrusco galáctico o lo que fuere antes de hundirse en el mar fue fugaz, pero se trata de explotar los beneficios que pueda reportar tan señalado acontecimiento, aunque al cabo del año caigan miles y aun más grandes. Hay que aprovechar la ocasión, esto es real y no como lo que pasó hace unos años con aquellos bloques de hielo que caían por doquier, en la mitad de los pueblos de España y al final resultaron que igual eran los desahogos de las letrinas espaciales o los rebosantes servicios de algún avión en vuelo.

Nuestras partículas interplanetarias si que han venido del espacio exterior. Y además gratis. Se ha presentado sin pasar factura, sin anunciarse, sin anteproyectos ni proyectos ni impactos ambientales que sirvan de excusa para injustificables retrasos. Han llegado con la velocidad que hubiéramos deseado para hacer realidad unos cuantos cientos de promesas que también un día llovieron sobre nosotros.

07 abril 2005

capricho y amores

Estaba contando José Manuel las sensaciones que había experimentado en Sevilla, cuando, callejeando por la capital andaluza, percibió el penetrante aroma del azahar que bañaba las estrechas calles y plazuelas. “Serán muy bordes los naranjos sevillanos, pero le dan a su ciudad un olor especial”. Al final José Manuel nos preguntaba por la ausencia en las calles del Cap y Casal, del árbol al que tanto debe la economía valenciana, el que tanto representa a y para nuestra Comunidad. Y nos quedamos sin respuesta, pese a aquellos argumentos-excusas sobre la “pinyolá”, la mosca, la tristeza y no sé cuantas cosas más, plagas que seguro que tampoco deben de faltar en otros árboles ornamentales.

Coincidiendo en el tiempo, va y sale lo de los árboles del amor en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. Al principio poca gente cayó con eso del amor. Había quien lo asociaba con lo del Capricho, el puente, como si capricho y amor pudieran llegar a confundirse. Menos mal que los concejales de la oposición, nos sacaron del error cuando nos dijeron que se trataba del Ceris Siliquastrum, y entonces caímos en la cuenta de qué iban los dichosos arbolillos que nos han costado como si estuvieran tan contrachapados con panes de oro como los palacios de los zares en San Petersburgo. El equipo capitaneado(¿por qué se dice capitán y no coronel o general?) por Rafa Rubio insiste, con el píe de rey en ristre, en la desproporcionada relación entre el diámetro de los troncos de los árboles plantados en la Plaza del Ayuntamiento y el importe de la factura de los mismos. La Concejala responsable contraataca con un metro de esos de toda la vida. Pero creo que aun nadie se pregunta si este tipo de árboles es el más apropiado para una plaza con superficie y usos tan trapezoidales y explosivos como es la mayor de nuestras plazas, si es tan solo otro capricho o es la consecuencia de un estudio que coordina espacios y vegetación ornamental.

Cuando se aclaren los asuntos de los escuálidos calibres y nalgudos euros, valdría la pena que no se guarden los metros y los píes de rey y empiecen a darse cuenta que Valencia se extiende bastante más allá de lo que se divisa desde sus despachos de Gobierno o de Oposición.

Fernando Martinez Castellano 7 Abril 2005

Publicado en Las Provincias

04 abril 2005

atasco

En aquellas películas que se empeñaban en mostrarnos el casticismo de la Villa y Corte te soltaban por lo menos media docena de veces el consabido “De Madrid al cielo”. Dicen que aquellas películas de Tony Leblanc en las que era inevitable que la Cibeles, apareciera cada dos por tres, fueron unas de las causas de que media España recogiera sus bártulos y se lanzara en pos de las delicias de la Capital del Reino. De esto hace treinta y muchos años, pero las cosas, en la España de las Autonomías, siguen estando como estaban o peor, en cuanto a la visión mediática centralista. Ahora aquellos, o los hijos de aquellos, que un día se fueron hacia la Meseta, aprovechan la más mínima excusa, en forma de puente, para salir zumbando. En los medios de comunicación, públicos y privados, de alcance nacional, existe Madrid; incluyendo el Real galáctico, el resto todo es difuso. La “periferia” para entrar en sus telediarios, que deberían de ser los de todos, tiene que tener a cuestas una matanza similar a la de Texas, un accidente de esos que los vehículos quedan reducidos a la nada o un incendio que arrase un polígono industrial. Si llueve en Madrid, es la Lluvia. Si nieva es la Nieve. Si tienen un puente tenemos todos un puente. Si los que huyen del “cielo”, todos a la misma hora sacan sus flamantes coches a la carretera y montan un atasco de no te menees, nunca mejor dicho, es el Atasco. Lo tenemos en el desayuno, la comida y la cena. El Embotellamiento de la salida y el post-Embotellamiento. El Retorno y hasta si han logrado aparcar bien cuando han llegado a casa. No hay más carreteras y autovías en toda la santa y paciente España. La vida más allá de la M40 no existe y si existe es cuando a los madriles les da por comerse una “paella”, en un chiringuito en cualquier playa. Por cierto, en “las paellas” hay más pirateo que en los DVD y más falsificaciones que en la ropa deportiva. Alguna Consellería debería velar por la mala utilización del nombre “paella”

Acabar tan hasta el moño del puente y el atasco intersideral-mesetario, nos obliga a escarbar en el calendario para ver cuando cae el próximo y en consecuencia preparar provisiones de las debidas infusiones apaciguadoras y tapones para los oídos.

fernando martinez castellano 4 Abril 2005

Publicado en Las Provincias

01 abril 2005

coche manta

Hace un par de años el Concejal Delegado de la cosa, anunció que el Ayuntamiento de Valencia iba a intervenir con firmeza, ante la proliferación de vehículos estacionados en innumerables sitios, que lucían rutilantes carteles en los que el “Se vende” iba acompañado de los teléfonos móviles del vendedor y toda su familia. Recientemente, hará unos seis meses, el mismo Concejal Delegado volvió a recordar, debería decir a recordarse a si mismo, que los vehículos que estuvieran estacionados y además empapelados con anuncios ofreciéndose, serían considerados como objetos abandonados en la vía pública, por lo que se procedería a la retirada de los mismos por los servicios municipales de limpieza. De paso el Concejal Delegado responsable de la cosa esa de los vehículos rodando por las calles, o sea del Tráfico, anunció que una nueva ordenanza acabaría de redondear la regulación de todo este improvisado mercado del coche de varias manos, imagino que teniendo en cuenta a los ciudadanos que pagan los impuestos para dedicarse a la actividad de la compra-venta de vehículos a motor.

Ni la Ordenanza prometida ha debido de ver la luz, ni el Concejal Delegado ha debido de dar las instrucciones oportunas para que los coches-anuncio fueran cargados por las grúas correspondientes. El caso es que los vendedores “improvisados”, por supuesto que nada improvisados, siguen plantando sus coche-manta cada día junto a más aceras. El viejo cartel del “Se vende” con los móviles de contacto, ha dado paso a una descripción detallada de las características del vehículo, tan detallada que casi incluye la lista de cd’s(pirateados por supuesto) que regalan con el equipo de sonido. Aquellos fiestas y corsas, en una clara puesta al día, han sido reemplazados por vehículos de alto poderío y amplia gama de todo-terrenos.

Comentando la cosa esta del coche-manta, Luis Gil me decía que cuando encuentre un hueco próximo a su casa, va a bajar un paragüero viejo que tiene y le va a plantificar un cartelón con un “se vende”, si por una de estas se lo retiran los servicios municipales ya tiene el asunto resuelto, y si antes aparece un comprador, mejor que mejor. Es capaz de ponerle cuatro ruedas al paragüero, para que no llame la atención.

Fernando Martinez Castellano 1 Abril 2005

Publicado en Las Provincias

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