04 abril 2005

atasco

En aquellas películas que se empeñaban en mostrarnos el casticismo de la Villa y Corte te soltaban por lo menos media docena de veces el consabido “De Madrid al cielo”. Dicen que aquellas películas de Tony Leblanc en las que era inevitable que la Cibeles, apareciera cada dos por tres, fueron unas de las causas de que media España recogiera sus bártulos y se lanzara en pos de las delicias de la Capital del Reino. De esto hace treinta y muchos años, pero las cosas, en la España de las Autonomías, siguen estando como estaban o peor, en cuanto a la visión mediática centralista. Ahora aquellos, o los hijos de aquellos, que un día se fueron hacia la Meseta, aprovechan la más mínima excusa, en forma de puente, para salir zumbando. En los medios de comunicación, públicos y privados, de alcance nacional, existe Madrid; incluyendo el Real galáctico, el resto todo es difuso. La “periferia” para entrar en sus telediarios, que deberían de ser los de todos, tiene que tener a cuestas una matanza similar a la de Texas, un accidente de esos que los vehículos quedan reducidos a la nada o un incendio que arrase un polígono industrial. Si llueve en Madrid, es la Lluvia. Si nieva es la Nieve. Si tienen un puente tenemos todos un puente. Si los que huyen del “cielo”, todos a la misma hora sacan sus flamantes coches a la carretera y montan un atasco de no te menees, nunca mejor dicho, es el Atasco. Lo tenemos en el desayuno, la comida y la cena. El Embotellamiento de la salida y el post-Embotellamiento. El Retorno y hasta si han logrado aparcar bien cuando han llegado a casa. No hay más carreteras y autovías en toda la santa y paciente España. La vida más allá de la M40 no existe y si existe es cuando a los madriles les da por comerse una “paella”, en un chiringuito en cualquier playa. Por cierto, en “las paellas” hay más pirateo que en los DVD y más falsificaciones que en la ropa deportiva. Alguna Consellería debería velar por la mala utilización del nombre “paella”

Acabar tan hasta el moño del puente y el atasco intersideral-mesetario, nos obliga a escarbar en el calendario para ver cuando cae el próximo y en consecuencia preparar provisiones de las debidas infusiones apaciguadoras y tapones para los oídos.

fernando martinez castellano 4 Abril 2005

Publicado en Las Provincias

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