14 diciembre 2004

cómo pasar de todo

En un principio me resultó bastante duro que la palabra “matar” formase parte del título de un artículo, pero después de haber oído al señor Zaplana decir tras la comparecencia del presidente del Gobierno en la Comisión del 11M que “Zapatero dejó el diario de sesiones sembrado de bombas”, me pareció que a la clase política con su desmedido afán de transmitir “titulares” en lugar de mensajes, se le ha caído el oremus de las albardas.

Con el título “Cómo matar el transporte público” se publicaba en LP(12-12-2004) un artículo del concejal Matías Alonso. Deduje que era Valencia, pese a que no se nombraba, la ciudad en la que estaba sucediendo lo que de una manera clara describía el edil socialista, para llegar a tal conclusión ayudaban los nombres de las calles y el interpelado señor Novo responsable de la circulación rodada en nuestra ciudad. Colegí que era Valencia a pesar de que con mucha templanza, bordeando la generosidad, casi se refería, el señor Alonso Blasco, en futuro a esa “muerte”, en lugar de utilizar el más explícito “Cómo se ha matado....”.

Todo el mundo sabe que el señor Novo, Alfonso para los amigos, es mucho más “listo”, mucho más inteligente que el mismo señor Novo cuando ejerce de gestor de lo que se mueve por nuestras calles y muy en especial cuando desempeña el papel de presidente de la Empresa Municipal de Transportes.

Todo el mundo que conoce la trayectoria política del señor Novo, y no lo digo, ni mucho menos, porque en su momento saltase de un partido político a otro, es una persona muy viajada, se ha movido innumerables veces por los países europeos, casualmente por aquellos de los que tenemos mucho que aprender, lo raro es que sus experiencias visuales europeas no las haya aplicado en el área municipal de la que es, por delegación, casi el máximo responsable.

La propuesta, que el concejal Matías Alonso efectúa en el antes mencionado artículo, para la remodelación de la avenida del Puerto, de dos direcciones para el transporte público en una vía de una sola dirección, es una puesta en práctica muy vista en Europa, incluso en Valencia la tenemos en la calle Escultor Capuz, y parece mentira que el señor Novo no haya caído en la cuenta.

Fernando Martínez Castellano 14 Diciembre 2004

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03 diciembre 2004

derroche

Una de las sorpresas, aunque para algunos no es tanto, que deparan los Presupuestos Municipales para el 2005 es constatar que en un espacio de unos cuatrocientos metros, más o menos, se gastará el 5% de lo previsto para el mantenimiento de jardines en la ciudad de Valencia. El lugar que goza de tal privilegio no es ni un parterre donde el personal pueda pasear tranquilo, tampoco es una recoleta plaza al modo de los rumorosos “patios” de Córdoba, el punto que se lleva tamaño despropósito es un puente, cruzado al día por la milésima parte de peatones que de raudos vehículos hacia la caza del próximo semáforo verde.

Aquellos que rebautizaron el “puente de las Flores” como el del “Capricho”, quizás se quedaron cortos, hay otros sinónimos de “capricho” bastante más claros, antojo, extravagancia, incongruencia e incluso tontería.

Es de difícil comprensión que mientras se propicia este despilfarro económico y floral, que cada año va a ir en aumento, existan zonas de Valencia en las que un día dejaron caer unos gigantescos maceteros, hoy secos, en los que se plantaron cuatro murcianas que duraron, por falta de cuidados, dos semanas. Hay muchos barrios carentes de zonas verdes o si las hay con cuatro arbolillos y dos setos medio muertos, medio marchitos y con unos artilugios destrozados para que jueguen los críos. La Policía Local ¿de Barrio?, esa que van a dotar con ordenadores portátiles para anotar carencias y estropicios, puede elaborar largas listas sin apenas esfuerzo.

Pero además de la desproporción, en la parte del mantenimiento, que se va a llevar el dichoso puente, lo que es evidente es la nula capacidad del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Valencia en la búsqueda y compromiso de entidades y empresas que patrocinen o ejerzan el mecenazgo sobre asuntos puntuales de la ciudad. Iberflora, o Rain Forest que está en todas partes, perfectamente podrían correr con el asesoramiento, con alguna que otra colaboración, o rectificación, para que los adornos florales temporales del puente del derroche, le cuesten a las arcas municipales lo menos posible por los siglos de los siglos.

¡Ah!, y que a nadie se le ocurra colgar macetitas en los cables del próximo puente atirantado.

Fernando Martínez Castellano 3 Diciembre 2004

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16 noviembre 2004

de paso

No sabes si fue la presentación del proyecto de actuación sobre la fachada marítima de Nouvel lo que precipitó que una semana antes saliera a la luz el Manhattan valenciano de Santiago Calatrava, si lo que sucedió fue lo contrario o si la prisa estuvo en las dos exposiciones y fuera la causa de que de ambas se espere la segunda parte. Tampoco sabes si fue algo más que el paisanaje lo que llevó a que las máximas autoridades autonómicas y locales, arropasen y bendijesen las maquetas de los rascacielos del arquitecto benimametense(¿estará bien dicho?), en contraste con la fría y distante acogida con que fue acompañada la muestra del proyecto de Jean Nouvel. No se trata a estas alturas de crear bandos con calatravistas y nouvelistas, no hay porque, pero algo me dice, que la estética de Nouvel resulta muy complicada para el gusto de los populares. Sean cuales sean las causas de los posicionamientos “oficialistas”, lo cierto es que el arquitecto francés, ha puesto sobre la mesa una actuación urbana completamente innovadora que abarca desde Nazaret hasta La Patacona.

Pese a que el papel es muy sufrido, las maquetas aun más y no digamos de las nuevas tecnologías aplicadas al diseño que parecen convertir las ensoñaciones en realidad, el proyecto de Nouvel te hace creer que es posible esa nueva Valencia, entendida como un todo, no como un “aquí te pillo aquí te mato”. La Valencia del futuro que deseamos, aunque no llegaremos a disfrutar de ella, no es precisamente la resultante de la suma de inconexos “PAIs”.

Además de Calatrava y Nouvel, Valencia se ha hecho muy apetecible, van a desfilar en los próximos años las estrellas muy rutilantes del urbanismo y la arquitectura. La ocasión la pintan calva, y ya que tendremos por aquí a Norman Foster, Renzo Piano, Frank O. Gehry, será el momento de que sacando nuestras raíces fenicias, les propongamos que en “el paquete de soluciones” nos incluyan, en un “llévese 3 y pague 2”, asuntos que por aquí llevan años enquistados sin resolver, como la dignificación de Plaza del Ayuntamiento(menudo bodrio nos ha quedado después de la última reforma) y los entaponados accesos a Valencia, retos muy superiores a rascacielos de 90 plantas.

Fernando Martínez Castellano 16 Noviembre 2004

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10 noviembre 2004

¿DONDE ESTÁN AQUELLOS EXPERTOS?




Tan solo hay que retrasar el tiempo nueve años, corría el segundo semestre del año 1995, E. Zaplana acababa de ganar las elecciones autonómicas. 
Por entonces, Valencia era una ciudad llena de expertos en música, heráldica, filología, a estos especialistas de repente se les sumaron cantidades ingentes de conocedores de la aeronáutica y la meteorología.
Con tal de cargarse la Torre de Comunicaciones, de la que ya andaba bien avanzada la cimentación, cosas del gobierno autonómico anterior, se movilizaron todos los “entendidos” con ganas de figurar. Desde constructores de cachirulos, pajaritas y aviones de papel, pasando por pilotos domingueros y enganchados a los vuelos simulados desde el ordenador de su casa, todo el mundo lanzó el oportuno “informe”, por supuesto en contra de la Torre de Calatrava, para que constasen en acta sus amplios conocimientos sobre el terrible peligro que suponía el pirulí valenciano. Se llegó a decir, que su altura atraería todas las descargas eléctricas de este lado del Mediterráneo, y por supuesto que todos los aviones que se entrasen-saliesen de Manises se rascarían el fuselaje con las agujas de la construcción. 
Todo y todos formando un coro con el fin de servir de “cobertura técnica” para justificar el cambio de un proyecto por otro. En el aire quedará la duda de que hubiera sido más rentable para la Generalitat, una Torre de Comunicaciones o el Mega Teatro de la Opera.
Con la presentación del manhattan valenciano, una de las maquetas más imaginativas que jamás se hayan presentado, no tenemos más remedio que preguntarnos qué es lo que ha cambiado para que lo que ayer era muy peligroso para el tráfico aéreo haya dejado de serlo, pese al sensible incremento de vuelos. Si no querías Torre, ahí te van tres o cuatro rascacielos. Se aduce que son unos cuantos metros menos de altura, pero se omite que se está más próximo al llamado “pasillo de aproximación”.
Tiene bemoles, que ahora se tenga que construir lo que no se construyó, por una decisión política disfrazada de técnica, para poder pagar lo que sustituyó, la muy espectacular Mega Opera que vete a saber lo que nos va a costar, a la nonata Torre de Comunicaciones.

         
Fernando Martínez Castellano
10 Noviembre 2004

03 noviembre 2004

arboles y bancos

Desde que se hicieron los primeros trazos en el papel, el Parque de Cabecera llevaba toda la pinta de que su destino estaba próximo a ser un cajón de sastre a lo grande. Allí se pretende meter de todo. Si no encaja, se forzará para que encaje, si “choca” con todo lo colindante, ya nos iremos acostumbrando, nosotros y lo colindante. Además de la zona de la colina, del lago y las cascadas, está previsto incluir, salvo ajustes de última hora, el Bioparc, un parque de atracciones, un aparcamiento, un centro comercial, quizás el Museo de la FIFA, tal vez la Esfera Armilar, un restaurante de muchos tenedores y un hotel con una constelación de estrellas junto a su nombre. Será pues cuestión de contemplar el todo de la actuación y cada una de las partes del puzzle. No anticipemos acontecimientos ni críticas a lo por venir y de momento disfrutemos de lo que ya está a nuestra mano, recreémonos en él, ahora que es Parque de Cabecera, antes de que sea Parque Comercial de Cabecera. Relajémonos por sus caminos, espantemos los abundantes mosquitillos(estamos en plena naturaleza) y dejemos a los políticos de la oposición, que vigilen y nos cuenten, el control de los disparados sobrecostes y las intervenciones de Rain Forest, empresa mimada donde las haya por las Administraciones Autonómica y Municipal.

Las distintas cotas del terreno, las caídas de agua le confieren una atractiva singularidad. Atrás quedaron las toneladas de maderas tratadas con la contaminante creosota y las que se pudrieron en el embarcadero, atrás debieron de quedar también los problemas de impermeabilización del lago, pero no el deterioro de algunos de los muros de piedra que se están deshaciendo, como mantequilla al sol. Esto de los desprendimientos de piedras, que pueden llegar a ser alarmantes,, puede ser consecuencia de dos cosas, una las repentinas prisas para inaugurar, otra los escasos medios dedicados al mantenimiento. Faltan bancos y sombras, sobre todo en la zona de los juegos, pero demos tiempo a que crezcan los chopos y se sustituyan aquellos que murieron y cortaron de los que solo quedan como testigos unos modestos y peligrosos tochones en medio del camino. Vale la pena verlo.

Fernando Martinez Castellano 3 Noviembre 2004

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15 octubre 2004

fem d'or

Pues parece ser que también nos van a subir la tasa municipal de basuras, pero según cuentan aplicando unos índices relacionados con el consumo del agua potable. Vamos, que el grifo, o un pequeño escape, guardará aun más de lo que guarda, relación directa con nuestra contribución a las arcas de unos cuantos organismos. Ya sabes que con cada tirón de la cisterna, con cada lavadora que pongas, con cada ducha que te pegues, estas ayudando al funcionamiento de la Generalitat, del Ayuntamiento, a la construcción de los colectores y a partir de la nueva tasa, a calcular la subida de lo que pagarás anualmente por la recogida de basuras. Lo que no se sabe es si el año que laves, te duches menos y limpies los platos a lametones, conseguirás que te bajen la tasa.

Todo sea porque la ciudad esté como los chorros del oro. Todo sea porque los ciudadanos nos vayamos haciendo el ánimo de exigir más, a los equipos de gobierno de nuestro Ayuntamiento, con el respaldo de la cosa esa de que cada vez pagamos más. Pedir explicaciones claras, de cuanto gastan y de cuanto recaudan, de cuanto perdonan y de cuanto regalan.

Ahora que estamos con basuras, puestos a pedir y a dar explicaciones, tampoco vendría nada mal, saber cuanto se ahorra la ciudad con la ayuda que prestan muchos ciudadanos montando en su casa toda una batería para separar de la basura general, los plásticos, los papeles y cartones, los vidrios, y luego cargados de bolsas emprenden la búsqueda, en algunos barrios casi es rastreo, de los contenedores amarillos, azules y verdes. No vendría mal esa explicación, con gráficos y transparencias, muchas transparencias, de lo que representan las recogidas selectiva de vidrios y papeles, incluso podría servir como acicate a algunos que aun son remisos a la hora de separar lo que desechan cada día. Pero la explicación no solo debería ser en cuanto al beneficio económico que supone para la ciudad, de paso se podría contar al público el porque este equipo de gobierno es tan poco dado a la construcción de uno o varios ecoparques que cubran las evidentes necesidades de Valencia. Así nos evitaríamos, nosotros y nuestros visitantes, ver una escombrera en cada esquina, bajo cada puente.

Fernando Martínez Castellano 15 Octubre 2004
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10 septiembre 2004

abuelo, padre, hijos

“Con todo el apoyo de Rajoy” decía Camps, o los suyos decían por él, siempre conjugando y anteponiendo el verbo “contar”. Mientras, la “otra sensibilidad”, entre cena y cena ,callaba y no perdía posiciones.

Tras la tormentosa reunión, así la calificaron los medios digitales afines, que la cúpula de los populares mantuvo hace unos días en el Parador de Tordesillas, cabría preguntarse ¿Rajoy está para apoyar o para que le apoyen?. Demasiados movimientos a su alrededor indicadores de que algo se le escapa al tranquilo político gallego. Desde la propia Galicia en la que se ve sorprendido por un Fraga que se autopropone, por sorpresa, para repetir una vez más como candidato a la Xunta a la vez que desplaza a la segunda o tercera fila a Ana Pastor, ex ministra de Sanidad y cercana a Mariano Rajoy. O la aun más sorpresiva reaparición de J. M. Aznar como miembro(¿freno?, ¿vigilante?) en el próximo Comité Director del PP.

Rajoy, situado en medio de la familia popular, va a tener que echar mano a toda su retranca gallega, para equilibrar las presiones. Por un lado “el abuelo”(Fraga, con todos sus achaques, todos sus años y las posiciones mas inmovilistas de años muy pasados), por otro “el padre”(Aznar se siente así, padre padrone, que se fue, pero no se va, reclamado por unos “ex” que temen quedar al margen en el futuro), y aun por otro “los hijos” o “los nietos” o tal vez “los biznietos” miembros de las Nuevas Generaciones que exigen ya desempeñar su papel.

No lo tiene fácil Rajoy teniendo a la vista un congreso, no es lo mismo un hiper conclave en el poder, que cuando se ha perdido aunque haya sido de sorpresa y en el tiempo de descuento.

Las cosas pueden ser así, o no. Como diría el propio Rajoy. O pueden ser, con la reaparición de Aznar incluida, una jugada de encaje florentino, en el que las piezas-que-puedan-dar-problemas queden bloqueadas al ser incluidas en la propia estructura. Quizás por ahí vayan también los tiros de Camps cuando quiere encuadrar a Zaplana, Trillo, Michavila y Costa en su próxima Ejecutiva, aunque para reunirse necesiten un espacio como el Velódromo Luis Puig.

Zapatero, Ibarra, el PSOE son otra historia, otras columnas.

fernando martinez castellano 10 Septiembre 2004
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07 septiembre 2004

baile de cifras

¿Qué sucedería si el Consell reconociese que efectivamente en este ya casi pasado verano, ha habido un ligero descenso en las tasas de ocupación hotelera?. No pasaría nada, al contrario, se dispondría de unos cuantos meses por delante para corregir lo que se pueda corregir y promocionar lo que se tenga que promocionar.

Sin dramatismos, sin rasgamientos de vestiduras, sin poner a funcionar el cadalso en la plaza mayor.

Empecinarse en negar por un lado lo que por otro andan afirmando los profesionales del sector, no conduce a nada, a marear la perdiz con unas cifras que todos ponen en duda y que lo único que se va a lograr con ello es que se lleguen a cuestionar, aun más de lo que están, las cifras que salgan de los organismos oficiales. Cuando la Administración se empeña en decirles a los ciudadanos algo muy distinto de lo que ellos están percibiendo por otros caminos, a la larga cae sobre toda la Administración la niebla de la sospecha. Aunque no venga al caso, o a lo mejor si, los distintos gobiernos, autonómicos o municipales, en los que todavía detenta la responsabilidad máxima el partido popular, deberían de estar muy escaldados por experiencias recientes a nivel nacional, de lo que supone despejar balones no utilizando la herramienta de la verdad. No tienen nada que ver las cifras de los turistas que nos han visitado con otros dramas muy duros que afectaron al pueblo español, pero precisamente por ser mucho menor el asunto turístico no acabas de entender el porqué de la enrocada.

Ni tan siquiera se había sentado frente a la mesa de su despacho, cuando la nueva Consellera de Turismo manifestó rotundamente su postura continuista, poniéndoselo de paso “a huevos” a la oposición que se pregunta ¿para qué pues el cambio?.

O es que de todo hacemos “cuestiones de estado” o es que no tenemos más remedio que caminar por la senda de la “infalibilidad del pensamiento único”. Y ahí, casi en la cota en la que están instalados los dogmas, nos han metido “el sol y playa”, que también podría entenderse como “barrera de cemento a lo largo de toda la costa”. El que no opine así, es como un loco que anda suelto jugando peligrosamente con la apostasía.

fernando martinez castellano 7 Septiembre 2004

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24 agosto 2004

en cuclillas

Menos mal que, de momento, a los cacos les ha dado por irse a Oslo y no se les ha ocurrido poner a prueba los sistemas de seguridad de nuestros museos. Porque está demostrado que siempre falla todo cuando menos se espera, y más cuando nada está previsto.

Eso pues, menos mal que ha ocurrido a unos cuantos miles de kilómetros de distancia, porque lo del rapto a pleno día de dos cuadros del pintor más reconocido del país, es lo que hubiera faltado para animar el final del mes “inexistente”, Agosto.

Por otra parte, esto del robo en la pinacoteca noruega nos eleva un poco la moral a los mediterráneos al constatar, que en todas partes cuecen habas, que la chapuza no es monopolio de las tierras latinas. Imaginen si eso de no tener las obras aseguradas, hubiera sucedido por la Italia de Berlusconi o por esta España de nuestras alegrías, imaginen como nos pondrían los escandinavos, los sajones y los normandos, pero en fin, les ha sucedido a ellos y ojalá seamos capaces, en este asunto, de sacar alguna conclusión en claro.

Bueno será, que sea así porque en otras cosas tanto da, que da lo mismo. Iniciamos Agosto escandalizados porque la valenciana Oficina Municipal de Turismo había cerrado puertas e información. Finalizamos Agosto con una fotografía de esas que vale más que muchos miles de letras. Dos personas en cuclillas, al pie del Balcón del Ayuntamiento, una informando y otra queriendo enterarse. Una imagen que dice mucho de una ciudad que quiere, siempre quiere, ser la proa de un nuevo turismo(modelo sin aclarar todavía) y que pretende ser, a la vuelta de la esquina veintipocos meses, el punto en el que se concentren los objetivos de las televisiones de medio “primer mundo”, y el polo de atracción de, ni se sabe, cuantos miles de turistas de esos que salen en los rankings de los millonetis.

Para algunos personajes, altivos, asomados desde “los Grandes Eventos” estas cosas, de informarse en cuclillas, son como una nimiedad, un distraerlos de su estar por encima del bien y del mal, ¿qué pretenderán estos turistas, una silla y una mesa? ¡vamos, que se hubieran comprado una guía en el kiosco de la esquina!.

Fernando Martínez Castellano 24 Agosto 2004

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13 agosto 2004

la droga mata

Llegará el día que este país reaccione de una vez y se plante ante la proliferación de tanta basura como la que se está emitiendo hacia sus televisores. Llegará el momento en el que los ciudadanos se hagan el ánimo de dejar de ser elementos pasivos receptores de toda clase de escándalos. Llegará el instante que el mando a distancia será un elemento de huida más que de búsqueda. Llegará el milagro, o la saturación, que provocará que deje de interesar el morbo sobre vivos y muertos, las discusiones chillonas, los insultos continuos, las algarabías escenificadas bajo las batutas de los falsos moderadores. Llegará el segundo, que la gente caiga en la cuenta de que vilmente la están manipulando, en el que compruebe que la exposición de las miserias de los demás no es la solución para las propias.

El espectáculo se está pasando unos cuantos pueblos. Ni rankings de audiencia, ni shares(que nunca sé lo que quiere decir), ni la programación de verano, ni mil leches que nos quieran contar. Es una autentica vergüenza el mercadeo que se está produciendo, desde las dos grandes cadenas privadas que emiten en todo el Estado, de los despojos y las miserias de una persona. Todos detectives, todos patólogos, todos chupando de la teta del escándalo. Pero siendo guión y obra de auténticos seres despreciables, motores de replicas y contrarréplicas, de mentiras envueltas en mil celofanes, con todo esto que da nauseas, aun hay algo peor. Por muy famoso que sea el cadáver, por muchos euros que les haya dado a ganar a tanto desaprensivo, nunca debe de salir de la boca de nadie, desde un medio público, aunque el negocio sea privado, la irresponsabilidad de llegar a justificar el consumo de drogas, eso nunca. Se ha dicho, repetidas veces, “bueno, unas rayitas de cocaína ¿quién no lo ha hecho alguna vez?” y se han quedado tan frescos, y el presentador/a a su bola sin decir ni mu. Mientras en esas mismas cadenas se adhieren, ¿por que hace bonito?, a las campañas de ¡No a la Droga!, en estos espacios carroñeros que están exprimiendo, se coquetea con cientos de sinónimos para evitar decir, “miren lo que ha pasado, las drogas matan”. Y punto. Acaben de una puñetera vez.

Fernando Martinez Castellano 13 Agosto 2004

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09 agosto 2004

cotos y kikos

Aquello que se dijo, tras la ¿última? visita-tirón de orejas de Rajoy a los populares valencianos, que todo estaba superado, que la paz iba a reinar por encima de todos, que los trapos sucios se lavarían en el futuro en casa, que no se utilizarían las instituciones públicas como campo de batalla, que los nombramientos y ceses no se emplearían como armas arrojadizas, que no se jugaría con las divisiones provinciales, que no habrían ni familias, ni corrientes, ni sensibilidades, que no se hablaría del malestar interno, que no se sacaría a pasear el fantasma de la ruptura, que cantarían al unísono aquello de “prietas las filas....”, todo esto, y seguro que me vuelvo a quedar corto, se dijo por activa y por pasiva. Lo vieron, escucharon y leyeron, cuantos quisieron. Ahora bien, que creyeran que los hechos iban a coincidir con las palabras, ya es otra historia. Las buenas intenciones revoloteaban en el atardecer. Y duraron, lo que dura un atardecer en otoño, cuatro minutos. Lo que lleva a pensar, que Rajoy pinta menos de lo que parece que pinte, y sea él, el verdadero cuestionado.

Pero el culebrón que están representando los populares valencianos, desde hace meses, dura y dura aún más que el conejito rosa. Las tensiones que se iniciaron al día siguiente de la designación(¿algún día sabremos el “gran público” quien fue además de Aznar el designador?), a título de President, de Camps se han agudizado, desde la sorpresa-derrota de Marzo, hasta extremos insoportables en la convivencia de un partido, sobre todo si ese partido tiene que asumir que, en todo y en parte, está a punto de emprender(todavía a veces parece no haberlo aceptado) la marcha por el páramo de la oposición.

Demasiados meses de tensiones, utilizando los medios de comunicación como pared del frontón, están dando lugar a que se cuenten sotovocce, entre los conmilitones, más historias, con picardías sobradas, de las que se deberían contar y de las que ponen la paz popular por los cielos.

La penúltima maldad, nacida entre los populares es apodar a los zaplanistas y campistas, como los “cotos” y los “kikos” respectivamente. Los porques, les puedo asegurar que no son aptos para menores.

Fernando Martínez Castellano 9 Agosto 2004
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05 mayo 2004

asfalto

Mal pintan las cosas, me dice todo serio Ximo. Si para arreglar un bache en Periodista Azzati, si para reasfaltar Lauria y Garrigues, a los píes del Ayuntamiento, se han tirado ni se sabe las semanas, mal lo tienen las calles que se encuentran fuera de los recorridos obligatorios que suelen hacer los Concejales.

Está Valencia cada vez más bacheada, con unas calzadas envejecidas al soportar tanto tráfico, a la espera de planes de choque especiales de asfaltado, que nunca llegan.

Se desconocen los criterios que se siguen para colocar una calle en la lista de las agraciadas de un próximo maquillaje. No se sabe si priman las recomendaciones, las reclamaciones o la cercanía a la vivienda de alguien con peso municipal, en el buen sentido. Lo cierto, es que llegas a la conclusión de que hay algunas vías, muy abandonadas a su suerte.

Se desconoce si los planes de reasfaltado para la ciudad, pasan todos por esa mezcla asfáltica que igual absorbe ruidos que gases y claro como es tan buena no depende de Vías y Obras sino de Sanidad. Como es muy cara, y no hay un duro, queda todo para más adelante.

El Concejal, que está en todo, expuso el pasado Otoño en Berlín las maravillas que se habían producido en la calidad de vida de los valencianos al colocar en un par de calles el material asfáltico fonoabsorbente. Debió de ser tanto el convencimiento de su exposición que consiguió que dicha materia se agotase, o algo así. Pues si no es una historieta de este estilo, no acabas de entender porqué no se acomete de una vez la reparación del firme de la Gran Vía de Fernando el Católico, rugosa donde las haya, más bacheada que una etapa del Paris Dakar. Sospechas, que se va dejando de un verano para otro debido a la densidad de tráfico y a lo que puede suponer el meter maquinaria en una avenida tan saturada, pero es que es una vergüenza tal como está, una de las principales vías de la ciudad, de una ciudad con ínfulas. Sea el asfalto del tipo que sea, algunas calles no pueden aguantar más. Ahora que igual se está esperando a las próximas vísperas electorales, allá por la Primavera del 2007.

fernando martinez castellano 5 mayo 2004


21 abril 2004

veinticinco años

Te cuesta hablar de aquellas vivencias en primera persona, aunque en aquellos tiempos fueses actor de alguno de los acontecimientos. No sabes si es por pudor, por modestia, o porque nunca te has acabado de creer la objetividad de la mayoría de las autobiografías. Incluso actuando con toda la buena fe del mundo las lagunas de la memoria te pueden causar malas jugadas. Resulta pues extraño acudir al yo, cuando siempre ha sido más fácil recurrir al nosotros. Entre otras cosas porque al mirar hacía atrás, al mirar hacia aquellos años es inevitable no recordar el esfuerzo colectivo. Esta España nuestra, la de ahora mismo, es el resultado de la suma de muchas y generosas ilusiones de todos los ciudadanos de los tiempos de la Transición, participásemos o no directamente en la Administración. Tiempos que han resistido hasta las evocaciones bastante caricaturescas de alguna serie televisiva.

A veces nos preguntamos por qué esa tendencia a conmemorar los aniversarios de plata, de oro, los centenarios, parece como si los años anteriores o posteriores no contasen tanto, como si se contuviesen esfuerzos, con el fin de concentrarlos en un periodo muy concreto. El caso es que hoy, 21 de Abril se cumplen veinticinco años de la toma de posesión de la primera Corporación democrática en la ciudad de Valencia, sábado primaveral después de la oscura dictadura. Las primeras elecciones municipales se habían celebrado apenas tres semanas antes, también en un día claro, el 3 de Abril. Digamos que en Abril de 1979, la Democracia, cuatro meses después de que los españoles hubieran refrendado la nueva Constitución por la convivencia, se acercó aun más a los ciudadanos.

Los sueños estaban a flor de piel en los ciudadanos españoles que participaban convencidos de que construían entre todos el cambio del país. Todo iba muy deprisa, todo había que levantarlo muy deprisa. Tanto que no hubo más remedio que hacer convivir viejas leyes franquistas de Régimen Local con la nueva Constitución, a la espera que se fueran adecuando las herramientas para el día a día. Pero volvamos a esos días de los que estamos celebrando el cumpleaños de plata.

Más o menos, hacía cuarenta meses de la muerte de Franco, eran tiempos de regresos, de regresos de los exilios exteriores e interiores, tiempos en los que se rompieron los silencios contenidos.

Precisamente pensando en todos aquellos exiliados, en todos los que habían quemado desesperados sus mejores años, queriendo rendir un pequeño homenaje a todos ellos, el discurso de toma de posesión de la nueva Corporación, el alcalde en nombre propio y en el de muchos de los concejales, evocó aquellos años perdidos.

Acababa de hacer instintivamente un gesto, que luego ha sido repetido y repetido, alzó el bastón ofreciéndolo a los ciudadanos, precisamente a los que se lo habían dado.

“Quiero en primer lugar, daros las gracias por acompañarnos en este acto.

Quiero daros las gracias y la enhorabuena, por participar junto con nosotros en esta fecha histórica de constitución del primer Ayuntamiento democrático tras el largo paréntesis de la dictadura.

Quisiera que mis primeras palabras, fueran hoy, un recuerdo emocionado para aquellos hombres que hace ahora cuarenta años y unos días, cerraban las puertas de este Ayuntamiento y llevaban con ellos las últimas enseñas de la legalidad democrática y jurídica, que muy pronto iba a ser arrasada. A ellos y a todos los hombres y mujeres, que durante los breves periodos de nuestra historia, en que la voluntad popular ha sido respetada y ha regido la vida de este Ayuntamiento, mi más sincero homenaje.

Y con ellos no quisiera olvidar, a los que tal vez en este país han sufrido más. A todos esos hombres y mujeres que en aquellos años gozaban de su primera juventud, a vosotros, a esa generación perdida, a vosotros, a los que con vuestro callado esfuerzo habéis mantenido viva la llama de la Libertad, a vosotros a los que habéis hecho posible que estemos aquí los hombres de mi generación, quiero deciros que hoy es el día de vuestro triunfo, que hoy es el día en que vosotros tendiendo un puente de sacrificios entre los que se fueron y los que llegamos, recibís el pago de vuestro callado esfuerzo. Para todos vosotros, en mi voz que representa la voz de todos mis compañeros, el testimonio de nuestro agradecimiento y el deseo de que ocupéis, a partir de ahora, el puesto de honor que en la nueva tarea os corresponde”.

Después se expuso todo un rosario de buenas intenciones, una larga propuesta de soluciones incluso a problemas que aun tenían por plantear debido a la opacidad de las administraciones franquistas, debido a las escasas herramientas con las que contaban los funcionarios. Poner ejemplos de lo que se encontraron los nuevos administradores llenaría páginas de casos y situaciones increíbles y aún más con la condición de tercera capital de España.

“Hoy empieza para todos nosotros, para nuestra Valencia una nueva vida. Luchemos juntos para que el esfuerzo, el sacrificio, el amor que tantos hombres y mujeres van a derramar en los próximos años, no sea en vano”.

Veinticinco años después quiero insistir en aquel homenaje a una generación olvidada. Hoy veinticinco años después y contemplando nuestra ciudad, sus jardines, aunque aún sean insuficientes, sus equipamientos, pese a que haga falta mucho más empuje, sus transportes, aunque nos dominen los embotellamientos, sus colegios e institutos, aunque queden huecos por construir, sus instalaciones deportivas, aunque falte el gran estadio, sus bibliotecas, museos, su limpieza, sus calles y avenidas, la red de saneamiento, la reconversión del río seco en una río verde que abraza la ciudad, viendo los nuevos barrios, y tantas otras cosas, te das cuenta que el esfuerzo que se pedía aquel 21 de Abril no ha sido en vano. Hace veinticinco años, al mediodía de un sábado de abril, en el abarrotado Hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia todos subimos el primer peldaño de un periodo, de una Valencia que nos ha llevado a donde estamos ahora. Quizás se podría haber hecho mejor, tal vez. Quizás los antiguos barrios han sido las víctimas de una ciudad que en su expansión se ha comido su cantada huerta, las viejas alquerías, las acequias moras.

Pero, el futuro lo tenemos ahí delante, ahora mismo vamos a subir los próximos peldaños que nos conduzcan hacia los aniversarios de oro.

Hace veinticinco años, la primera gestión del alcalde de Valencia fue solicitar “un adelanto” a la Delegación de Hacienda para poder pagar la nómina de los funcionarios. Hoy las finanzas municipales, en España, siguen siendo las cenicientas de la Administración.

fmc

Publicado en Las Provincias 21 Abril 2004

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