13 agosto 2004

la droga mata

Llegará el día que este país reaccione de una vez y se plante ante la proliferación de tanta basura como la que se está emitiendo hacia sus televisores. Llegará el momento en el que los ciudadanos se hagan el ánimo de dejar de ser elementos pasivos receptores de toda clase de escándalos. Llegará el instante que el mando a distancia será un elemento de huida más que de búsqueda. Llegará el milagro, o la saturación, que provocará que deje de interesar el morbo sobre vivos y muertos, las discusiones chillonas, los insultos continuos, las algarabías escenificadas bajo las batutas de los falsos moderadores. Llegará el segundo, que la gente caiga en la cuenta de que vilmente la están manipulando, en el que compruebe que la exposición de las miserias de los demás no es la solución para las propias.

El espectáculo se está pasando unos cuantos pueblos. Ni rankings de audiencia, ni shares(que nunca sé lo que quiere decir), ni la programación de verano, ni mil leches que nos quieran contar. Es una autentica vergüenza el mercadeo que se está produciendo, desde las dos grandes cadenas privadas que emiten en todo el Estado, de los despojos y las miserias de una persona. Todos detectives, todos patólogos, todos chupando de la teta del escándalo. Pero siendo guión y obra de auténticos seres despreciables, motores de replicas y contrarréplicas, de mentiras envueltas en mil celofanes, con todo esto que da nauseas, aun hay algo peor. Por muy famoso que sea el cadáver, por muchos euros que les haya dado a ganar a tanto desaprensivo, nunca debe de salir de la boca de nadie, desde un medio público, aunque el negocio sea privado, la irresponsabilidad de llegar a justificar el consumo de drogas, eso nunca. Se ha dicho, repetidas veces, “bueno, unas rayitas de cocaína ¿quién no lo ha hecho alguna vez?” y se han quedado tan frescos, y el presentador/a a su bola sin decir ni mu. Mientras en esas mismas cadenas se adhieren, ¿por que hace bonito?, a las campañas de ¡No a la Droga!, en estos espacios carroñeros que están exprimiendo, se coquetea con cientos de sinónimos para evitar decir, “miren lo que ha pasado, las drogas matan”. Y punto. Acaben de una puñetera vez.

Fernando Martinez Castellano 13 Agosto 2004

Publicado en Las Provincias


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