20 junio 2013

EN LOS MISMOS DIAS

En los días que España se despertaba con otro hecho, incomprensible y esperpéntico, como es la extraña historia montoresca de los “deneises” que casi superaban a los grouchonianos-cospedalescos finiquitos simulados diferidos, con Agencia Tributaria, notarios, registradores, requerimientos judiciales, metidos por en medio.
En los días que Rajoy decía a quien se lo quisiera creer, que lo peor de la crisis había pasado.
En los días que el FMI, ese organismo que un día tuvo la suerte de ser presidido por Rodrigo Rato, ese ente al que la Crisis mundial le pilló en Babia, esa cosa, el FMI, que no tenemos ni idea para que sirve, se le ocurrió decir que los salarios de los españoles de a pie deberían ser recortados un poquito más.
En los días que entre los unos y los otros, los de esta Comunidad y los del resto de España, se afanaban para que la corrupción española sirviera para animar los telediarios de medio mundo, porque mientras se mira la paja ajena el personal se distrae de las vigas propias.
En los días que el Presidente del Gobierno trataba de explicar la reforma de la Administración, reforma que no es “ná”, reforma tememos que va a quedar solo en el papel, porque desde Moncloa parecen olvidar que “para hacer tortilla hay que romper huevos”.
En los días que se publicaban los millonarios sobresueldos de los políticos del PP, que llegaron a la política con afán de servir a todos.
En los mismos días que la mitad de los españoles se preguntaban qué pozo de petróleo habían descubierto los populares para poder pagar, poco importa a estas alturas, si fueron declarados o no, unos sobresueldos tan jugosos y tan desproporcionados con respecto a los salarios medios de los españolitos que les votaban o no.
En esos mismos días el Banco de Alimentos en Valencia lanzó un SOS mostrándonos las estanterías de sus almacenes totalmente vacías.
En esos mismos días, el Presidente de la Casa de Caridad de Valencia expuso en los medios de comunicación las alarmantes cifras de atenciones prestadas.
En los mismos días, nos dijeron por enésima vez que aquí, en España, en Valencia, hay Hambre.
En esos días, ayer, hoy, perdimos la esperanza.

Fernando Martínez Castellano

20 Junio 2013

11 junio 2013

CAMPO DE MINAS

En el inicio de la semana, saltó a los medios, la curiosa medida tomada por el Ayuntamiento de Brunete. La idea, hay que tener ganas de tenerlas, bautizada como Caca-Express, consiste en enviar, los cagalloncillos del perro, al domicilio de los amos que miran hacia otro lado, mientras sus canes hacen caquita o cacaza, y tras haberse aliviado el animal, no son capaces, los amos, de recoger en unas bolsitas de plástico, baratitas, las deposiciones de sus bienqueridas mascotas.

Recuerdo, que ya hubo una campaña para colocar una banderita en cada mierdecita encontrada, pero se agotó la tela y aceleraba la desforestación del Amazonia .

En Valencia, porqué estamos escribiendo y leyendo, en Valencia, hay jardines grandes y pequeños, hay plazas céntricas y recoletas, hay aceras en calles peatonales y no, que son auténticos campos de minas, de minas de mierda de perros que camparon a sus anchas.

No son los perros los guarros, los descuidados son los amos. Los amos que tienen mascotas porque está de moda, que no saben vivir en comunidad, qué van a la suya, que les importa un bledo si los esfínteres de su chucho estallan en el ascensor, en el zaguán, en la acera, o en el primer lugar que encuentran. 

Pocos días antes de conocer lo de la Caca-Express de Brunete, me comentaba una yaya-madre-criadora de sus nietos, que cuando baja al parque con los críos, casi tiene que llevarlos atados, porque los dueños de los chuchos, que habían pasado por allí, no los llevaban agarrados con una correa.

En todas partes, incluida Valencia, se han recortado los gastos de limpieza de las vías públicas, a la vista está, por ello cada vez es más necesaria la colaboración de los ciudadanos para mantener unos mínimos. No se trata, que también lo es, de presentar orgullosos, a nuestros visitantes, una ciudad limpia, que dice mucho de sus habitantes, es por nuestra propia satisfacción, por la convivencia del día a día, porque la ciudad, aunque a veces no lo parezca, es de todos, y todos llevamos una parte de la responsabilidad de dejarla en mejores condiciones que la recibimos.

Fernando Martínez Castellano

6 Junio 2013
Powered By Blogger