10 junio 2015

FIASCOS, TRAICIONES, Y PACTOS

Cullera, Junio de 1987. Se anunció que la tele local, en pruebas, transmitiría el Pleno. Iba a ser, la primera toma de posesión de un alcalde televisada en directo para el pueblo. Se retrasó el Pleno, en un principio previsto para las doce del mediodía, para que el mayor número de cullerenses pudieran ver el evento. Todo indicaba que Enrique Chulio sería reelegido, las urnas en las recientes elecciones le habían dado 9 concejales al PSPV, casi el doble que el partido que venía detrás. El Pleno y la tele en marcha. La Mesa de Edad, llamó a los 21 regidores a votar al Alcalde de Cullera para la legislatura 1987-1991. Parecía cantado. Se procedió solemnemente al recuento. La cámara enfocaba la cara de Chulio que se trasformaba cada vez que se leía un nuevo voto. Al silencio inicial de los presentes, le sucedieron algunos ¡¡Ooooh!!, de inmediato se convirtieron en insultos, voces por los aires, gritos de infamia, caras demudadas por la sorpresa y por la ira. El recuento proclamó a Alfredo Martínez, de Unión Valenciana, gracias a sus propios votos más los de AP, CDS y la abstención de IU. Tiene que haber algún video por ahí.

En Cullera, durante semanas, no se habló de otra cosa que de la cara de frustración y la irritación del viejo alcalde al que le perdió, la vanidad de que su reelección fuese televisada, más un cúmulo de traiciones en dos municipios colindantes.  ¿Por qué? Porque si el Pleno se hubiera celebrado en la hora convenida, los concejales de IU no se hubieran enterado, los móviles no habían llegado a nuestras vidas, que en esos momentos el PSPV les estaba burlando, rompiendo pactos, en Tabernes de Valldigna, colando a Josep Escorihuela a la alcaldía con los votos de AP y UV, por delante del concejal de Izquierda Unida, lista más votada.

Ahora, como hace veintiocho años, se han vendido muchas pieles antes de cazar al oso. En la noche electoral hubo perdedores-ganadores que alzaron los brazos de la victoria, sin tener en cuenta que tenían que contar con otros para hacerse con el oso.

De aquí al sábado 13 de Junio, puede suceder de todo, en la Comunitat y en España. Las sorpresas, los pactos nonatos, las deslealtades, los posibles tamayazos, pueden y van a estallar. No está la política española acostumbrada a los pactos a más de dos bandas. Y aun menos a que estos pactos duren.

El ejercicio de responsabilidad, de contener el ego, de domar, ¡ay! la ambición, el anteponer el colaborar en la gobernabilidad cediendo algo, debería ser el punto desde el que se iniciase el minuto cero de cada día de cada uno de los electos en esta “nueva Administración” que han solicitado los ciudadanos españoles con sus papeletas.


Se inicia el tiempo de actuar y mostrar los “nuevos” responsables de la vida municipal y autonómica, la capacidad de barrer corrupción y malos hábitos. Y hacer algo más allá de los gestos. Les esperamos.
fmc
Publicado en Las Provincias 10 Junio 2015

03 junio 2015

EL VIAJERO

Tengo un buen amigo, que dice que cada noche después de ver los telediarios, sale a su jardín, y piensa que es un almendro. No ha aclarado, si aun está en flor, o si ya produce almendras. Es una manera de evadirse, otro modo de no lanzar, cada día, una silla contra el televisor. No daríamos abasto para pantallas. Cuando hablan de la “condena del telediario”, no tengo claro si el condenado es al que le han destapado el amaño, o al pasivo, estupefacto y abrumado ciudadano que recibe su casi diaria sesión de revelación de corrupción tras corrupción.

España es un país tan rico como divertido. Hemos debido de ser muy ricos para sobrellevar tanto depredador, tantas rémoras adheridas a los dineros públicos.

Está todo muy jodido, pero en todo momento salta la chispa que nos hace soltar un ¡¡no tenemos remedio!!. Vivimos en la complacencia del perenne autoengaño. Debemos de tener, allá en el fondo, no importa de cual de los pueblos que invadieron Iberia, unos genes de lo más adaptables a todo, porque ya me dirán tal como está el panorama, y lo que aguantamos, y lo que nos inventamos para llevar la cruz sin que nos salga una úlcera gástrica cada veinticuatro horas. Con razón dicen que somos el país europeo que bate récords tragando omeprazol.  

Y decía, por ahí arriba, que somos de gente, que pese a todo lo que nos está ocurriendo, incluso antes de querer ser un almendro, o un níspero, hasta somos capaces de bromear cuando aparece el Marcos Benavent de turno, queriéndonos endosar una milonga de tres pares de narices.

Ya Carlos Jesús, hace treinta años, con sus fiuss, fiuss, sus dedos formando triángulos en el espacio, y sus millones de naves procedentes de Reticulín, en la constelación de Orión, nos avisó de lo que nos podía pasar. Y vaya si nos ha pasado.

Marcos Benavent ha realizado numerosos y pintorescos viajes, algunos mal pensados dicen que le acompañaba Mariano Rajoy, que Rajoy no estaba en la burbuja de la Moncloa, que el aun presidente del Gobierno estaba por ahí, abstrayéndose de la realidad. Porque no ha sido el señor Benavent con su apariencia de místico, gurú, el único que pretende desviar la atención hacia otros escenarios. Y ya metidos en disfraces, si a Benavent le sale bien lo de las meditaciones, tai chi, tantras, piercings, tatuajes, pantalones bombachos y la estética hippie, le ha afectado el capitulo final de Mad Men, si le sale bien, es que éste País es la releche.

Pero, ¿Cómo dudo de que le pueda fallar el plan a Benavent, si tenemos a Barcenas, al gran Barcenas, dando cursillos de formación sobre cómo detectar la evasión de capitales a paraísos fiscales?


Lo dicho, tanto esperpento por metro cuadrado, nos ha curado de espanto, nos transfiguraremos en almendros, o estaremos para irnos de vacaciones a la Pampa argentina, o a la estepa rusa aunque no nos lo pague la Diputación de Valencia, pero seguiremos.

Publicado en Las Provincias 3 Junio 2015
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