29 julio 2007

el viaje de clara

¡Venga, vamos, que este verano no pienso pasar el calorazo que sufrí el año pasado! Lo venía diciendo, Clara Reinosa, desde los primeros días de Mayo. Cogió a Juan, su marido, y allá que se fueron a una Agencia de Viajes, que están para lo que están. Ella, hechizada por el colorín de los catálogos, el mar azul, las arenas blancas, los cocoteros tocando el suelo, las habitaciones de los hoteles con gasas por todas partes, de ensueño. Quisieron comprar y los vendedores querían vender. Quince días, trece noches, les aseguraban. Tiró de Visa y le correspondieron con una fotocopia de los seis dígitos del localizador de vuelos, hoteles y extras, ni más letra grande, ni más letra pequeña.

Creyó que en aquel momento comenzaba la cuenta atrás hacia la magia del destino y vaya si se equivocó. Desde que salió de la agencia de viajes, inició el calvario de las colas, colas para todo, en el origen, en el camino y en la llegada.

Los primeros litros de paciencia, los consumió tramitando los pasaportes. A Clara se le había olvidado que la relación Verano, Pasaporte y Valencia, siempre da como resultado, colas, tumultos y más colas.

Le habían dicho a Clara que estuviera en el aeropuerto dos horas antes de la salida. Y estuvo. Le cambiaron los códigos por documentos de verdad. Tampoco apareció la letra pequeña, pero si un repentino retraso de ocho horas. ¡Cosas de los vuelos charter, señora! le dijeron. Clara sintió que le habían cambiado ocho horas en playas paradisíacas por ocho horas en incomodas sillas en Manises. Ocho calurosas horas en las que Clara, en el recinto de “Salidas”, comprobó los abusivos precios allí galopantes, botellitas de agua, bocadillos de tortilla sosa, cafés de calcetín a precios de horchata en la Plaza de la Virgen. Ocho horas que tras reclamar los porqués de los retrasos y de la falta de explicaciones, solo le sirvieron para que le dijesen que tenía que haber leído la letra pequeña. ¿Por qué tienen que llevar los paquetes de vacaciones incluidos los retrasos en los vuelos? Clara y su marido se fueron, volvieron y han continuado buscando sus ocho horas y la letra pequeña. Ayer mismo, les dijeron que las condiciones estaban en el folleto de colorines, que vete a saber donde está.

Fernando Martínez Castellano 25 Julio 2007

Publicado en Las Provincias 27 Julio 2007

20 julio 2007

las fotos hablan

Eso de estar alejado del infernal ruido y al regreso leerte de golpe los periódicos de ocho días, es un ejercicio recomendable. Denota que has podido hacer una escapada y que has regresado, pues lo de regresar en estos tiempos de overbooking ya tiene mérito.

Digamos, que en el sobrevuelo sobre las LP de los días pasados me he quedado con varias fotografías, incluso alguna la he recortado. ¡Qué pena que con esto de las fotos no haya bises ni moviola!. Algunas habrá que esperar al resumen del 2007 para volver a verlas. Las imágenes de los encuentros-desencuentros entre Plá-Sevilla y Zaplana-Camps son para enmarcarlas. Como dice el anuncio “no tiene precio” el haber captado las miradas de reojo, de desconfianza, de “¿qué dice el tío este?”, que se lanzan entre si los minilideres del PSPV, merece un “honoris causa” para el artista que manejaba la máquina.

La fotografía publicada en la primera página el domingo 15, es mucho más que mil palabras y que mil columnas. El instante, debió de durar milisegundos, en el que Camps mira desde arriba a un Zaplana que inicia una genuflexión o un crujir de bisagras, es el resumen y la factura de unos cuantos años de la vida del PP valenciano. No era la rendición de Breda porque por allí no asomaban las lanzas, aunque se adivinaban facas albaceteñas y algún ¡al fin!. Tampoco parecía la rendición de Granada pues por allí no había caballos ni maceros vestidos como sota de espadas.

Pero todo esto de Zaplana, Camps, Plá y Sevilla solo son anécdotas que se llevarán por delante los calendarios.

Lo más duro, de ese mi repaso al pasado reciente, la imagen más dura, porque en ella habían tragedias personales, fue la de los ahogados en las costas valencianas. La irresponsabilidad de unos y de otros. Ese palitroque enano, no debe de haber dinero para más, en la playa de Orihuela, aguantando un trapo rojo y a sus píes el cuerpo cubierto por una sábana de uno de los héroes que perdieron su vida por salvar la de una niña, la miseria de ese palo que debería de ser un poste de cinco metros de alto con una bandera roja del tamaño de un campo de fútbol, contrasta con la alegría con la que se han subido los sueldos alcaldes y concejales, incluidos, seguro, los de Orihuela.

Fernando Martínez Castellano 17 Julio 2007

Publicado en Las Provincias 20 Julio 2007

07 julio 2007

trapani

Cuesta mucho creer que los organizadores de la 33 edición de la Americas’s Cup, la ACM, lleguen a anteponer Trapani sobre Valencia. Solo el regateo, la salsa de toda negociación, hace comprensible que se ponga, ahora, otro nombre sobre la mesa. La comparación no es justa, ganamos por goleada. A no ser que muy poderosas razones económicas, a largo plazo, bastante más allá de la distancia en el tiempo que existe entre hoy y el 2009 o 2010, puedan hacer decantar la designación hacia el lado de la ciudad de Trapani(70.000 habitantes, algo así como Torrent).

Sin duda, que en cuanto a belleza natural, a transparencia de las aguas del Mediterráneo, su cocina, la inmediatez a lugares tan maravillosos como San Vito lo Capo, Erice, la isla de Favignana, las ruinas romanas de Segesta, la proximidad de Palermo, los restaurantes de Sferracavallo, los encantos de Cefalu, los templos de Agrigento, toda la isla de Sicilia, los helados, la seducción hacia la decadencia y lo oculto, son sumandos que hacen atractiva la candidatura de Trapani. Y punto, no hay más. No hay más a la vista. Aquello está muy verde, falto de infraestructuras. No tienen tiempo. Salvo que…..

Sicilia tiene una superficie algo mayor que la Comunidad Valenciana, está dividida en nueve provincias, nueve espesas administraciones que lastran el desarrollo de la isla. La más occidental de las provincias es la de Trapani, nombre de la provincia y de su capital. La provincia de Trapani padece gravísimos, y no exagero, problemas de suministro de agua, pese a que se asegura que en su subsuelo existen grandes reservas, eso sí, en manos privadas.

Resulta chocante que por parte de los señores de la ACM se pongan, a pesar del gran éxito que ha supuesto en todos los sentidos la 32 edición, objeciones con respecto al crecimiento o no del Puerto Comercial de Valencia. En Trapani, si fuese la elegida como sede de la 33, no se van a encontrar con ese problema, allí de puro conformismo, no se mueve nada. Salvo que…

Alguna vez se ha comentado que Sicilia aun tiene sus costas “vírgenes”, las zonas turísticas han crecido lentamente a lo largo y ancho nunca a lo alto, la densidad de construcción es muy baja, se han decantado más por los “villaggios” hoteles de cuatro y cinco estrellas compuestos por bungalows, que por bloques pantallas a la orilla del mar. La provincia de Trapani dispone de grandes bolsas de suelo para urbanizar y en los dos últimos años se están observando compras fuera de lo habitual.

Claro que tiene que aprender Valencia después de la 32 edición de la Copa del América, y mucho. De las lecciones, de los menosprecios, de los olvidos televisivos, ya hablaremos. El sentido crítico de los valencianos nos ha hecho crecer, digan lo que digan. Y ese espíritu crítico es el que no nos debe de faltar para superarnos, para asombrar, para asombrarnos, de lo que se han sorprendido con nosotros que parecíamos dormidos.

Fernando Martínez Castellano 6 Julio 2007

06 julio 2007

sms, ebus, bluff

No sé si hará dos, tres, cuatro años, o es que a lo mejor lo repitieron hace dos, tres y cuatro años, que se anunció, con insistencia, la implantación de la información en las paradas, con marquesina, de los autobuses de la EMT de Valencia. Se dieron todo lujo de detalles sobre lo que ofrecerían los paneles a los pacientes, de paciencia, usuarios del transporte público en superficie, que si las pantallas serían así o asa, que si estarían dotadas de cristales anti-reflejos para que pudiesen ser leídas a pleno sol, que si se proporcionarían todas las indicaciones posibles y no posibles, casi un permanente dialogo, vía plasma, entre transportistas y transportados, tal retraso, tal adelanto, ya está el bus en la parada anterior, viene lleno o muy lleno, y muchas más cosas para tener al personal entretenido e informado. En aquellos anuncios-rueda de prensa-notas informativas, siempre se acababa diciendo que debido a lo ambicioso que era el proyecto, se iniciaría en dos o tres paradas a modo de trailer-ensayo y así se recogerían las inquietudes de los viajeros con lo que, si cabía, se iría mejorando el servicio.

¿En que quedó aquello? A la vista está. En res y no res. Basta darse una vuelta o muchas vueltas.

El Teniente Alcalde Novo, hábil cual prestidigitador con ribetes de hipnotizador del siglo pasado, sin explicar a donde fueron a parar aquellos proyectos de tablas informativas, acaba de sacar de la chistera, la permuta de la información gratuita que debe de dar la EMT a sus usuarios, por un servicio propaganda mediante el cual incluso va a recaudar unos cuantos euros. Y tiene narices, que además de soportar retrasos en las frecuencias de paso, en verano ya es el desideratum, se tenga que pagar, los SMS no son gratuitos, para confirmar que quien espera, desespera.

Lo que aun no ha dicho el Concejal Novo, es si el envío de SMS dará derecho a entrar en un sorteo para pasar quince días en Playa Varadero, la propiedad de un apartamento en Oropesa, o a un maletín lleno de billetes de 500 euros. Todo se andará con tal de seguir mareando la perdiz.

La cosa es que Alfonso Novo juega con la ventaja de saber que eso de viajar en bus, incluso con eBus, está considerado aquí como de tercera división.

Fernando Martínez Castellano 4 Julio 2007

Publicado en Las Provincias 6 Julio 2007

01 julio 2007

fin de trayecto

Está diciendo adiós la competición que a Valencia le cayó del cielo. Asistimos a un final excitante hasta para los que no distinguimos entre una vela y un cirio. Alinghi o New Zealand a cara o cruz. Nos la jugamos. Aun ganando los suizos, lo de repetir Valencia habrá que trabajarlo. El negocio es el negocio, otros vientos, otros euros, otras televisiones, otros compromisos, pueden llevar las regatas a otros puertos.

Llegan los tiempos de hacer repaso. De mirar atrás y reconocer lo que se ha hecho bien, que ha sido mucho. Con la misma voluntad, habrá que ver en qué no se estuvo tan acertado. Aunque solo pueda servir para evitar algunos tropiezos posibles en acontecimientos futuros, aunque no tengan nada que ver con velas y vientos.

Fue un gran acierto la apuesta de la remodelación del Puerto, la Bocana, la Nueva Dársena, la revitalización del Paseo Marítimo, la posibilidad de que Valencia cayese en la cuenta de que tenía el Mediterráneo a la vuelta de la esquina de su casa, la proyección de la imagen de una ciudad y su localización en el mapa en el que apenas constaba.

A estas alturas de la película, poco importa si la decisión se tomó desde el Gobierno Central, desde la Generalitat o desde el Ayuntamiento. La tomase quien la tomase, fuese por libre o pactando, la cosa salió, sale y saldrá del bolsillo de los contribuyentes. El dinero no se inventa.

Otra cuestión es quien ha sabido sacar rédito político a la competición y eso, en Valencia, las urnas en el pasado 27 de Mayo lo dejaron muy claro. La simpleza del mensaje del PP fue reforzada por la incapacidad manifiesta de comunicación del PSOE. La astucia de Rita Barberá se impuso, mientras Delegado y Comisionado del Gobierno se diluían como el agua de litines.

Aunque bien pensado, ¿Por qué asombrarse de que el PSOE esté “incomunicado en la figuereta”?. Si después de haberse atrincherado con el “no al transvase” durante cuatro años, va y ahora el señor Pla, ofrece pactos transvasistas. ¿Ahora sí? A J.I.Plá le han faltado encuestas, olfato y partido y le ha sobrado el haberse creído que, dejándose llevar, el efecto Zapatero le iba a arrastrar hacia arriba. Quizás estamos asistiendo a otro adiós, a otro fin menos incierto, más cantado.

Fernando Martínez Castellano 27 Junio 2007

Publicado en Las Provincias 29 Junio 2007

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