29 agosto 2009

Miles de Globos

Hasta tres globos, repetía el estribillo infantil que se inició con la tele en blanco y negro. Si ahora tuvieran que ponerle letra al lanzamiento de globos, se descontarían niños y mayores cantando y contando.
Ya está bien, de tanto globo sonda tirado, a ver que pasa una y vez. Ya está bien que unos y otros, pesoeros y populares, gobierno y oposición, nos tomen como a niños de pre-guardería. Porque ténganlo en cuenta, los mensajes, de ambos, se emiten para que los ciudadanos, piquemos como pardillos. Y lo malo es que, muchas veces, picamos.
La Oposición, hablo en España, intentando distraer su incapacidad de no resolver los pecados de sus militantes, con humos e fantásticas historietas de espionajes.
El Gobierno, ¡ay el Gobierno!. No hay semana que no nos hagan una. La última, igual ya es la penúltima, de José Blanco, Ministro de Fomento, haciendo unos días de Ministro de Economía, y otros con la cartera de Trabajo. Subimos unos impuestos por aquí. Bloqueamos salarios de los funcionarios por allá.
El Ministro de Industria, Sebastián, apadrina un Decreto Ley, aprobado deprisa, con la nocturnidad que proporciona el mes de Agosto, que deja desorientados, descontentos y sin saber que hacer con sus decodificadores de TDT a la mitad de los españoles, con claros tufillos de haber querido favorecer a alguien con un Decreto Ley hecho a medida de ese alguien.
La medida de ayudas a los parados de larga duración, rematadamente mal planteada, calculada y expuesta, ha servido para cabrear, aun más, a una parte de la población que está más que hecha polvo.
Un patinazo detrás de otro. Improvisación.
La sensación de que en este gobierno que tenemos, cada uno va a la suya es enorme. La descoordinación, invención lo presiden y vice-presiden todo.
La dichosa “Crisis” no ha nacido en España, está claro que es más que mundial el asunto, pero también lo que tiene que quedar claro es que dan, lo único que transmiten, la impresión de que no tienen una idea de por donde tirar. Dictan medidas a boleo, como lanzan globos, que luego, ahí se quedan, en la galería.
fmc Publicado en Las Provincias 2 Agosto 2009

21 agosto 2009

Carpas lejanas

Este Agosto, también he recordado a los amigos, dispersos por el Mediterráneo dándose la vida padre, que disfruten en paz y sosiego, los que nos hemos quedado en la ciudad, vigilamos las obras, digerimos los atascos, sufrimos a los gorrillas, hacemos caminatas maratonianas para comprar los periódicos y soportamos las continuas sorpresas de “Cerrado por Vacaciones”. Estén tranquilos, los amigos y no amigos, que dentro de nada, cuando regresen, todo continuará igual, como se lo dejaron, atascos, obras y gorrillas, no les faltarán. Los carteles de “Cerrado por …”, ojala desaparezcan en Septiembre y no se prolonguen a lo largo del próximo Otoño al que tan malos augurios preceden.
Sitúense en el escenario. Imaginen, o recuerden, la calle Eugenia Viñas, la que transcurre junto a Las Arenas, continua con el Paseo Marítimo junto a las playas del Cañamelar, Cabañal y Malvarrosa. Atardecer de un sábado tan festivo como caluroso. Imaginen o recuerden que hay más gorrillas que automóviles, pero muchos, muchos, más. Alguno o todos, los miembros del Equipo de Gobierno Municipal ha sido incapaces de resolver el problema, incapacidad que se arrastra desde hace unos cuantos años. Quizás, sería aconsejable introducir algunos cambios, en las responsabilidades delegadas dentro del gobierno popular en el Ayuntamiento de Valencia, para solucionar asuntos tan enquistados como la persistencia de miles de gorrillas.
Mi amigo José María, oyó a primera hora de la mañana, la noticia de la muerte de 40 personas atrapadas y abrasadas en una carpa en Kuwait. Estaban celebrando una fiesta. El cerebro de José María, asoció de inmediato, fiesta, carpa, espacio abarrotado con obstáculos, disparo de petardos, fallas, y se le erizó su cuidada cabellera. José María y muchísimos valencianos a los que llegó la noticia, quisieran que el Equipo de Gobierno Municipal, no tenga ningún miedo a la hora de hacer que las medidas de seguridad se cumplan hasta la última coma, por muy impopulares que crean que puedan ser. Kuwait queda lejos, pero las Fallas están a la vuelta de la esquina.
fmc 22 Agosto 2009

15 agosto 2009

Pescadores antiestéticos

No sé quien, considera que la presencia de los pescadores de caña, pacientes infinitos, rompe la estética glamourosa de la nueva dársena en el puerto de Valencia.
No sé quien, determina los cánones de belleza a aplicar, y que imágenes, actos, y hechos, son los que dan o no dan, una “mala imagen” de la ciudad de Valencia.
No sé a quien, le puede dar un yuyu al ver decenas de familias enteras “tomar la fresca” y romper, en los atardeceres, la desértica soledad de una gran obra que va de cabeza hacia una temible vacuidad.
No sé a quien, se le atragantó aquel recuerdo de decenas de cañas entre la Escalera Real y el quiosco de la música.
No sé quien, cree que es más “dañino” a la vista de los crucerístas que llegan a nuestro puerto, si una fila de señores y señoras sentados en una cadireta pendientes de un corcho, o que los antiguos y hermosos tinglados del puerto, sean utilizados durante muchos meses como almacenes de toda clase de restos y reliquias de eventos pasados.
Es que somos así, hay que conocernos, mientras que con una mano aseveramos que somos los paladines de la defensa de nuestras tradiciones, con la otra manejamos, como nadie, la maza para esconder aquello que creemos que nos aleja de salir en las páginas del Vogue o del Harper’s Bazaar.
Porque puestos a pegarle un repaso a lo de la estética de nuestra ciudad, mira que no hay cosas y casos, a los que se debería hincar antes el diente, que a la presencia de unos cuantos pacienzudos ciudadanos armados de una caña y soñando con llenar un día el pozal de pescados.
Y es que asociando eso de la “buena o mala imagen” y los turistas que pasean por nuestras calles, pienso en los alrededores del Mercado Central, en esos alrededores que sonrojan. Claro, dirán, aquello es un barrio viejo y unas fachadas decrépitas que alguien quisiera que cayeran, pero ¡Ay! no acaban de caer.
Ahora, que si quieren que nos trasladamos al presente y a la mala imagen y al ridículo, pues desplácense a Fernando el Católico y observen el grotesco carril-bici que se está construyendo. Estética pura.
fmc. Las Provincias 15 Agosto 2009

08 agosto 2009

Ocurrencias de Concejal

30 de Julio. En una emisora de radio de Valencia un concejal, otrora en la primera línea sucesoria, responde, retórica y suficiencia, a cuestiones formuladas, con antelación, por oyentes del programa.
Entre jejes, jajas y poco más, corre el tiempo, camino de las dos de la tarde, meta de la etapa, meta de todo, llegan las vacaciones.
Le leyeron la última “pregunta-protesta”. Va, y el presentador le preguntó por los gorrillas. Y le insistió por qué se tiene que pagar doble peaje, al Ayuntamiento y al gorrilla de la calle.
A partir de ese instante comenzó la disertación magistral del señor Concejal, anterior aspirante al trono. Lo de menos es que inició su parlamento cambiando lo de “gorrillas” por “aparcacoches”, luego lo pensó mejor y rectificó. Lo de más, es que sin ningún rubor, los micrófonos ya lo detectan, afirmó que los ciudadanos no deberíamos someternos al “chantaje” de una posible agresión de nuestro vehículo. La perla “Si le rayan el coche, denuncie” ¿A quien se denuncia? Le faltó decir, “y repare”. Ni por un momento dijo que la Policía Local iba, de una vez, a trabajar para erradicar los métodos que obligan al pago del miedo a destrozos, ni una sola palabra que pudiera traslucir un mínimo “mea culpa” por parte del Equipo de Gobierno Municipal, ni una sola sílaba que transmitiera algo. El vacío y el pasar la responsabilidad a otros, en este caso a todos, excepto a los que no tienen que preocuparse por estas coacciones ya que se mueven en coche oficial.
Satisfecho de su intervención, el señor Concejal, pretendiente a la corona en el pasado, debió de salir de los estudios radiofónicos con una sonrisa, de oreja a oreja, camino a las vacaciones. La insensibilidad, el perder el píe de tierra, a veces produce estas cosas.
Bueno pues, ese mismo Equipo de Gobierno que no mueve un dedo por solucionar la caterva, la plaga de gorrillas que inundan todas las calles, muy pocas se salvan, ese mismo Equipo de Gobierno Municipal se jacta de haber multado a dos o tres violinistas por alterar los niveles acústicos de nuestra ruidosa ciudad. En fin…
Publicado en Las Provincias 8 Agosto 2009

01 agosto 2009

Las No-Paellas

Tres amigos míos, están dándole forma, estatutos y todo lo que haga falta, a una organización que consideran necesaria en estos tiempos de bulla. Van a presentar los papeles ante la Administración, para poder actuar en toda España, desde las Ramblas a los chiringuitos playeros.
El grupo quiere tomar el nombre de “Asociación Revisora de las No-Paellas que se atreven a llamarse Paellas”. Largo nombre pero así de golpe lo dicen todo.
No hará falta decir que los tres socios fundadores, son tres amantes de la paella, paella de toda la vida, de aquellas de rotjet, garrafón y tabella, del conejo y pollo, de algún caracol y una ramita de romero al final. Cada uno de ellos representa las vertientes que confluyen alrededor del plato. Pedro, gastrónomo de los que saben, José María hábil director de cocina y de la escena y el tercero, Carlos experto comedor y rascador del socarrat del fondo de la paella. No van de puristas, solo van de defensores de lo bien hecho.
Eso es precisamente lo que les ha empujado a los tres amigos a invertir parte de su tiempo en la puesta en marcha de la idea y ordenar la fabricación de cientos de grandes pegatinas, unas en rojo con la leyenda “Aquí No se come Paella” y otras en verde con el escrito “Esto si que son Paellas”.
En los últimos tiempos, y cosa rara parece que de esto no tiene culpa la Crisis, se está denominando como “paella” todo aquello que se elabora en el recipiente llamado paella o paellera. Por este camino estamos observando cosas como arroz con chistorra, o erizado de clochinas, o con huevos esclafados, que reciben el nombre de paella con chistorra, con clochinas o con huevos, por no decir con manitas de cerdo. A cualquier guiso le llaman paella, como a cualquier calducho le llaman café.
El lado más serio, y no por apelar a un purismo que pueda parecer caduco, es que estamos permitiendo que se tire por los suelos un plato, una comida, que forma parte de la herencia cultural de nuestro pueblo. No se trata de globalización ni de excusas al uso, se trata de un poco de buen gusto. Y en eso están los tres.
fmc
Publicado en Las Provincias 1 Agosto 2009
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