23 enero 2010

Dos Horas

Un reciente estudio médico, nos dice que ver la televisión más de dos horas al día, es muy perjudicial para la salud. No nos han descubierto nada, estaba más que claro y además desde hace mucho, mucho tiempo. Lo que no nos han dicho es el grado de peligrosidad, física y psíquica, por programas y cadenas. Pese a que la tele invita al relajo, hay momentos en los que te entran unas ganas locas de apagar el aparato y salir corriendo.
Dos horas continuadas, menos mal que existe el descanso de la publicidad que en este caso atenúa comentarios e imágenes, contemplando cualquier programa de los llamados “del corazón” debe de producir más alteraciones en el sistema vascular, que la ingesta de dos kilos de panceta de cerdo vietnamita. Dos horas ininterrumpidas escuchando los sesudos comentarios de los tertulianos de los “salvames” y los que se preguntan “¿Dónde estas?”, tiene que causar un embotamiento de todas las vías sensitivas del cuerpo humano, que luego no se recupera ni viendo tres sesiones consecutivas de Cine de Barrio. Dos horas seguidas contemplando “España en Directo”, gran apuesta del grupo RTVE para su emisión vía satélite, muestra al mundo una España de pena, penita, pena.
Aunque hay días que en esos paquetes de alto riesgo, con incomprensibles premios Ondas por en medio, habría que incluir algunos telediarios con las tensísimas relaciones de los dos grandes partidos que nos gobiernan, que ponen a los telespectadores al borde del infarto. Hay galenos, que recomiendan a sus pacientes que no hagan coincidir las horas de sus comidas las entradas de los telediarios. Hay días en los que las divergencias, el “tú más”, el “digas lo que digas nosotros decimos no”, cortan la digestión a cualquiera.
Menos mal que la televisión, en momentos como estos que estamos viviendo, también sirve para despertar conciencias, para mostrar con desastres como el de Haití, la fragilidad de la vida y las enormes diferencias entre nuestro mundo, incluidas sus “Crisis” y el desdichado Tercer Mundo. Tenemos que ayudar, en lo que sea, a construir en Haití, un nuevo país que escape de su miseria infinita.
Publicado en Las Provincias 23 Enero 2010

18 enero 2010

Faltaba El Niño

Si nos faltaba algo, ahora nos aseguran que estos fríos polares que hacen tiritar al Hemisferio Norte, desde los USA hasta Mongolia, incluyendo nuestra Europa, y que aquellos, por lejanos, calores sofocantes que socarran, ahora mismo, las noches australianas, son consecuencia de la inestabilidad de los movimientos de las corrientes marítimas en el Pacífico, este síndrome en climatología, es conocido, como Oscilación del Sur, (gracias Google), o El Niño, o Niña. Y esto, según nos garantizan, aunque te fías de pocas cosas, puede durar unos cuantos meses de columpiazos entre el frío y el calor, entre pertinaces sequías, desbordantes diluvios y azotadores vientos.
Dejando al lado la abundancia de fenómenos climatológicos, que los hay, la candidez te la van matando a base de darte un susto tras otro, a cual más apocalíptico. Después al comprobar que no era para tanto, se te va formando en el cerebro, o en lo que queda de él, una costra en el cubículo preparado para recibir las sorpresas, que pone en cuarentena todo lo que te cuentan y aun más si el asunto está “informado” con las alarmas roja, naranja, o el color que aun más zozobre al personal.
Y en esto, de los excesos a mansalva, no se salva casi nadie, casi nadie de los focos emisores del espanto paralizante. La verdad es que hasta ahora, se había considerado a la Organización Mundial de la Salud, OMS, como uno de los organismos más serios de este mundo, por aquello de que con la salud no se juega. Con la salud, hasta suele haber consenso. Y, sorpresa, sorpresa, la OMS parece ser que ha sido utilizada, con la complicidad de algunos de sus directivos, como vehículo difusor para tomarnos el pelo, para acongojarnos con una “terrible pandemia-epidemia de Gripe A” que se iba a llevar por delante a unos cuantos millones de terrícolas. Han jugado con los miedos de “aquí unos bobos de Coria”, o sea la población del Mundo mundial, aquí la solución al problema exagerado hasta la mentira, y otra vez hemos picado en el anzuelo.
Hoy, Haití nos duele. Haití ha sido un país ignorado, por desgracia así continuará dentro de nada. Como siempre.
fmc Publicado en Las Provincias 16 Enero 2010

09 enero 2010

Veinte Diez

Cosas de supersticiones o algo así. Los hubo que se plantaron ropa interior roja, otros se colocaron monedas en los zapatos, vaya incomodidad, otros más llegaron a tirar algo, hasta hubo atrevidos que vieron las campanadas en Telecinco, cualquier cosa para espantar el mal fario que ha arrastrado el año que cerrábamos. Teniendo como fondo las palmas de los afortunados que escuchaban y acompañaban, desde la misma Viena, la Marcha Radetzky, decidí que voy a recurrir a entonarle el nombre al nuevo año, Veinte diez, en lugar de Dos mil diez. Es un anglicismo, más bien de los USA, como la copa de un pino, pero a la vista de lo visto, y ante la que se nos viene, al nuevo año voy al menos a rejuvenecerlo.
Igual que en estos días solemos hacer inventario de los últimos doce meses que hemos vivido, a algunos nos da por pegarle un repaso a la bola de la bruja, para prevenirnos de lo que nos va a sobresaltar en los próximos meses, aparte de los imprevistos, que fatalmente habrá. Tenemos por delante el recorrido de una enorme montaña rusa, de las fijas, de película, una de esas kilométricas con subidas y bajadas de vértigo, con curvas que ponen en marcha todas las fuerzas centrífugas y centrípetas posibles.
El orden en el que ocurran los acontecimientos, si que podrán alterar los resultados de los siguientes.
La sentencia del Supremo sobre el Estatut Catalán. El envío de más tropas a la guerra, porque allí estamos en guerra, de Afganistán. La inconclusa financiación de Autonomías y Ayuntamientos. Otro intento camaleónico de la izquierda ”abertzale”, para mantener poder municipal en el 2011. La continuación del streeptis del sumario del Gürtel. El necesario Pacto de los Trasvases. El aun más obligatorio Pacto de Educación. El incremento del paro. La búsqueda de ideas para crear empleo. Los enfrentamientos continuos PSOE-PP. Etc., etc., y aun más.
Todo esto, es lo que nos espera a partir del próximo lunes, cuando todos hayan vuelto de vacaciones y tengan que enfrentarse, de una vez, a tanto conflicto latente. Agárrense al optimismo más mínimo, esto va a comenzar, y va a ser duro.
fmc Publicado en Las Prrovincias 9 Enero 2010

02 enero 2010

Todo perfecto o casi

De la lista de treinta y seis obras que van a realizarse en Valencia, en breve, a través de la segunda fase del llamado Plan E, no es la obra más cara, pero quizás es la obra más inútil, quizás la más absurda.
Lo de ajardinar la cubierta del Mercado de Ruzafa, anonada, intriga, y llena de interrogantes a muchos ciudadanos. Obras que van a exigir otras obras. Seguro que el Bario de Ruzafa, urge de bastante más equipamientos que de unas plantas en el tejado de su histórico Mercado.
En momentos, que por desgracia no van a ser cortos, en los que se está apelando, a la vista está que sin éxito, a la austeridad, a saber lo que vale cada uno de los cien céntimos que suman un euro, aquí parece que o no nos hayamos enterado, o es que ya está todo resuelto, y en perfecto estado de revista.
Todas las aceras de Ruzafa, de Valencia están de maravilla, sin un solo agujero, sin una sola trampilla rota, con todos los bordillos arreglados, sin un solo alcorque destrozado, ni faltan ni sobran postes que impidan la movilidad. Todas las calzadas de cabo a rabo asfaltadas, sin baches, sin grietas, sin hinchazones restos de las últimas Fallas, con las señales y pasos cebra perfectamente pintados. Todas las calles totalmente identificadas, rotuladas en castellano y en valenciano, con unas “ratjolas” por las que de inmediato reconoces que estás en Valencia, al lado de la cuna de la cerámica. Ningún albañal desprende hedores que tumban. No existe desigualdad en las dotaciones de unos barrios y otros……. Eso es lo que se da a entender.
Es maravilloso que copiemos de otras ciudades aquello que nos llama la atención por su originalidad, pero también podríamos copiar aquello que funciona bien, que alivia la vida al usuario, por ejemplo las frecuencias de paso de los transportes urbanos, los precios de los viajes, los abonos para jóvenes, el estado de las marquesinas.
Todo es perfecto, o casi, o así es como quisiésemos que estuviese nuestra ciudad antes de lanzarse en gastos superfluos, que algunos, tal vez con razón, puedan calificarse, aunque sean visitables, como superfluos caprichos.
fmc Publicado en Las Provincias 2 Enero 2010
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