02 enero 2010

Todo perfecto o casi

De la lista de treinta y seis obras que van a realizarse en Valencia, en breve, a través de la segunda fase del llamado Plan E, no es la obra más cara, pero quizás es la obra más inútil, quizás la más absurda.
Lo de ajardinar la cubierta del Mercado de Ruzafa, anonada, intriga, y llena de interrogantes a muchos ciudadanos. Obras que van a exigir otras obras. Seguro que el Bario de Ruzafa, urge de bastante más equipamientos que de unas plantas en el tejado de su histórico Mercado.
En momentos, que por desgracia no van a ser cortos, en los que se está apelando, a la vista está que sin éxito, a la austeridad, a saber lo que vale cada uno de los cien céntimos que suman un euro, aquí parece que o no nos hayamos enterado, o es que ya está todo resuelto, y en perfecto estado de revista.
Todas las aceras de Ruzafa, de Valencia están de maravilla, sin un solo agujero, sin una sola trampilla rota, con todos los bordillos arreglados, sin un solo alcorque destrozado, ni faltan ni sobran postes que impidan la movilidad. Todas las calzadas de cabo a rabo asfaltadas, sin baches, sin grietas, sin hinchazones restos de las últimas Fallas, con las señales y pasos cebra perfectamente pintados. Todas las calles totalmente identificadas, rotuladas en castellano y en valenciano, con unas “ratjolas” por las que de inmediato reconoces que estás en Valencia, al lado de la cuna de la cerámica. Ningún albañal desprende hedores que tumban. No existe desigualdad en las dotaciones de unos barrios y otros……. Eso es lo que se da a entender.
Es maravilloso que copiemos de otras ciudades aquello que nos llama la atención por su originalidad, pero también podríamos copiar aquello que funciona bien, que alivia la vida al usuario, por ejemplo las frecuencias de paso de los transportes urbanos, los precios de los viajes, los abonos para jóvenes, el estado de las marquesinas.
Todo es perfecto, o casi, o así es como quisiésemos que estuviese nuestra ciudad antes de lanzarse en gastos superfluos, que algunos, tal vez con razón, puedan calificarse, aunque sean visitables, como superfluos caprichos.
fmc Publicado en Las Provincias 2 Enero 2010

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