27 enero 2012

FUIMOS Y SEREMOS


Claro que fue la Comunitat Valenciana, la gran distribuidora de calzado, vestido, cerámica, muebles, iluminación, abastecimos a medio mundo, vendimos vaqueros a sus inventores. Fuimos una máquina de crear riqueza.
Pero en el camino, incluso antes que apareciesen los manirrotos, se nos olvidó “vender” nuestra tierra, se nos olvidó “colocar” un producto colectivo llamado Comunidad Valenciana. Ella misma, la Comunitat, tiene que asumir que es algo más que kilómetros de suaves playas, aun más que cientos de plazas hoteleras, bastante más que un soleado retiro para miles de jubilados, y sobre todo que es  mucho más que un ruinoso parque de atracciones, bastante más que unos eventos tan pomposos como discutidos y algunos fracasados, y muchísimo más que las vergüenzas que unos chuflagaitas han dejado tras su paso.
Encontrándonos en las circunstancias que nos encontramos, tenemos que gritar en viva voz, que ha sido y que es esta tierra. Sin trucos, ni entre nosotros mismos, ni ante otros. Transparencia. Reconociendo aquello que no se ha hecho bien. Recordando que nunca supo esta tierra reclamar su papel en España. Sin acudir a pasados gloriosos, pero sin olvidar nuestra rica historia. Sin tópicos. Sin consentir denominaciones como Levante, Sudeste y otros laberintos geográficos. Sin que nos sigan asociando a corruptelas y a que aquí cada uno que ha pasado ha arramblado con lo que ha podido. Sin olvidar la fuerza de profundizar en el hermanamiento de Alicante, Valencia y Castellón. Podando las ramas secas, sacando del cesto los frutos podridos.
Desde Generalitat, Ayuntamientos, Cámaras de Comercio, Asociaciones Empresariales y Vecinales, Foros, Clubes, Redes Sociales, Medios de Comunicación, tienen que colaborar en el relanzamiento de la Marca Comunitat Valenciana. Pacten el eslogan, contraten, con mucha claridad, a los mejores, hagan marketing de este producto, créanselo, limpien la cara, seguro que contarán con la colaboración de muchos ciudadanos dispuestos a seguir creyendo en esta tierra y por lo hartos que están de estar sirviendo, ahora mismo, como ejemplo de mal gobierno.
Claro que fuimos y por supuesto que volveremos a serlo.

20 enero 2012

LEY DE COSTAS


Se preguntan ¿cómo es posible que hayamos estado en las manos que hemos estado? Sobrevivimos. Un milagro Seguiremos adelante como sea. Algo así, agita la cabeza de cientos de pasajeros del anegado Costa Concordia. Reflexión que sacude a los aun no repuestos turistas, y también revolotea sobre las cabezas de muchos miles más de ciudadanos con pasaportes distintos, que sin embarcarse en un crucero de lujo, clavados en tierra firme, asisten a otro naufragio aun más próximo. Día a día escuchan como se agrieta el casco de un navío que parecía insumergible. Día a día quisieran tapar las vías por las que penetra la inestabilidad. Día a día apelarían a todos, para que todos cubriesen las irresponsabilidades pasadas, las maniobras innecesarias, las superfluas exhibiciones, la insolencia de los acercamientos a la costa para un ¡¡ohhhh! y unas fotos, los brazos más largos que las mangas.
Saldremos de estas. Nos costará, pero saldremos. Solos, acompañados, medio intervenidos, tutelados, saldremos. Nos recuperaremos, porque aprenderemos de los errores cometidos. Porque nos seguiremos preguntando ¿Cómo es posible que hayamos estado en las manos que hemos estado? Y rectificaremos. Y Rajoy, deberá alzar la voz, tendrá que hacer de De Falco de la Capitanía de Livorno.
Porque es que ….
A cuadros te quedas cuando escuchas, las insólitas conversaciones de El Bigotes, ya todo un clásico de la historia trágico-cómica de España, la verborrea, el empalagamiento, los adjetivos del gran agenciador de las sombras valencianas.
Asombrado te quedas cuando reconoces la característica voz del que fue, ¡ay, ay ay!, el segundo de a bordo del Concordia valenciano, que igual le pedía, al de los mostachos, un móvil, cien gramos de caviar, que una Consellería.
Rematas cuando te pones a pensar, sobre el poder de influencia que debió de ejercer el señor Alvaro Pérez, al que alguien apodó “El Bigotes”, sobre quien parece que mandaba en la Comunidad Valenciana hasta hace unos seis meses.
Y entonces, comprendes porqué están muchas cosas como están.
El ministro Arias Cañete va a solucionar, al fin, los conflictos sobre los límites en las costas que van a quedar más claros.

14 enero 2012

TYPICAL SPANISH TOPICAZOS


Al recibirnos, el presidente de una gran empresa sueca, nos preguntó, a mi primo y a mí, cuántas veces habíamos corrido delante de los toros en los sanfermines. Una hora nos llevó explicarle al señor Stiernhielm que por mucho que él hubiera leído a Hemingway, ni España ni los españoles éramos tal como nos pintaban en Fiesta o en las “españoladas” filmadas por Hollywood con Ava Gardner dentro. No convencimos al sueco, era imposible. Él se quedó con sus tópicos sobre nosotros, y nosotros con aun más tópicos sobre ellos, los suecos y las suecas.
La cosa es que los tópicos, imitaciones fáciles de lo que otros dijeron acertada o erróneamente con anterioridad, hay que filtrarlos con el conocimiento propio, hay que podar la exageración e intentar llegar más allá.
Ahora mismo, saliendo personajes de la Comunitat Valenciana, en la primera página todos los días y en todos los periódicos de España, reproduciendo en las radios y teles, bochornosas, por ridículas, conversaciones telefónicas, corremos el riesgo, los valencianos, de que nos carguen con una etiqueta tópica bastante más vergonzosa, que aquella, que durante años nos fastidió tanto, de “el Levante feliz”.
El cine y la literatura nos abren, cada día, infinidad de ventanas, pero muchas veces, desde una subjetividad que deforma, hasta lo esperpéntico, la realidad.
En la fabrica del cine, guionistas, cámaras, actores, directores, elaboran productos con la intención de que sean vistos, y más o menos, entendidos, para millones de espectadores de múltiples razas, costumbres y religiones y el camino más sencillo para llegar a esto, es a través de unos enormes y simplistas tópicos, que a su vez muchos de ellos ya fueron creados, amamantados y criados desde la propia industria cinematográfica.
Los españoles pusimos el grito en el cielo cuando en una de las películas de la saga “Misión Imposible” mezclaban las Fallas con los Pasos de Semana Santa, con los inevitables toreros y los aun más obligatorios carteles de toros imprescindibles cuando se quiere crear un ambiente “Spain”.
¿Y si nos paramos a pensar que la industria del cine hace lo mismo con otros países caminando por lo fácil, por lo tópico?

06 enero 2012

CARTA OLVIDADA


Una vez, me dijo Gustavo, que si eres paciente, los Reyes Magos pueden venir varias veces al año, no solo el 6 de Enero, cuando no los esperas, cualquier mes, cualquier día.
Hoy, tan lleno de fe, que hasta me creo que he sido bueno, me he sentado a escribir una carta de súplica a los Reyes Magos, que sirva para unos cuantos años.
Dado que Baltasar, Gaspar y Melchor, deben de estar agotados por estos días pasados, voy a teclear la otra carta a otros “Reyes Magos”.
Voy a imaginar que puedo dirigirme a otros Mágicos Conseguidores. Voy a imaginar que estos pueden ser, Mariano Rajoy, el hombre que acumula más poder en España, Alberto Fabra que quiere patentizar su voluntad de cambiar cosas y a Eduardo Torres-Dulce nuevo Fiscal General del Estado que llega con muchas ganas de dar la vuelta a muchos calcetines.
Y puesto a pedir, voy a pedirles algo, que parece increíble en la España de ahora mismo. Voy a pedirles que cada uno en su oficio, cada uno desde su destino, haga lo posible y lo imposible, para eliminar tanto robagallinas de cuello blanco, como abunda en la vida política española, que además se ríen en nuestras caras, que separen a tanto corrupto como estamos aguantando, apestados que en los duros momentos en los que estamos viviendo consiguen que nos hierva la sangre. Voy a pedirles que no les tiemble la mano a la hora de limpiar las cloacas, de la sociedad española, por las que se han escapado miles, miles y miles de euros hacia no se sabe donde.
Cada vez que suena y resuena las palabras “recorte”, “ajuste”, se agitan enrabiadas las tripas de millones de españoles que ni montaron ni participaron en la fiesta, ciudadanos que están dando, por el momento, muestras de una serenidad inimaginable.
Voy a pedirles a esos Magos cuyo compromiso de agradecimiento solo es con el pueblo español, que nos aparten de la vista, de la vida, a los malos gestores, a los despilfarradores, incluidos los de su propio partido, que han llevado a la Comunidad Valenciana al pozo del desespero en que se encuentra.
Pero no quiero hacerme muchas ilusiones, la carta igual se olvida, se traspapela entre miles. O igual Gustavo exageró, y los Reyes Magos son fantasía.
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