29 septiembre 2006

FUNDACION POR EL EMPLEO

En la Fundación del Pacto por el Empleo, del Ayuntamiento de Valencia, alguien se dedica a crear “inventos” para vender imagen, crear noticia, posar ante las cámaras, incluir líneas en un catálogo de servicios.
No importa nada que esos “inventos” ya nazcan con una corta previsión de vida, con una aun más corta utilidad, y con una implantación en el territorio municipal de una decena de metros cuadrados. Lo que importa es la foto.
La excusa que utiliza, con más frecuencia, la Fundación Municipal del Pacto por el Empleo, para crear esos “inventos” es la de proporcionar trabajo a parados de larga duración, mujeres y mayores de 45 años. Hasta aquí, en lo de las excusas, hay que decir que es de justicia preocuparse por proporcionar trabajo a los que sufren la tragedia de estar sin trabajo en una edad a la que indebidamente se considera ya como muy madura. Es digna de alabanza la intentona municipal....salvo que a veces esa justicia se convierte en injusticia.
No vamos a entrar en que si esta “solidaridad” municipal se lleva a cabo con fondos europeos o no. La Fundación del Empleo, pone la herramienta Administrativa, no tanto la herramienta de la Transparencia. Hay demasiadas quejas de que siempre se emplea a las mismas personas. Finalizan un contrato de seis meses y tras un ligero descanso, vuelven a ser contratadas de nuevo, al utilizarse unos muy especiales baremos de selección que favorecen al amiguismo, solo hay que ver, si se pudieran ver, las listas de contratadas en los últimos años y se asombrarían ante la repetición de nombres y apellidos.
Pero en la Fundación, eso de la Transparencia se deja de lado para dejar hueco a eso de los inventos: Nombres rimbombantes, Brigada Anticaca, Brigada Antijaleo, Brigada de Vigilantes de la noche. Falta un Ejercito de Salvación. Nombres tan vacuos como escasas son las personas que se quieren dedicar a estos menesteres.
Pretender que solo seis parejas, de personas mayores de 45 años, mujeres o parados de larga duración, haciendo la ronda nocturna puedan atajar el vandalismo en una ciudad desparramada como Valencia, es como mínimo de ilusos, cuando los ilusos lo son a conciencia, entonces son Mentirosos.
La oposición, de izquierdas, bien gracias.
Fernando Martínez Castellano 27 Septiembre 2006
Publicado en Las Provincias 29 Septiembre 2006

25 septiembre 2006

AHORA ¿QUE TOCA?

En Febrero de este mismo año, media, por no decir toda, España andaba escandalizada ante las imágenes que se difundían de las modelos que desfilaban en la Pasarela Cibeles, de Madrid naturalmente. Aquellos cuerpos de niñas famélicas, con una delgadez extrema, como salidas de un pozo, radiografías con patitas, ojeras, rodillas puntiagudas, brazos de alambres, hicieron correr mares de tinta. Se etiquetó a cuantas intervinieron en aquellos desfiles de moda de anoréxicas, bulímicas, adictas a un puñado de cosas,. No se pidió la intervención de la Guardia Civil y de la Infantería de Marina, de puro milagro, pero se reclamaron muchas cabezas por el desatino en la elección de unas chicas a las que muchas otras consideran como patrones estéticos.
Va y ahora, tan solo seis meses después, medio país está sumido otra vez en el debate de las modelos. Los que pedían que se adoptasen las debidas medidas para que se interrumpiesen aquellos capacitos de huesos andantes, en este instante se están aporreando la cabeza contra las paredes, porque consideran que ha sido excesivo el intervensionismo del gobierno autonómico madrileño, pagador del evento, en la reciente Pasarela Cibeles. Que si no hay que pesar a las modelos, que si la masa corporal, ya hasta sabemos como se calcula eso de la masa corporal, que si la libertad. Ya ni se habla de bulimia ni anorexia. Ya no se piden las opiniones ni de dietistas ni de endocrinos a los que antes se buscó para que sentenciasen.
Este es un País de locos. Y una vez más, está claro que un estornudo en Madrid es un resfriado para tres cuartos de España. Y aun está más claro, que lo que pase en la periferia poco importa, aunque por ejemplo suceda que el corredor ferroviario mediterráneo sea tan pésimo que se quiebre cada dos por tres. Los extramuros de Madrid son ignorados por no decir maltratados por el gobierno central de turno, pero aun lo son más por los grandes medios de comunicación que parecen empeñados en no ver más allá de la M-30.
Ya lo saben, ahora toca Pasarela Cibeles, Raúl, la renovación del niño Torres y la ocasión perdida por Carmen Alborch para ser la candidata a la alcaldía de Madrid que “viste” más que tener que patearse Benicalap o Nazaret.
Fernando Martínez Castellano 20 Septiembre 2006
Publicado en Las Provincias 22 Septiembre 2006

15 septiembre 2006

¿DESGRAVARAN LAS SARDINAS?

Desde que conté su ingeniosa dieta de adelgazamiento en Agosto, a Carmen Pavías, le ha dado por detallarme, vía larguísimos emails, las batallitas que tiene planeadas.
La última cruzada, a la que se ha lanzado la Señora Pavías tiene mucho que ver con tasas, impuestos, desgravaciones y salud, por lo que supongo que también debe de haber enviado una copia a Pedro Solbes y a Rafael Blasco que son los que más pueden hacer por los asuntos que expone la comunicante.
Me cuenta mi lectora-escritora, que ella es una ciudadana de las que suele hacer tanto caso a los mensajes que se emiten sobre la salud, que tiene empapelada la puerta de su nevera con consejos acerca de cómo y cuanto comer, de las dietas más saludables, de las más bajas en caloría, en grasas y no recuerdo en cuantas cosas más, me dijo. Un día oyó que el pescado azul, que antes era tan malo, equilibraba los índices buenos y malos del colesterol y a partir de aquel momento sardinas y caballas se han hechos familiares en su cocina y en su mesa.
La cosa es que Carmen Pavías, no para de darle vueltas a la idea de que el consumo de alimentos “sanos” debería de desgravar. Las razones de Carmen, si el tabaco y los licores van cargaditos, en plan disuasorio, de impuestos especiales destinados a fondos sanitarios para paliar los males que causa su uso y abuso, lo lógico sería aplicar una tasa “negativa” en aquellos productos cuyo consumo que, a la larga, acabarán por disminuir el gasto farmacéutico.
En su interminable email, aun continuaba Carmen poniéndome ejemplos de tasas, impuestos, arbitrios o pluses que se aplican, “por si acaso” a otros artículos y a otros a los que no se aplica ese “por si acaso”. A los CDs han subido ni se sabe, su precio de venta, por si acaso al comprador le da por piratear. Sin embargo los sprays de pintura no sufren esos incrementos, siendo que pueden ser utilizados para pintarrajear en fachadas y monumentos que luego hay que limpiar. A los chicles tampoco se les aplica un plus, para sufragar los gastos de la rasqueta. La lista de la Señora Pavías abarcaba hasta los huesos de oliva y los males que puede causar el pisarlos.
Si bien lo miras, los argumentos de Carmen pueden ser tan serios como irónicos.
Fernando Martínez Castellano 13 Septiembre 2006
Publicado en Las Provincias 15 Septiembre 2006

12 septiembre 2006

SIN MANECILLAS

En el centro de Palermo, se halla el Grand Hotel et Des Palmes con ciento cincuenta años de vida a cuestas. Un edificio con ciento cincuenta y tantos años da mucho de si en historias y leyendas, si además ha sido durante este periodo un hotel de referencia en la ciudad, entonces las historias y las leyendas se desbordan incluso lejos de sus estancias. Allí se cerraron los flecos de la unidad de Italia, se compusieron operas, se escribieron novelas, se moldearon y finiquitaron gobiernos, se firmaron, sin papeles, acuerdos vergonzosos, entre la gente de “orden” y la mafia de las dos orillas del Atlántico. Hoy los visitantes rozan con los dedos los sillones, los mármoles, los cortinajes, queriendo tocar la Historia. Una de las muchas leyendas del Hotel Des Palmes cuenta que uno de los imponentes relojes de pared de uno de sus salones, además de estar parado le faltaban las manecillas. Sigue diciendo la leyenda, que se colocó junto al reloj la inscripción “Aquí no cuenta el tiempo”. Hace pocos años, al gran reloj de esfera dorada le colocaron las manecillas, pusieron en marcha su maquinaria y el largo péndulo inició el balanceo. Se rompió el encanto. Ahora, en la silenciosa sala del reloj, el tiempo ya corre aunque sea con retraso, con demasiado retraso.
Me ha llevado al Hotel Des Palmes, una fotografía que apareció en “El Ojo Crítico” de LP, el pasado lunes 4. Un reloj en Valencia, en la Avenida Ausias March. Un reloj de manecillas que marca las horas a su aire, como para despistar al que tenga fe en él. Una pieza más del amplio catálogo de trastos con que nos ha obsequiado el Equipo de Gobierno Municipal. No sé exactamente a que colección, art decó o nouvelle cousine, corresponde el reloj de Ausias March. No creo que sea del mismo muestrario que los numerosos, desaprovechados y desocupados, pequeños por dentro, mamotretos por fuera, kioscos verdes que no han servido, desde que se plantaron, para nada salvo como aparatosos soportes publicitarios. Lo cierto es que no hay ni un solo elemento, de esos que nos deben de facilitar el trato con la ciudad, que tenga ni un ápice de algo que lo puedas asociar a esta ciudad. Igual sirven para Villarriba que para Villabajo. De insustanciales que son.
Fernando Martínez Castellano. 6 Septiembre 2006
Publicado en Las Provincias 8 Septiembre 2006

01 septiembre 2006

ABROCHENSE LOS CINTURONES

Dependerá de que hayas tenido o no vacaciones, para que Agosto se te haya hecho corto o largo. Ya lo hemos dejado atrás. Ahora, a por un Septiembre cargado de cuestas y aun más repleto de buenas intenciones que Enero.
Luces. Cámara. Acción. Ante ustedes el Curso 2006-07, que promete ser todo un espectáculo con la apoteosis final en las urnas el último Domingo de Mayo(posibilidad de sorpresas incluidas) y en Junio todo el glamour de los megayates de la Copa del América(igual para entonces ya se habrán rematado las interminables obras, correcciones y retoques de la Avenida del Puerto).Para después, la hora del recuento de lo intangible.
No hace falta andar con la bola de cristal a cuestas, para adivinar que antes de que nos llegue el Solsticio de Verano, desfilaran ante nosotros, un Otoño agitado, un Invierno abrasante, una Primavera con la savia a punto de ebullición y para amenizarnos el tránsito, como si no hubiera bastante con el navajeo de la confección de listas electorales, la Concejala Puchalt cambiará cinco veces las macetas del Puente del Capricho y trasplantará hasta las farolas.
Acopien buenas dosis de paciencia, para recorrer un largo camino del que será imposible escapar, del que acabaremos agotados de oír los mismos apocalípticos argumentos, las mismas filtraciones, a los mismos protagonistas. Conocemos el guión. Seguirá presente el ¿pactado? bipartidismo de peperos y pesepeveros, pese a que a lo largo del curso se presenten otras opciones. Se recurrirá a los “grandes asuntos” pero se obviará lo más próximo, el desequilibrio entre pueblos, entre barrios, sus equipamientos, sus infraestructuras.
No faltará el volver a hablar del carisma de los candidatos, o su carencia. Un político/a tiene ser sensible a las inquietudes de los ciudadanos, detector de sus necesidades, cercano a ellos, sabedor de lo que ellos consideran como prioritario, como superfluo, como pelotazo. Lo de la gracia reservémoslo para el día que se presenten a un certamen de chistes de leperos.
¡Atentos que despegamos¡. Esto que se nos viene encima, promete ser más movido que esa montaña rusa que van a desmontar en Terra Mítica para hacer apartamentos. Después de la reentré de Septiembre, lo que nos echen.
Fernando Martínez Castellano 30 Agosto 2006
Publicado en Las Provincias 1 Septiembre 2006
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