26 marzo 2015

HECHOS, OIGA, HECHOS

Equiparar partidos políticos, precisamente el PP, su caja B, sus cobros y pagos lejos de la fiscalización de Hacienda, con organizaciones como Caritas que siempre y en especial en estos últimos años, se están partiendo el alma por reequilibrar una sociedad brutalmente injusta, es una de las peores agresiones que han tenido que escuchar nuestros oídos, en estos tiempos, en los que parece que salga gratis decir las estupideces que a uno se le ocurran. Sale gratis, o no, si miramos hacia al Sur.

Andábamos digiriendo la frasecita de la comparación de partidos políticos con ONGs, andábamos escuchando los resultados de las elecciones andaluzas, cuando ¡zas!, en toda la cara nos explotó la última, por el momento, de las genialidades de Esperanza Aguirre, esa señora que está en todas las salsas, en todos los guisos y en todo lo que se presente, mientras tenga palmeros que le rían las gracietas, “Juanma Moreno Morilla, candidato del PP a la Junta de Andalucía, no ha sido capaz de superar el estigma de haber sido designado a dedo”, y se ha quedado tan pancha la señora Aguirre, que como todo el mundo sabe también es del PP, y como todo el mundo también sabe, ha sido designada por el dedo índice de la mano derecha de Rajoy, y como todo el mundo también sabe ha presidido gobiernos llenos de corruptos, investigados, imputados o lo que quieran decir ahora.

¿Superará Alberto Fabra el estigma del dedazo? ¿Vencerá Fabra la absoluta soledad en la que lo tiene inmerso su partido?

Quedan pocas semanas. Muy deprisa se tendrían que hacer las cosas, y muy bien, y muy palpables para que el electorado valenciano pueda creer en algo. Ha habido tantos silencios a la hora de plantear reclamaciones al gobierno central, ha habido tanto temor en los momentos que se debería de haber reclamado, dando un golpe en la mesa como fue preciso, que ya no hay tiempo de nada. Tiene narices que Monago, con todos sus sospechosos viajes a cuesta, haya rebanado al gobierno de Rajoy más “deuda histórica” que aquí haya sido el gobierno de Fabra, insistente en reclamar.

Porque lo de la deuda histórica, lo que nos debe el Estado, que unos estiman en quince mil millones y otros llegan a veinticinco mil millones de euros, es una losa que pesa sobre la Comunidad Valenciana, sobre el ejecutivo actual y un enorme bloqueo para el futuro gobierno, que se va a encontrar maniatado y lleno de deudas.

Oiga, que ya estamos muy hartos de fotografías y chalecos reflectantes, que estamos aun más hartos de comprobar que lo que para Fomento, es posible hacer en Bilbao o Murcia, aquí no pasa de eternos estudios de anteproyectos y mucho palabrerío de la ministra Pastor. Oiga, basta de retórica, promesas huecas, humo. Queremos de una vez Hechos.


Pero, no han tenido ganas, ni encontrado tiempo. Lo provisional se eternizará, seguiremos perdiendo, seguiremos callando, o no. 

Publicado en Las Provincias 25 Marzo 2015

11 marzo 2015

MISLATA Y EL MAPA SANITARIO

Que Mislata, sea el municipio español más densamente poblado, es un hecho que al conseller de Sanidad del gobierno valenciano, parece importarle  más bien nada. Igual no lo sabe.

Que Mislata, con 50.000 habitantes, solo disponga de un médico de urgencias, tampoco le quita el sueño a nadie más que a esos cincuenta mil posibles pacientes.

Que Mislata, insisto en sus 50.000 habitantes, solo disponga de una ambulancia SVB y que si se solicita un SAMU, esta asistencia tenga que acudir desde Manises, tiene muchas narices.

Que en Mislata, fallezca una señora, hace unos días, a doscientos metros de un centro de especialidades, a las nueve de la mañana, por la falta de atención de una ambulancia, tiene muchos, pero que muchos bemoles. Morir es una putada, pero morir junto a la valla de un centro hospitalario por falta de asistencia, aun es mucho más.

Que la Consellería de Sanidad, juez y parte, diga que no se va a abrir ninguna investigación por lo sucedido, tiene muchas criadillas.

Que parte de la población de Mislata tenga enfrente, fachadas frente a fachadas, cruzar la avenida del Cid, el Hospital General de Valencia y sin embargo esta población tenga el Hospital de Manises, a varios kilómetros y con un tráfico denso, plagado de semáforos, como hospital de referencia,  demuestra que la reestructuración del mapa sanitario en el Área Metropolitana de Valencia, les ha importado un pito a los gobiernos de Camps y de Fabra.

Esta irracionalidad existente basada en que tanto da cuatro que veinticuatro, que a los pacientes tengan que hacer kilómetros para ser atendidos, refleja una situación como provisional, pero esa provisionalidad, la de aquí,  ya lleva unos cuantos años a cuesta.

En el momento que Camps tuvo la flash de que se construyese un mega hospital en los terrenos de Malilla, en ese mismo momento, o incluso un poco más tarde, cuando se colocó la primera piedra del hipercomplejohospitalario, entonces debería de haberse constituido una comisión en Sanidad, que elaborase el nuevo mapa sanitario imprescindible a partir de la puesta en funcionamiento del nuevo hospital.

Pero no se hizo, ni se está haciendo, es muy complicado y la vida no está para ir calentándose la cabeza innecesariamente, la redistribución de los pacientes puede provocar algún conflicto y es mejor no menearlo. Es mejor inaugurar, deprisa y corriendo, inauguraciones tipo Lliria, aunque no estén ni acabados, aunque las camas sean prestadas y ausentes los servicios elementales.


Este pasado fin de semana, el conseller de Sanidad del gobierno valenciano declaró: “Si Fabra me ofreciera ir en la lista, le pediría unos días para pensármelo”. Usted vaya pensándolo, señor conseller, me parece que la población de Mislata ya lo tiene pensado, y lo del Mapa, ¡bah¡  ya lo solucionará quien venga detrás. 

Por cierto ¿Qué corbata me combina mejor?

Publicado en Las Provincias 11 Marzo 2015

04 marzo 2015

EL CACHONDEITO

Que pesadez con el dichoso vestido! Que si blanco, que si azulón, que si dorado, menudo plastazo! El que más y el que menos también tiene unos pantalones que no sabe si son marrones, berenjena, incluso grises, y no va colgándolos ahí en la red para que el personal pierda aun más el tiempo adivinando el código de la tintada del tejido.

A mi me parece, que vamos un poco entre alterados y aburridos. En esto de los colores del vestidito de marras, ha picado medio mundo. Y este tipo de debate, de galgos o podencos, de blanco o azul, es más propio de la falta de noticias de Agosto que del denso Febrero. Se supone, igual es mucho suponer, que en Febrero y Marzo, se está por asuntos más serios y más trascendentes.

Aunque bien pensado, a lo mejor es que estamos ya tan hartos de los “asuntos serios”, que nos hacen falta estas gilipolleces del vestido, con intervención incluida de prestigiosos institutos oftalmológicos nacionales, y luego dicen que no hay dinero para investigar, con tal de buscarse una excusa para escapar, a mil por hora, de la “cruda realidad” que nos rodea.

Porque si no nos agarramos al trampantojo de la vestimenta de la madre de la novia, o si no le damos la vuelta, por nuestro bien y por el bien de todos los valencianos, a lo de “el caloret”, andamos perdidos, estaremos para echarnos a las llamas de la falla que nos pille más cercana en la noche del 19.

Y es que cada semana, los episodios vergonzosos superan a los de la semana anterior. Nos quedamos tan ojiplaticos, como dijo alguien, que es natural que exista confusión a la hora de distinguir los colores del vestidito. ¡Que suerte tendríamos si estos fueran los grandes conflictos en los que estamos atrancados!

Parece ser que hay que tomarse la vida a lo Celia Villalobos. Pero esto solo puede hacerlo la señora Villalobos. En cualquier otro país de nuestro entorno o de muchos más kilómetros más allá, la pillada a la señora Villalobos, recordemos vicepresidenta del Congreso de los Diputados con unos emolumentos anuales superiores a los cien mil euros más extras, jugando con la tableta durante el Debate del estado de la Nación, abstraída en conseguir más puntuación, hubiera supuesto el cese o la dimisión, por torpeza, inmediata.

¿Cómo quieren que les consideren, señores políticos, los ciudadanos si están viendo que ni ustedes mismos son capaces de tomarse en serio el trabajo por el que se les paga?

Pero estamos en España, y hace tiempo que nos perdimos, todos, el respeto. Queremos, quizás por autodefensa, hacer de todo una chanza, tomar el modo humor, de lo vacuo, como vía de escape y nos conformamos con averiguar que, la señora vicepresidenta del Congreso, estaba enredando con el Frozen que es más moderno que el Candy Crush.


Sigamos con el cachondeito, riamos, riamos, que tal como se ve a algunos les está yendo muy bien.
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