30 noviembre 2007

y eso, ¿qué es?

A más de un cliente se le quedó la cara a cuadros cuando leyó el cartel pegado a la máquina de cortar el pan, “out of order”. Unos se palpaban la cara para constatar que estaban despiertos. Otros salían a la puerta para reconocer que se hallaban en la calle Guillén de Castro. Otros le pegaban un vistazo al periódico para confirmar que seguían en Valencia. Con lo fácil que es escribir “averiada” y lo pijo que es poner “out of order”, pero muchas veces es que somos así, o a lo peor es que lo “posh”, lo “dork”, lo bobo forma parte del decorado del negocio, sea una panadería, una funeraria o es que quizás quisieron hacer alusiones a la 33 Copa del América.

Los avisos tienen que ser muy claros, ya que pese a ser patentes a veces no se entienden o mejor dicho no se quieren entender.

En uno de los laterales de la Iglesia del Patriarca, en Valencia, en la calle del Beato(habrá que actualizar que ya ha ascendido a la categoría de Santo) Juan de Ribera, calle estrecha, toledana, hay una leyenda en el muro “Se prohíbe que persona alguna de cualquier posición o edad se ensucie en las calles”. No se cuantos años lleva la frase grabada allí. Debían de se bastante marranos los valencianos, en los tiempos en que tuvo que ser escrita, casi debían de ser tanto como ahora mismo, porque mira que hay zonas en las que está presente, demasiado presente, una persistente pestuza a orines.

Puestos en carteles, tampoco vendría mal llenar algunos zonas de Valencia con bandos, incluso de Alcaldía, indicando e insistiendo con que está prohibido pegarle fuego a los coches. Dada la situación actual de quemas a diestra y siniestra, esto está pareciendo la cuarta entrega de Mad Max, dado el pase de pelota que se llevan entre la Policía Local y la Policía Nacional, dado que de aquella coordinación policial nunca más se supo, dado que los Policías de Barrio desaparecieron tras alguna campaña electoral, dado que los pirómanos desde hace unos cuantos años, en esta ciudad, cabalgan a sus anchas, pensemos que aburridos, mientras eligen otro coche al que van a socarrar, les da por leer uno de los carteles que les recuerde que si juegan con fuego se harán pipí en la cama. Igual surte efecto. Por probar que no quede, como están tan locos.

Fernando Martínez Castellano 26 Noviembre 2007

Publicado en Las Provincias 30 Noviembre 2007

25 noviembre 2007

no me quieras tanto

“No me quieras tanto, ni sufras por mi”, repetía la copla de Quintero, León y Quiroga. La canción iba por los derroteros de amores y desamores pero hay que ver las ganas que da cantarle ese estribillo, con música o a capela, a todos los candidatos que se van a presentar en las elecciones de Marzo próximo.

De aquí a entonces, a Marzo, ojala nos dejen una tregua en Navidad para digerir los excesos, nos esperan gotas frías, chaparrones y diluvios de promesas electorales. Los posibles y los imposibles, ilusiones, cuentos de hadas, se nos van a colar por todas las rendijas, van a buscarnos y lo peor, para nosotros, es que hasta nos van a encontrar. Pero después de tantas campañas, de tantos compromisos incumplidos, no tenemos más remedio que prevenirnos con la razón, la memoria y unas gotas de duda para que nada nos sorprenda.

Cuando las cabezas pensantes, o no, comienzan a caldear los meses previos, anticipando ofertas destinadas a generar titulares de prensa o entradillas para telediarios, a más de uno nos viene a la cabeza aquella frase de Tierno Galván que de puro estúpida, en su momento, ha llegado a ser una cruel realidad, “Las promesas, los programas, electorales están para incumplirse”. Tanto escuchado, tanto leído, tanta comparación entre lo dicho y lo hecho, nos ha llenado las alforjas de desengaño, tanto que llegas a cuestionar, ¿será verdad?, cuando dice un político profesional que los Viernes siguen a los Jueves.

Ahora mismo, ¡Ay no me quieras tanto!, nos vuelven a prometer, por el momento lo ha hecho el PP, luego lo hará el PSOE, una bajada del IRPF que nos va a dejar boquiabiertos. Esto de bajar los impuestos ya viene de lejos, nos los están “bajando” desde no se cuantas legislaturas, pero no se porque misterio cada vez pagamos más, y no hablemos de tasas, ni de céntimos sanitarios, ni de la cadena de impuestos indirectos.

¡No sufran por mí!, ustedes, los que van a formar gobierno, los que ya lo forman, controlen el gasto, que no se les escape el despilfarro entre los mimbres del cesto, que no haya tanta bolsa de engaño, apliquen eso de la justicia distributiva. Cumplan. Con eso ya nos daríamos por satisfechos, tanto que iríamos a votar aunque las promesas fueran con los píes tocando la tierra.

Fernando Martínez Castellano 20 Noviembre 2007

Publicado en Las Provincias 23 Noviembre 2007

16 noviembre 2007

por las calles

Ya hace unos cuantos meses, diría que años, que mi amigo José María, cámara digital en ristre, se lanzó a recorrer las calles de Valencia. Dejó de lado lo ya millones de veces fotografiado, hasta muy bien fotografiado. No quiso competir con nadie. Lo hizo por pura satisfacción, por volver a pasear por algunas calles, por conocer otras muchas nuevas, solo para mostrar todo lo que ha ido recorriendo y reconociendo durante unos cuantos meses, que suman unos cuantos años. José María ha fotografiado patios, portalones, puertas, aldabas, balcones, cerámicas, rótulos, todas las cosas que tenemos ahí, que muchas veces vemos pero que no observamos. Ahora, nos ha obsequiado, a cada uno de sus amigos, con las fotografías que nos regresan a las casas en que habitamos en los tiempos que compartimos colegio, adolescencia y mil historias.

Metidos en calles, hay que reconocer, mejor dicho la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Valencia tiene que percatarse que la inmensa mayoría de las calles de esta ciudad, están pidiendo a gritos una capa de asfalto. Tenemos infinidad de calles rotas, quebradas, agrietadas, bacheadas, onduladas y no se cuantas cosas más. Esto no es cuestión de aquello de las “72 horas”, que con tanto bombo y platillo se lanzó a los cuatro vientos, aquello de usted telefonea y en un abrir y cerrar los ojos le damos una pasada de aguaplast y todo resuelto, por cierto, visto lo visto, ya no se sabe si el invento sigue vivo. Esto es cuestión de tomárselo, de una vez, en serio. Luego, si quieren, cada calle asfaltada, eso sí acabada, véndanla, publicítenla como una inauguración, con su corte de cinta y todo, hagan lo que quieran, hasta aprovéchenlo electoralmente, pero hagan lo imposible para reparar calles, vías y grandes vías de una ciudad que les es tan agradecida. Claro que nos pueden decir, desde la Junta de Gobierno, que falta dinero, pero también es meridianamente claro que los ciudadanos les podemos contestar que distribúyanlo mejor, que armonicen, Ayuntamiento y Consell, los gastos en grandes proyectos con las cosas de andar por casa. No hay que hacer encuestas para conocer el problema, a lo mejor solo hay que observar un poco. Solo hay que dar un vistazo a esta Valencia a la que, en los últimos tiempos, le están creciendo los desequilibrios.

Fernando Martínez Castellano 13 Noviembre 2007

Publicado en Las Provincias 16 Noviembre 2007

08 noviembre 2007

primos

Desde hace unas semanas quería hablar de un primo mío, pero, en el ínterin, Octubre nos trajo de todo, vinieron las lluvias, las goteras, las inundaciones, las fuerzas del más allá hicieron desaparecer a Plá y Rajoy de una ocurrencia para reforzar unas declaraciones, puso en solfa a todos los primos, incluido aquel protector musculoso de zumosol. Por un tiempo, cuando nos refiramos a los primos no tendremos más remedio que acordarnos de Rajoy, igual es una argucia electoral, como cuando mentábamos a los hermanos nos aparecía la pesadilla de Alfonso Guerra, o como cuando nos asoman por el horizonte la infinidad de cuñadísimos que orlan la historia de España.

Decía, porque como Rajoy y como casi todos los españoles, también tengo primos, uno de ellos muy especial, más que primo, al que en el pasado Septiembre, no se le ocurrió otra cosa que tener un pequeño, pero acongojante, achuchón, resuelto por fortuna con prontitud mediante un by-pass que le ha descongestionado el tráfico sanguíneo alrededor de su molinés corazón. Ahora, como no para de leer, que los unos y los otros montan unos saraos de no te menees con cualquier inauguración, él piensa que si se hace eso por un camino comarcal de nada, que él no se va a quedar atrás con todo un by-pass en marcha, total que está por alquilar, como Louis Vuitton, el Mercado Central, para la celebración de un festival por todo lo alto.

Hablando del Mercado Central, me ha venido al teclado los vértigos, mañana serán dolores de cabeza, que está produciendo la continua subida de los precios en la alimentación. Esta vez la excusa, siempre se echa mano a la complicidad de las excusas, es el encarecimiento del precio de los cereales por su empleo como biocombustibles. Historias, historietas, por no decir mentiras, porque en ese saco han metido productos que nada tienen que ver, por ejemplo las cebollas. En este mar revuelto de los precios, hay mucho pescador. Aquí y ahora se huele la especulación. La utilización del euro ayuda. Parece que no se quiera recordar que 50 centimitos de nada, equivalen a ochenta y tres de las viejas pesetas y subidas así entonces, hace solo cinco años, no se solían hacer.

Y aun no han llegado las Navidades, ni la fiesta de mi primo, que igual la utilizan, como pretexto, para subir el jamón.

Fernando Martínez Castellano 7 Noviembre 2007

02 noviembre 2007

despelote

Las excusas, más o menos como las que empleaban algunas “actrices”, en los prehistóricos tiempos del destape, que siempre se amparaban en el “si lo exige el guión” para quedarse en bolas y casualidades el guión siempre lo exigía y si no, le hacían un apaño, al guión, aunque tuvieran que meter, en la película, la escena con calzador.

Ahora estamos volviendo al destape, a todo el mundo le ha dado por hacerse fotografías despelotado/a, mostrando tatuajes y recortes de bisturí, siempre asegurando que es por y para “una buena causa”.

Un día, alguien cayó en la cuenta de que podía sacarle rendimiento al machaque que se estaba pegando en el gimnasio. Así entre pesas, rayos uva, ayuditas químicas y la colaboración de alguna que otra liposucción, empezaron a brotar como champiñones, calendarios, láminas y camisetas grabadas con los cuerpos de bomberos de todas las ciudades de España. Tras la estela de los bomberos se engancharon los policías locales, deportistas, el Club de la Oreja Fina, una concejala de Lepe, sin olvidar a un ciudadano catalán, que hasta salió elegido pese a tener las propuestas tan desnudas como el cuerpo. El penúltimo, el último no ha llegado pero llegará, colectivo que se ha apuntado a la cosa, ha sido el fallero, mejor dicho las falleras de una falla de Silla con sus moños, peinetas pero sin corpiños, pañuelos y manteletas.

Luís Gil a su vuelta de Praga, casi tres meses perdido en una ciudad que lo ha atrapado, se pegó un hartazgo de repasar prensa atrasada, Luís es de los que mantiene que los periódicos hay que leerlos en papel, se dio de bruces con las fotos de las falleras de Silla. Como platos se le quedaron los ojos.

Esa noche, Luís, cenó demasiado, luego tuvo un montón de pesadillas. Igual se veía reuniendo a los de Puerto Hurraco para hacer un calendario, convenciéndoles que los michelines, canas y arrugas las repara el fotoshop en un plis plas, que en otra persuadía a 366 conocidos de conocidos, para crear un almanaque de sobremesa.

Al recordar las pesadillas a Luís le entran escalofríos solo de pensar que ya están cercanas las elecciones y a algún candidato/a, justo quien está usted pensando, le dé, en un ataque de originalidad, por posar como las falleras de Silla, pero sin peinetas. Va a recoger firmas para intentar remediarlo.

Fernando Martínez Castellano 30 Octubre 2007

Publicado en Las Provincias 2 Noviembre 2007

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