24 agosto 2004

en cuclillas

Menos mal que, de momento, a los cacos les ha dado por irse a Oslo y no se les ha ocurrido poner a prueba los sistemas de seguridad de nuestros museos. Porque está demostrado que siempre falla todo cuando menos se espera, y más cuando nada está previsto.

Eso pues, menos mal que ha ocurrido a unos cuantos miles de kilómetros de distancia, porque lo del rapto a pleno día de dos cuadros del pintor más reconocido del país, es lo que hubiera faltado para animar el final del mes “inexistente”, Agosto.

Por otra parte, esto del robo en la pinacoteca noruega nos eleva un poco la moral a los mediterráneos al constatar, que en todas partes cuecen habas, que la chapuza no es monopolio de las tierras latinas. Imaginen si eso de no tener las obras aseguradas, hubiera sucedido por la Italia de Berlusconi o por esta España de nuestras alegrías, imaginen como nos pondrían los escandinavos, los sajones y los normandos, pero en fin, les ha sucedido a ellos y ojalá seamos capaces, en este asunto, de sacar alguna conclusión en claro.

Bueno será, que sea así porque en otras cosas tanto da, que da lo mismo. Iniciamos Agosto escandalizados porque la valenciana Oficina Municipal de Turismo había cerrado puertas e información. Finalizamos Agosto con una fotografía de esas que vale más que muchos miles de letras. Dos personas en cuclillas, al pie del Balcón del Ayuntamiento, una informando y otra queriendo enterarse. Una imagen que dice mucho de una ciudad que quiere, siempre quiere, ser la proa de un nuevo turismo(modelo sin aclarar todavía) y que pretende ser, a la vuelta de la esquina veintipocos meses, el punto en el que se concentren los objetivos de las televisiones de medio “primer mundo”, y el polo de atracción de, ni se sabe, cuantos miles de turistas de esos que salen en los rankings de los millonetis.

Para algunos personajes, altivos, asomados desde “los Grandes Eventos” estas cosas, de informarse en cuclillas, son como una nimiedad, un distraerlos de su estar por encima del bien y del mal, ¿qué pretenderán estos turistas, una silla y una mesa? ¡vamos, que se hubieran comprado una guía en el kiosco de la esquina!.

Fernando Martínez Castellano 24 Agosto 2004

Publicado en Las Provincias

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