Invento al canto, el palabro escaparateando, gerundio de escaparatear, todo un trabalenguas.
Al cabo de veintimuchos años los comerciantes del Centro Histórico han reconocido que la idea que entonces se les expuso de peatonalizar algunas calles, no era tan descabellada, ni mucho menos, tanto que ahora sugieren, desde su Asociación, el incremento del número de vías en las que se limite el tráfico rodado. Atrás, muy atrás, quedaron las duras resistencias a que las calles Ribera, Passeig de Russafa y Convento Santa Clara, fueran la proa de la peatonalización en Valencia.
Han pasado unos cuantos años, y los comerciantes del centro han acumulado tantos viajes a Centro Europa, que la mayoría se ha convencido que lo de escaparatear y comprar, se hace mejor sin estar pendientes del acoso de los vehículos. Un Centro Histórico en el que se da preferencia al peatón, es un potente imán para el turismo que visita cualquier ciudad, sea Budapest, Londres, o Cefalu. Valencia no tiene porqué ser la excepción, es más nuestro clima, por lo menos antes de este loco 2007, impulsa, durante muchos meses del año, al paseo, relajo consumista, incluso hasta empuja a acomodarse en alguna cafetería para ejercer el ritual de ver caminar a otros.
Ahora bien, que nunca olviden los Comerciantes del Centro, que por las calles peatonales se tiene que dejar espacio suficiente para que puedan caminar los viandantes, que también tienen algo que decir en esto. Peatonal viene de peatón, no de sillas y mesitas a porrillo, ejerciendo de embudo.
Publicado en Las Provincias 5 Octubre 2007
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