06 marzo 2008

20 de març

3 de Marzo 2008. Salió Irak en medio del último debate, ¿será verdaderamente el último?, entre Rodríguez Zapatero y Rajoy.

Dentro de unos días, aquella, esta maldita guerra por muy lejana que nos quede, por muy ocultos que se tengan los datos acerca del número de muertos, de mutilados, de desplazados, va a cumplir cinco años. Cinco años de destrucción de un País y de sus gentes, de personas con nombres y apellidos, con padres, madres, esposas, hijos, amigos, que un día tuvieron ilusiones, hicieron planes, como todos nosotros.

Hace cinco años en la mañana del 20 de Marzo de 2003 escribí la siguiente “en fila india”. Hoy la volvería a escribir con la misma rabia

20 DE MARÇ

Quizás una de las canciones más bellas del primer J. M. Serrat. “M’hauría agradat estar despert aquell matí que amb un vestit verd entre uns bladars ell(el vint de Març) va arribar”. Era inevitable canturrear esta estrofa, en la mañana siguiente a San José. Era una canción a la vida esta canción de Serrat, que ligaba el nuevo nacimiento de la naturaleza con cada 20 de Marzo. Eso queríamos que fuera, eso deseábamos que siempre fuera. Pero este 20 de Marzo de 2003, es distinto, es negro, hubiéramos querido estar dormidos, que todo el mundo hubiera estado dormido tranquilo, sin sobresaltos, sin alarmas, en lugar de despertarnos oyendo noticias de bombardeos, de los primeros muertos, de discursos aún más amenazantes. Ojalá que la voz del Serrat, de Mediterráneo, de Machado, Hernández o Alberti, nos hubiera recordado que ya estaba aquí la primavera, la estación de la alegría.

Sadam Husein ha sido un verdugo para su país, tan verdugo como todos los dictadores que en el mundo han sido. Sadam fue un dictador “útil” para frenar al integrismo iraní, tan útil como lo fueron otros dictadores para los intereses de EEUU. Ahora el suelo y subsuelo de Irak son demasiado apetecibles. Alguien por su cuenta decidió, ya hace meses, que el tiempo había acabado, alguien por su cuenta se ha convertido en juez y verdugo vengador. Lo evitable, George W. Bush, nos lo ha convertido en inevitable.

También Serrat cantó un poema de León Felipe que le pedía al Quijote “Hazme un sitio en tu montura caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura, que yo también voy cargado de amargura y no puedo batallar”.

Todos los que hemos manifestado, el rechazo a esta guerra ilógica, inmoral e ilegal, aún más que todas las guerras, nos sentimos vencidos, enrabiados como la inocente población iraquí, que ha tenido que sufrir a un dictador, a un bloqueo, y ahora los bombardeos. Casi todos en España nos sentimos vencidos como el Quijote.

La guerra, la destrucción, la muerte todavía se puede parar. Por favor, aún se puede parar. ¡Párenla! ¡Parémosla, todos nosotros, los vencidos!

Fernando Martínez Castellano

20 Marzo 2003

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