Fuentes bien informadas me han asegurado que los grandes partidos, van a poner en marcha un experimento para elaborar las listas electorales del año 2007. Algo así como OT pero al revés.
Hartos de infidelidades, de lenguaraces que rajan por las esquinas, de tránsfugas que se van con el primero que les susurra palabras de amor al oído, ahítos de que les pongan cuernos políticos con la primera recalificación que aparezca, han decidido cortar por lo sano. Nada de que los pretendientes a figurar en las listas sean recomendados de la señora muy señora del Jefe, nada de que tengan más rollo que una fabrica de papel higiénico, los estrategas del PP y del PSOE han coincidido en la prueba de la desafinación musical.
Se ha constatado que los últimos tránsfugas, esos que han sonado en los medios, esos que han provocado que se acordasen de su santa madre, tenían una común inclinación por lo musical. Se empieza a relacionar la infidelidad política con ciertas habilidades en la cuerda, el viento y el (vil) metal.
De Maruja Sánchez, aquella que con su salto de pértiga pasó de los socialistas a los populares, le dio la alcaldía de Benidorm a Eduardo Zaplana, y ¡Oh casualidad! se enchufó de por vida, de ella se dijo que era vocalista o boca lista.
A Tamayo y Saez, mesetarios ellos, les decían que eran unos tunos, fino sinónimo de pillos, bribones o truhanes.
Del último ejemplar conocido, en el arte de secuestrar la credencial, se ha destacado su dominio de la armónica y nada más.
Hay muchos más trásfugas, muchos más dinamiteros, de alguno de los cuales también se tiene constancia de interesadas inclinaciones por el cante y baile.
Pero si hay bandarras que cantan “el si te he visto no me acuerdo”, también hay quien recibe con brazos y bolsillos abiertos a estos desvergonzados “refugiados políticos” subastadores de sus miserias. Como siempre hay más trasfondos económicos que políticos en esos extraordinarios cambios de trincheras, vamos a dejar las caídas del caballo, las conversiones instantáneas, las destapadas de corrupciones que no les dejaban ni dormir, a páginas de la historia muy lejanas, a santos varones, que poco tienen que ver con todos estos tanguistas que orlan los horizontes hispanos.
Hartos de infidelidades, de lenguaraces que rajan por las esquinas, de tránsfugas que se van con el primero que les susurra palabras de amor al oído, ahítos de que les pongan cuernos políticos con la primera recalificación que aparezca, han decidido cortar por lo sano. Nada de que los pretendientes a figurar en las listas sean recomendados de la señora muy señora del Jefe, nada de que tengan más rollo que una fabrica de papel higiénico, los estrategas del PP y del PSOE han coincidido en la prueba de la desafinación musical.
Se ha constatado que los últimos tránsfugas, esos que han sonado en los medios, esos que han provocado que se acordasen de su santa madre, tenían una común inclinación por lo musical. Se empieza a relacionar la infidelidad política con ciertas habilidades en la cuerda, el viento y el (vil) metal.
De Maruja Sánchez, aquella que con su salto de pértiga pasó de los socialistas a los populares, le dio la alcaldía de Benidorm a Eduardo Zaplana, y ¡Oh casualidad! se enchufó de por vida, de ella se dijo que era vocalista o boca lista.
A Tamayo y Saez, mesetarios ellos, les decían que eran unos tunos, fino sinónimo de pillos, bribones o truhanes.
Del último ejemplar conocido, en el arte de secuestrar la credencial, se ha destacado su dominio de la armónica y nada más.
Hay muchos más trásfugas, muchos más dinamiteros, de alguno de los cuales también se tiene constancia de interesadas inclinaciones por el cante y baile.
Pero si hay bandarras que cantan “el si te he visto no me acuerdo”, también hay quien recibe con brazos y bolsillos abiertos a estos desvergonzados “refugiados políticos” subastadores de sus miserias. Como siempre hay más trasfondos económicos que políticos en esos extraordinarios cambios de trincheras, vamos a dejar las caídas del caballo, las conversiones instantáneas, las destapadas de corrupciones que no les dejaban ni dormir, a páginas de la historia muy lejanas, a santos varones, que poco tienen que ver con todos estos tanguistas que orlan los horizontes hispanos.
Fernando Martinez Castellano 25 Noviembre 2005
Publicado en Las Provincias el 28 Noviembre 2005
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