Siento una especial predilección por John Le Carré, quizás sea cuestión generacional aunque me lleve unos cuantos años, quizás sea proximidad ideológica, aunque seguro que no es coincidente.
En sus artículos sobre la cruel, injusta y avasalladora intervención de los aliados en Irak, notaba que él decía lo que yo quería decir, que el expresaba una rabia que a muchos nos hervía en el interior. Desde Marzo del 2003 los acontecimientos no han hecho más que darle la razón, demostrar que acertó en cada uno de los avisos que lanzó. Los errores y horrores cometidos por la gran potencia militar estadounidense desgraciadamente solo han servido para evidenciar que todo se justifico sobre un Himalaya de mentiras. A propósito de las mentiras de Estado, vale la pena leer más de una vez “Amigos absolutos”, de Le Carré, publicada en España en los primeros meses de 2004.
He leído y releído muchas de sus novelas. En la primera lectura he devorado el contenido en busca de la trama. En la segunda lectura he paladeado la novela, la he destripado, he captado muchas de las claves de la jerga utilizada por el autor británico.
John Le Carré siempre ha querido enviar más de un mensaje en sus libros. “El Jardinero fiel”, es un claro ejemplo de esta pluralidad. Es un libro aconsejable y se acaba de estrenar una película, con el mismo título, basada en él, también muy recomendable.
El jardinero fiel, nos lleva de la mano para que comprendamos que no somos nada en manos de las multinacionales, en este caso farmaceuticas, y para acercarnos a los pueblos subsaharianos, para que nos demos cuenta de que las huidas, de sus hombres y mujeres, hacia Europa no obedecen ni a viajes de capricho ni a toures turísticos.
John Le Carré es mucho más que un escritor de novelas de espías.
Fernando Martínez Castellano
17 Octubre 2005
En sus artículos sobre la cruel, injusta y avasalladora intervención de los aliados en Irak, notaba que él decía lo que yo quería decir, que el expresaba una rabia que a muchos nos hervía en el interior. Desde Marzo del 2003 los acontecimientos no han hecho más que darle la razón, demostrar que acertó en cada uno de los avisos que lanzó. Los errores y horrores cometidos por la gran potencia militar estadounidense desgraciadamente solo han servido para evidenciar que todo se justifico sobre un Himalaya de mentiras. A propósito de las mentiras de Estado, vale la pena leer más de una vez “Amigos absolutos”, de Le Carré, publicada en España en los primeros meses de 2004.
He leído y releído muchas de sus novelas. En la primera lectura he devorado el contenido en busca de la trama. En la segunda lectura he paladeado la novela, la he destripado, he captado muchas de las claves de la jerga utilizada por el autor británico.
John Le Carré siempre ha querido enviar más de un mensaje en sus libros. “El Jardinero fiel”, es un claro ejemplo de esta pluralidad. Es un libro aconsejable y se acaba de estrenar una película, con el mismo título, basada en él, también muy recomendable.
El jardinero fiel, nos lleva de la mano para que comprendamos que no somos nada en manos de las multinacionales, en este caso farmaceuticas, y para acercarnos a los pueblos subsaharianos, para que nos demos cuenta de que las huidas, de sus hombres y mujeres, hacia Europa no obedecen ni a viajes de capricho ni a toures turísticos.
John Le Carré es mucho más que un escritor de novelas de espías.
Fernando Martínez Castellano
17 Octubre 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario