En
la tarde del pasado lunes, Alberto Fabra, firmó la clausura de la legislatura.
Aunque parezca mentira, aunque no se notase, aunque hayamos dudado de la
necesidad y efectividad de las Cortes valencianas y el gobierno autonómico,
aunque no diesen muestras de ello, estaban en marcha.
Fabra,
no inauguró nada, solo visó el chupinazo a la carrera hacia la noche de
recuentos, hacia la noche de despedidas, hacia la noche de fumatas, hacia la
noche de pasión aunque sea Domingo de Pentecostés, el 24 de Mayo.
Abro
paréntesis, por cierto, aun hay por ahí pretendientes que no saben en que
listas van a ir, pero eso sí, son “candidatos a lo que sea”, pese a que no hace
nada vociferaban, muy justamente, por los que querían mantenerse de la política
años y años. Brincando de siglas en siglas, de magenta a naranja, pero mirando
de reojo a los morados, por si acaso hay un hueco que cubrir. Vuelvo a lo de
las elecciones de Mayo.
Ahora,
la tregua de la Semana Santa y la larga Pascua valenciana, el capirote, el
cachirulo, la mona, pero a la vuelta, nos esperan chaparrones y diluvios de
promesas electorales y de lo que se presente.
Después
de tantas campañas, de tantos débitos incumplidos, no tenemos más remedio que
prevenirnos con la razón, la memoria y los impermeables de la duda, para que
nada nos sorprenda de nuevo, y volvamos a caer, y se vuelva a comprobar que
somos capaces de tropezar más de dos veces en la misma piedra. Cariñitos, no
nos van a faltar, pero recordemos, tengamos muy en cuenta, que algo, una obra
gigantesca o el arreglo de una farola, no es nada, solo es humo, si no va
respaldado en unos presupuestos, va comprometido con unas fechas de inicio y fin,
y, sobre todo, filtremos las romanzas de sirena con la experiencia de ver
cuantas de las promesas anteriores, están saldadas, incumplidas, atascadas o sencillamente
no pasaron de salvas de fogueo.
Tanta
comparación entre lo dicho y lo hecho, nos ha llenado las alforjas de
desengaño, tanto que crees
que con tanto prometer ya se hace poca mella en el electorado. Pero parece que
de esto, a pesar de los resultados recientes en Andalucía, los grandes
partidos, no se han enterado.
Ahora
mismo, ¡Ay no me quieras tanto!, nos vuelven a asegurar, muchas obras, y acabar
lo no iniciado, y bajadas del IRPF y del
IVA, que nos va a dejar boquiabiertos. Esto de bajar los impuestos ya viene de
lejos, nos los están “bajando” desde antes de no se cuantas elecciones, pero no
se porque misterio, cada vez pagamos más, y siguen los recortes aunque nos los
disfracen.
FMC
Publicado en Las Provincias 1 Abril 2015
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