05 julio 2010

Retrovisores para Peatones

Si el conseller Cotino no añade, junto a las ayudas que va a aportar a los cazadores, subvenciones para la compra de retrovisores para peatones, no voy a tener más remedio que pedírselo a Papa Noel o a los Reyes Magos. Y si ninguno de los cinco me hace caso, que es lo más seguro, tendré que rascar el fondo de mi famélico bolsillo para agenciarme, por seguridad, el chisme del retrovisor.
Lo de las promesas de subvenciones, no pasa de palabras, palabras, merecería un par de columnas, pero hoy estamos con lo de la tranquilidad de los que caminan por las aceras de Valencia, que ya es bastante.
Llegados a este punto, no hay más remedio que hacer una declaración de que uno, considera el uso de la bicicleta, como uno de los medios más baratos y menos contaminante de transporte urbano. Dicho esto, también hay que decir que para utilizar una bicicleta en una ciudad, hay que tener una gran dosis de educación cívica.
Ordenanzas municipales, incluidas las que regulan el transito de las bicis por las aceras, hay para todos los gustos. Pero, si se desconocen las ordenanzas, si no existe el más mínimo respeto hacia los demás, si hay quien cree que las aceras son pistas para ir sorteando peatones, entonces no hay más remedio que exigir la actuación de la Policía Local. Pero, en tiempos de penuria, no vamos a pedir al Ayuntamiento que coloque un policía en cada manzana. Sí lo de la Policía de Barrio, el que caminaba preguntando a los tenderos cómo les iba el día, no se hizo en los años que nos creíamos los más ricos del mundo, ¿cómo se va a hacer ahora que estamos secos cual mojama?
Por lo tanto, como lo de la educación ciudadana no les va a entrar a los incívicos en dos o tres meses, como lo de los policías es aun más imposible, nos caben cuatro soluciones.
Una, reeducar a los peatones, pintando en las aceras el carril peatón y haciendo que todos caminen en fila india, lo más apretados posible.
Dos, poner en marcha la producción de retrovisores para peatones, que podrían ir acoplados a modo de gorra o pinzados sobre los hombros.
Tres, caña, sanciones, sanciones, sanciones, que es como dicen que la letra entra.
Cuatro, dejando todo como está que es lo más cómodo ya que, en nada, vamos a entrar en la campaña electoral de las municipales, y aquí ya se sabe, se reniega mucho, pero se vota siempre a los mismos.
Publicado en Las Provincias 3 Julio 2010

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