07 febrero 2009

Estamos en guerra

Estamos en guerra contra la crisis, contra el pesimismo, contra las cifras, contra el paro, contra el desespero. Seguro que estoy exagerando tomando la palabra guerra, pero hay que tomar medidas extraordinarias por el estado de excepción en el que nos encontramos y sobre todo en el que nos podemos encontrar.
Nuestra convivencia está necesitando la irrupción en la escena actual de un Flautista de Hamelin, de un encantador de serpientes o de alguien que se ofrezca como guru ocasional, aquí hay que levantar el ánimo colectivo e individual como sea. Restablecer eso tan sutil que se que llama Confianza.
El Gobierno, yo iría aun más allá diciendo los Gobiernos, así incluíamos a todos los autonómicos, están hechos picadura de tabaco, sorprendidos y desorientados, sobre todo desorientados. Todos ellos sobreviven a costa de que sus respectivas oposiciones, ahí se alternan los papeles PSOE y PP, están aun peor que ellos, que ya es decir.
España, necesita un cambio de actores en el reparto. Los directores de escena no hay más remedio que sean los mismos. Unas elecciones generales ahora, no resolverían nada, es más aun darían más peso, con el riesgo que supone en algunos casos, a los partidos nacionalistas a la hora de configurar nuevas mayorías. Es necesaria una reorganización de Gobierno lo antes posible, en un mes se habrán celebrado elecciones en Galicia y el País Vasco y ya no cabrán excusas. Es necesario que Zapatero configure un Ejecutivo que tenga un mínimo de coherencia, que no tire cada uno por un lado, que sean capaces de transmitir credibilidad.
Que las cosas no volverán a ser como eran, claro, pues tampoco eran reales, pero aquí tenemos que acercarnos cuanto antes a lo que es un País que funcione, que no ande arrastrándose, lamentándose de lo mal que está. Hay que reformar estructuras. Hay que fijar bases para despegar. Reconociendo errores cometidos, que los hemos cometido todos, hay que ilusionar a la gente para que arrime el hombro manifestándole que la recompensa es el futuro.
Si las cosas van a ir a peor, a mucho peor, no habrá más remedio que ir pensando en una gran coalición. En momentos tan duros como los actuales, no es una cosa descabellada. Grandes males, grandes remedios. Dejar de pasarse la pelota, transmitir unidad, optimismo y ser capaces de salir de este cacao.

fmc Publicado en Las Provincias 7 Febrero 2009

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