02 febrero 2009

¡Ay Mare!, ¡Ay D. Arturo!

Ya nos hemos comido un mes del “tenebroso”. En cuanto nos descuidemos, ya lo hemos pasado. Que salgamos vivos, ya es otra cosa.
Después de oír, porque mira que las han repetido, las declaraciones de D. Arturo Virosque, se nos ha quedado a muchos un mal cuerpo que ya, ya. Ni la gripe esa que produce incontinencia estomacal causó tantos estragos. Por las esquinas andas oyendo la jaculatoria ¡Virgencita, Virgencita que me quede como estoy!.
No sé si el Presidente de la Cámara de Comercio de Valencia ha tenido un ataque de sinceridad, un patatús de irresponsabilidad, o un arrebato de desespero. O las tres cosas a la vez, sinceridad, irresponsabilidad y despropósito. Sinceridad en cuanto al presente, “los políticos son unos embusteros”. ¿Su cargo no tiene algo de político? Irresponsabilidad en cuanto al futuro, las pensiones se irán al garete en el 2012. Despropósito en cuanto a que tendremos que salir de aquí en pateras.
Tras escuchar sus terroríficas previsiones, las dudas aun se han colado más entre los ciudadanos, sobre todo entre los pensionistas. Si el mantenimiento o incremento del consumo es una de las salidas de las “Crisis”, que todo el mundo recomienda, las declaraciones de D. Arturo han metido tanto miedo, que aquí no va a haber quien se gaste un euro, por si acaso. Ni en comida. Caerá el consumo y todo será aun más oscuro. Ahora bien, igual es un nuevo negocio en alza lo de la construcción de pateras. Ya hay otra utilidad futura para las instalaciones de la Copa del América, reconvertirlas en astilleros. Valdría la pena que ya, el Sr. Virosque, aconsejara sobre el rumbo a marcar, porque tal como está el panorama, una vez traspasada la bocana del puerto ¿para donde habrá que tirar?.
Mientras llega el momento en que se compruebe si D. Arturo es el Nostradamus valenciano o un pitoniso de feria, más de uno estará pensando que si esa es una de las mil maneras de levantar la moral a la gente, apañados estamos. Cuatro más como el Sr. Virosque y la población española cae a la mitad.
Lo curioso es que te preguntas ¿Con qué toga hizo las declaraciones D. Arturo?. ¿Cómo Presidente de la Cámara de Comercio? ¿Cómo Vicepresidente de Bancaja?¿Cómo dirigente empresarial? o ¿Como aquel fraile del convento, que pensó lo que pensó cuando estaba dentro?.
Publicado en Las Provincias 31 Enero 2009

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