29 noviembre 2008

La Maquina billetera

Hace años los Ayuntamientos no tenían un duro, aun menos que los de ahora, No se gastaban un céntimo, no por moderación ante el despilfarro, solo porque no podían, no había.
En eso estaban, en comprobar que no llegaban a fin de mes, en buscar soluciones, cuando a un grupo de ellos, de Alcaldes, les dio por reunirse en Valencia en una de esas Cumbres que ahora están tan de moda, pero que la de entonces fue la primera de las primeras.
La cosa es que decidieron acudir al Gobierno Central, no había otro, a la hora de pedir ahora parece que tampoco haya otro, para exigir un par de líneas de los Presupuestos del Estado, para poder recibir los Ayuntamientos algo para funcionar.
En un momento de la discusión, ya se había dejado atrás la conversación, Fernando Abril Martorell, Vicepresidente del Gobierno de Suárez, se encaró con los allí presentes preguntándoles “¿Qué os creéis que en el despacho de ahí al lado tengo la máquina de hacer billetes?”. Lo de la máquina coincidió con unos extraños ruidos en uno de las estancias próximas. Aquello dio paso a un pequeño relajo, y a que los Ayuntamientos recogiesen unos céntimos de las gasolinas, un anticipo del Banco de Crédito Local y unas cuantas promesas para los años venideros.
Cada vez que recibo uno de esos múltiples correos que te dicen que pidas tres deseos que se cumplirán si lo reenvías a no se cuantos amigos, en mi fuero interno siempre pido una máquina como aquella que decía tener Abril Martorell. Y no hay manera. Se la he pedido a Papá Noel, a Santa Klaus, al Viejito Pascuero, a Babbo Natale, y a los Reyes Magos. No hay manera, no me traen la maquinita.
En la misma debían de estar todos y cada uno de los que han picado y picarán en el timo de la máquina que “convierte” papel entintado negro en esplendorosos billetes de 500 euros. Nada de tonterías de billetes de 5 o de 10, si se hace, se hace, así que a por los más grandes. Por pura casualidad, o por no mostrar un exceso de codicia, no han inventado los billetes de 999 o 1000 euros.
Leo los periódicos, y me sigue sorprendiendo la habilidad de los timadores y la cantidad de tontos del haba que siguen cayendo y creyendo que ellos si que son los más listos, los más espabilados del mundo. ¡Que les vayan a ellos con el cuento de la Crisis!
fmc
Publicado en Las Provincias 29 Noviembre 2008

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