05 marzo 2009

Despilfarro

El derroche, a veces, suele pasar factura. Los gallegos, y dale con el tópico, tan motejados de ser sosos, de no saber si suben o bajan, han reaccionado ante lo que han considerado que era un exceso. El derrotado Touriño, ha captado, tarde, que en algunos aspectos su gestión no fue lo que se dice comedida en el gasto, y no supo explicarse y salir al paso de las demagógicas exageraciones que se suelen producir en periodo electoral. Lo malo, para el ciudadano, es que las campañas ya no duran quince días, ahora mientras se recuentan los votos, ya se inician las maniobras, en muchos casos contaminaciones, para la siguiente cita con las urnas.
En los tiempos que corren, y correrán, al sufrido contribuyente hay cosas que le chirrían mucho. Lo de los coches ostentosos para las autoridades de turno, es una de las cosas que más crujen. No importa que esa autoridad se haya rodeado de un equipazo con varias decenas de “asesores”, sustantivo utilizado en algunos casos como sinónimo de “enchufados”. Sus méritos, los de los asesores, conocimientos y materias en las que son capaces de asesorar, son misterios indescifrables. Medio centenar de “asesores” pone menos de los nervios a los ciudadanos que son los que pagan todo y a todos, que un Audi A8, por ser este último más ostentoso que no más voluminoso.
Total, que el nuevo presidente de los gallegos, Feijóo, tiró en cara al anterior presidente de la Xunta, Touriño, el que cabalgase a lomos del Audi A8, cuando resulta que el nuevo presidente, Feijóo, iba en un coche similar cuando era Conselleiro en el gobierno de Don Manuel Fraga. Cosas de la desmemoria.
Entre que es un galimatías esto de las no-verdades durante las campañas electorales y que yo no lo he acabado de explicar bien, llegamos a la conclusión de que los ciudadanos, sean gallegos, andaluces, valencianos o turolenses, estamos, o deberíamos estar, hasta la coronilla de los dispendios que se realizan muchas veces sin ton ni son.
Por otro lado, parece ser, que hay demasiadas pistas para suponer que gran parte de los fondos procedentes del llamado Plan ZP, van a tener unos destinos demasiado vacuos. Y esto también es otra forma de derroche, de despilfarro, pese a estar tan “secos” como estamos.
Pero, ¡que ocurrencia hablar de despilfarro aquí en estos días!.

Publicado en Las Provincias 7 Marzo 2009

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