Altea me dice, que un día de estos, en alguno de los telediarios, sea la cadena que sea, aparecerá el anuncio “enviar mensaje “sangre” al 77777 indicando si quieren que las noticias sean aún más truculentas; si envían la palabra “coba” será que quieren que demos aún más jabón, del que le damos, al poder que nos respalda”.
Lo de los envíos de SMS, debe de reportar, para las televisiones y las compañías de móviles, unos beneficios de vértigo. Y ganando lo que se presupone que ganan, con los del dedo fácil para los mensajes, lo menos que deberían de hacer, es establecer unos filtros mínimos ortográficos, para frenar tanta agresión al idioma español al que todos aseguran amar tanto.
Dice Altea, que no exagera y para comprobarlo solo basta leer, cualquier día, los mensajitos que aparecen al píe de pantalla, pero vayan con cuidado, cuanto más grande sea su tele, mayor será el atraganto.
Con tanto “Altea dice” me estoy yendo por los cerros de Úbeda. No quería hablar ni de bayas, ni de vayas, ni de las vallas electorales. Y eso que estas últimas, en este año de urnas, van a dar mucho de si. Se asegura en “confidenciales”, que se van a crear tres premios que se entregarán en Junio. Uno, será para la imagen del candidato/a sobre la que más haya intervenido el retocador. Otro para la fotografía del candidato/a que más años le hayan robado. Otro más, para el ciudadano asombrado. De momento, y aun faltando tres meses, hay dos candidatos que tienen asegurado los dos primeros premios. El del ciudadano pasmado, va a estar muy repartido.
La cosa es, como siempre la dejo para el final, que cada día hay mas vallas, de esas amarillas paticojas, dejadas por todos lados. Hay tantas que ni los cacharreros les hacen caso. En los alcorques en los que antes dormían los carritos de supermercado, ahora hay dos o tres vallas esperando a no se qué. Se tiene que ganar tanto, casi como con lo de los SMS, con eso de abrir y cerrar zanjas, y se hace con tanta repetición, que dejarse material por aquí y por allá les importa poco o quizás es porque así ya las tienen a mano para la próxima cata. Una valla abandonada no es sinónimo de que se está de obras constantemente, solo significa dejadez.
Fernando Martínez Castellano 13 Febrero 2007Publicado en Las Provincias 16 Febrero 2007
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