El otro día me dijeron que en estos momentos se están vendiendo, como rosquillas, las velas negras para espantar los malos yuyus. Puestos a elegir velas, me quedo con las velas rojas, me recuerdan una vieja canción de Paul Anka y hay algo en el rojo, en el color rojo, que sigue atrayendo.
Hablando de velas, hay que ponerse cuanto antes a estudiar todo lo de los vientos y sus efectos en el velamen. Vamos a entrar en un año de velas, de velas de competición y no nos puede pillar con tan amplio desconocimiento de las expresiones marineras, como tenemos.
A la vuelta de la esquina, año de inauguraciones, habrá más de una al día, año de la competición, año electoral, año que se recogerá lo plantado y trabajado, o no, durante los últimos años. La cosecha política allá para Mayo. La cosecha para Valencia durante la gran competición y sobre todo, ya dependerá de nosotros, en los tiempos que vengan después. El evento, la Copa del América, será el gran escaparate. Merito o demérito de los valencianos será el que los clientes, los teleespectadores de todo el mundo, entren en la tienda y además compren.
Hay un grupo de amigos que quieren crear una asociación para reivindicar que todos los años sean años electorales. Algo masocas deben de ser para querer estar aun más en permanente campaña electoral como estamos. Justifican lo de la asociación, porque creen que a los políticos, la proximidad de las urnas les despierta los sentidos y la memoria hasta de un modo exagerado.
Los aviones están cruzando por encima de Valencia desde ni se sabe. Los vecinos de Malilla, Patraix, Tres Cruces, están afónicos de tanto repetir que un día de estos, un tren de aterrizaje les va a arrancar los hilos de tender, aseguran que hasta pueden distinguir las caras de pilotos y azafatas. Nunca les han hecho ni puñetero caso. Pero.... mira por donde, estamos a tiro de papeleta y ahora todos han caído con que el ruido que meten los aviones y a la altura que van, debe de estar al límite de lo correcto. Ahora, hasta se piensa que se puede hacer con el aeropuerto un “balonazo” como en Mestalla.
Solo es un ejemplo entre las muchas cosas que están ahí y no se despiertan hasta que llegan las vísperas electorales, cada cuatro años.
Fernando Martinez Castellano 13 Diciembre 2006Publicado en Las Provincias 15 Diciembre 2006
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