Aun estoy afectado por los lloros de los
norcoreanos tras el anuncio de la muerte de su mantecoso presidente rey
dictador. Me dieron el día y el año, tanta espontánea emoción como vimos, tanto
mar de lagrimas, tantos millones de corazones en un puño, aquello parecía el
túnel del tiempo.
Por lo demás, esto ya no es lo que era,
reconozcámoslo. Ni lo será. Más malas noticias, vamos a iniciar el 12, sin la
transmisión de los saltos de sky.
Aunque como siempre, no nos haya tocado una
cartera ministerial, la lotería se haya olvidado de nosotros, la prensa
nacionalista de Madrid reclame que Raúl debe de volver a la Roja y una folklórica
vaya a defender el honor patrio en Eurovisión, esto ya no es lo que era. La
desdicha de la supresión de los saltos ¿es quizás, un anticipo de los recortes
que nos van a caer por donde menos lo pensemos?. Pues claro.
Aunque con esto de los recortes, ajustes, o como
queramos llamar a los tijeretazos, que siempre se dan por el mismo lado, cada
día voy más despistado.
El mismo día que las indignadas farmacias
valencianas estaban cerradas reclamando la atención y el pago a la Generalitat
Valenciana, que les debe un pastonazo, ese mismo día, el Ayuntamiento de
Valencia, en un ejercicio de sensibilidad, solidaridad y no se cuantas cosas
más, procedía a llenar un trozo de la
ciudad con 160.000 euros de las muy perecederas flores de Pascua.
Como por una parte lees que Angela Merkel le está
metiendo prisas a Mariano Rajoy para que proceda, a toada máquina, en su plan
de corte y confección.
Como también lees que además de que casi estamos
tutelados por la jefa del gobierno alemán y que aquí no se va a dar un paso sin
tener el previo “jawohl” de Berlín, te
preguntas ¿Y de estos despilfarros florales de un consistorio que también dicen
que está bastante endeudado, tendrá noticias la cancillera Merkel?.
Se entere o no se entere la señora alemana, que
parece vestirse en las rebajas de los mercadillos, lo de las flores de Pascua
en Valencia, es un despropósito. Sobra obstinación, falta voluntad para
rectificar.
Eso mismo. Coman con discreción, beban con más
mesura aun, intenten ser felices, nos esperan tiempos de mucho frío.
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