04 septiembre 2011

¿QUE SE NOS PERDIÓ ALLÍ?

Nunca hemos tenido claro el motivo que llevó a España, a meterse en el embrollo de Afganistán. Estamos metidos en una guerra, en la que, pese a la carencia de noticias en los telediarios, se mata, se muere y se es herido. Dado que es un asunto duro, como es una presencia no querida por los ciudadanos, el silencio lo camufla.
 A Afganistán, no nos ha llevado ninguna misión humanitaria, ni pacificadora, aun menos la defensa de una cultura próxima a nosotros, ni tan siquiera la constatación de que por allá se encontraba Ben Laden, ¿existió?. Ni que su captura o su muerte llevara consigo el parálisis del terrorismo de Al Qaeda y la violencia de sus franquicias. La invasión de aquel país, ya estaba proyectada antes del 11.S.2001.
El fin de semana pasado, el domingo 28, la 2, emitió un documental, mil imágenes valen más que millones de palabras, en el que se destapaba el tarro de las esencias de lo que estamos defendiendo en el país asiático.
Estamos allí para “defender” las cordilleras más altas de la corrupción. Estamos allí, para amparar a un enorme tajo de sinvergüenzas de todas las nacionalidades, parapetados algunos de ellos tras oneges de nombre sonoro y comportamiento apestoso. Estamos allí para que los dirigentes afganos, descaradamente, desvíen miles de millones de dólares a sus bolsillos. Estamos allí para que entre mulos, miserias y tanquetas de ejércitos de cien banderas, las pandas de chorizos, a costa del opio y del robo de las ayudas internacionales, se construyan mansiones versallescas y circulen en cuatro por cuatro en los que cabe nuestra Plaza Redonda. Estamos allí para que contemplemos como Afganistán lo están reconstruyendo con más arena que cemento, con hospitales que se agrietan antes de utilizarse, con quirófanos con goteras, con carreteras que se deshacen en grumos antes de estrenarse. Estamos allí para que más que mafiosos contratistas de obras públicas subasten y sub-adjudiquen contratos y en cada una de estas subcontrataciones el cieno de la corrupción sustituye a la mínima calidad.
Aun estamos allí porque ZP quiso ganar puntos, que no le han valido de nada, ante el poder de Washington.
Aun estamos allí porque no tenemos una política internacional definida, porque nuestro papel, desde hace años, bien se limita a hacer de palmero, comparsa y bulto, o planteamos quimeras como aquello de las "civilizaciones".
Aun estamos allí pese al casi centenar de victimas, españoles, y a los muchos centenares de heridos españoles, que todavía llevan esquirlas de metralla en sus carnes.
Veremos si la retirada de tropas, entra en alguno de esos planes de recorte que nos van a sacar del precipicio.
3 Septiembre 2011

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