14 diciembre 2008

En este lado del Mundo

En este lado del mundo, cuando escuchas a alguien decir “uuuf, estoy pasando un hambre….”, pronto te vienen a la cabeza unas cuantas preguntas, ¿tensión?, ¿colesterol?, ¿estómago?, ¿imposición médica?, ¿ayuno voluntario? Ni ahora en plena crisis, crisis oscura, piensas nada más.
En este lado del mundo, por estas fechas, un año si y otro año también, nos desayunamos con noticias tales como “En los Países Nórdicos la instalación de adornos navideños incrementa los accidentes caseros”, “En los almacenes Wal-Mart de Nueva York, un empleado ha resultado gravemente herido al ser arrollado por una avalancha de clientes en el primer día de rebajas”, “En Viena hay quien paga un riñón y parte del otro por dos entradas para el Concierto de Año Nuevo”, “En Madrid los dentistas, esperan hacer en Enero el Agosto, por el consumo de turrón de Alicante”.
A esas, a las noticias tópicas hay que añadir otras más propias del momento en el que vivimos, en este momento que, a los que estamos en este lado del mundo, nos parece muy sombrío. Muy sombrío porque el mundo de fantasía en el que nos estábamos columpiando se cae a jirones. “Las manifestaciones no autorizadas en Madrid y Barcelona en solidaridad con el joven muerto en Atenas, han terminado con altercados, y varios heridos y detenidos”. “La crisis dispara la disfunción eréctil”. “En estas Navidades, caerá el consumo de ostras, caviar y angulas”. “El Gordo acabará en 0”.
Esto es lo que nos ocupa espacio, tertulias, telediarios, porque estamos en este lado del mundo. Lo que pueda suceder en el otro nos la trae al viento, sea lo que sea. Si nos afecta algún terrible acontecimiento “del otro lado”, es porque personas de “este lado” pueden haber sufrido daños, y por nada más.
La FAO acaba de emitir un informe en el que se asegura que 963.000.000, Novecientos Sesenta y Tres Millones de Personas pasan hambre. Ni por dietas, ni tensiones, ni colesteroles, ni kilos de más. Pasan Hambre. Morirán de Hambre. Son del otro lado del mundo. Nos pillan lejos. Ojos que no ven, corazón que no siente.
Los de este lado del mundo, somos incorregibles, por no querer oír, por no querer ver, por cómodos.
Estas cosas no se deben de escribir en estos días. Son tiempos de familia. Pero en el otro lado también hay familias.
Perdonen las molestias.
fmc
Publicado en Las Provincias 13 Diciembre 2008

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