18 octubre 2008

De cañas

Ni éste estreno de otoño, ni éste Octubre, podían ser distintos a otros octubres y otoños pasados. Con una puntualidad asombrosa nos ha visitado la “Gota fría”. Ni cambios climáticos, ni agujeros en la capa de ozono, ni las corrientes del Niño, ni la crisis financiera, nada le perturba a la hora de cumplir las citas. Ella, la Gota, se presenta todos los años, con la exactitud de los trenes ingleses en las novelas de Agatha Christie. Y todos los años, y mira que es reiterativa la gota, pilla a alguien “con el trasero al aire”.
Las fotografías de los destrozos, producen el efecto del esto ya lo viste el año pasado en la Marina, y el anterior en la Ribera y el anterior en….o quizás en los mismos sitios.
Estas toneladas de cañas arrancadas por el agua de las orillas de los ríos, de cauces secos y barrancos, arrastradas hasta cegar los ojos de más de un puente o donde rompe el mar, esas cañas ya las hemos visto. Nos descontamos de las veces.
Todo es, como en aquella película “Atrapado en el tiempo” en la que un gruñón periodista, se veía obligado a repetir, una, otra y otra vez el mismo día, “el día de la marmota”, hasta que al fin suavizó el carácter.
Igual nos está sucediendo en estas tierras. Estamos condenados a revivir, año tras año, los mismos diluvios, las mismas inundaciones, los mismos daños, hasta que aprendamos y se haga algo que no se hace: tener un mínimo de prevención.
No sé si el problema, de los cañotes, es de la Confederación Hidrográfica del Jucar, de la Consellería de Obras Públicas, de los Ayuntamientos, o de la Federación de Billar. De uno o de todos, pero ya está bien, que de una, se tomen las medidas de previsión que correspondan. No será porque no hay periodos secos.
No es excusa de que si diluvia, que si situación excepcional, que si historias. Ayudemos un poco a que todo transcurra como debe, eliminando obstáculos y cañas para que corran el agua y el barro.
Tenemos el clima que tenemos, y con eso hay que contar todos los años.
Total, que ya no me queda espacio para hablar de los directivos de Fortis, AIG, Lehman Brothers, que una vez que se les han socializado sus gigantescas quiebras, se largaron de farra lujosa, gulosa y lujuriosa.
¡A podar cañas! les deberían de haber enviado.
Publicado en Las Provincias 18 Octubre 2008

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