Buena fábula ha elegido el maestro M. Delegido como motor para la falla Quart Extramurs-Velázquez. Hay quien dice, que en las fallas entró por una puerta el corcho blanco mientras que por otra salían sus orígenes, el ingenio, la sátira, lo picante, lo políticamente incorrecto con el poder de turno. Según crecieron las hipotecas de los casales y los monumentos, estos se “vaciaron” y se fueron descafeinando los argumentos para no rozar ningún juanete. Están tan atrapadas las comisiones falleras, me contaba un viejo fallero, como para ir a pecho descubierto.
Decía, que me gusta la historia de la niña japonesa, en la que se ha basado el artista fallero para transmitir un poco de paz. Cuentan, la leyenda y M. Andrés Ferreira, que Sadako tenía que hacer mil grullas de papel para que los dioses le ayudaran a curar su enfermedad.
Y hablando de salud, tengo un amigo que escribe bastante sobre ella, que ante la matraca que doy, de cuando en cuando, con lo del riñón que nos cuesta cada uno de los cambios de las macetas del Puente del Capricho, no se le ha ocurrido otra cosa que recomendar, le ha enviado un escrito a la señora Alcaldesa, la definitiva sustitución de las flores, por sus sucedáneas de plástico. El reconocido buen gusto de mi amigo, le ha impedido sugerir que las flores también lleven incorporadas unas gotas de rocío de silicona y unas abejillas libando sus elastómeros néctares, porque puestos a ir de horteras, o entramos en el Libro de los Records o nos quedamos como estamos.
Continuamos con los records y con la silicona, me acabo de tropezar, esta mañana, con la portada de una revista en la que una señorita, pariente del muñeco de Michelín, de profesión “sus posados”, muestra satisfecha y pagada, sobre todo pagada, sus recién implantadas ubres tamaño XL, modelo vaca frisona. Tetas crecientes, libros guinnes y chorradas al uso. Plástico, silicona cómplices de lo falso.
Mientras la leucemia avanzaba, Sadako, plegaba el papel. Consiguió hacer 644 grullas.
Veremos la falla de Delegido y doblaremos papel hasta llegar al millar de grullas. Quizás, esta vez si, aquellos dioses de Sadako ayudarán a que esta España nuestra alcance esa Paz, que ya parece que tocar con las yemas de los dedos.
Fernando Martínez Castellano 15 Febrero 2006
Decía, que me gusta la historia de la niña japonesa, en la que se ha basado el artista fallero para transmitir un poco de paz. Cuentan, la leyenda y M. Andrés Ferreira, que Sadako tenía que hacer mil grullas de papel para que los dioses le ayudaran a curar su enfermedad.
Y hablando de salud, tengo un amigo que escribe bastante sobre ella, que ante la matraca que doy, de cuando en cuando, con lo del riñón que nos cuesta cada uno de los cambios de las macetas del Puente del Capricho, no se le ha ocurrido otra cosa que recomendar, le ha enviado un escrito a la señora Alcaldesa, la definitiva sustitución de las flores, por sus sucedáneas de plástico. El reconocido buen gusto de mi amigo, le ha impedido sugerir que las flores también lleven incorporadas unas gotas de rocío de silicona y unas abejillas libando sus elastómeros néctares, porque puestos a ir de horteras, o entramos en el Libro de los Records o nos quedamos como estamos.
Continuamos con los records y con la silicona, me acabo de tropezar, esta mañana, con la portada de una revista en la que una señorita, pariente del muñeco de Michelín, de profesión “sus posados”, muestra satisfecha y pagada, sobre todo pagada, sus recién implantadas ubres tamaño XL, modelo vaca frisona. Tetas crecientes, libros guinnes y chorradas al uso. Plástico, silicona cómplices de lo falso.
Mientras la leucemia avanzaba, Sadako, plegaba el papel. Consiguió hacer 644 grullas.
Veremos la falla de Delegido y doblaremos papel hasta llegar al millar de grullas. Quizás, esta vez si, aquellos dioses de Sadako ayudarán a que esta España nuestra alcance esa Paz, que ya parece que tocar con las yemas de los dedos.
Fernando Martínez Castellano 15 Febrero 2006
Publicado en Las Provincias el 17 Febrero 2006
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