A veces no sabes que es peor, si tener años o los recuerdos que te han aportado esos años que se acumulan en las venas y en el DNI. Cómo no hay porque elegir entre una cosa y otra, quedémonos con ambos, antes que los unos y los otros nos hagan malas pasadas.
Decía lo de la memoria, porque no hay que hacer mucho esfuerzo, para despertar las feroces campañas que se montaron, cuando se expuso el proyecto del tramo del Viejo Cauce, situado al oeste del Puente de Campanar. ¡Demasiado cemento!, ¡Mucha obra dura!, fueron los mensajes alarmados desde muchas columnas, micrófonos y por supuesto desde la oposición municipal que no era la de ahora. Tanta polvareda se montó, tanto se habló de los autores del proyecto, que su marca ha pasado a la historia del Viejo Cauce, dando nombre a este tramo, ¡Vetjes tu¡. Después de aquellas largas polémicas, después de unos cuantos otoños, la vegetación ha ocultado y sobrepasado el dichoso cemento. Quizás sea éste uno de los tramos del viejo Turia, más “verdes”, más apacibles. Cuando paseas por él, te olvidas que por encima de ti, transcurre un tráfico tan denso como ruidoso.
Ahora, quieren añadir un poco más de cemento a la obra, precisamente aquellos que más se desgarraron las vestiduras ante lo que consideraban una inadecuada utilización del Viejo Cauce. Pero el espacio que se quiere cubrir en el “Vetjes tu”, es muy pequeño ante otras atrocidades que nos esperan. Lo que debe de preocuparnos, es el control sobre la progresiva ocupación de zonas que deben de ser estrictamente verdes en un municipio en el que no es precisamente ese el color dominante. Quien dice Viejo Cauce, dice Viveros, dice Parque de Cabecera con su inquietante Museo de la FIFA que aparece y desaparece, y dice el progresivo recorte, con avance de la obra dura y durísima, en el aún proyecto del Parque Central que se prometía como el gran pulmón, como el Central Park valenciano y ya veremos o verán en que queda.
Un día de estos saldrá la Concejala Puchalt, diciéndome que en el 79 había menos verde en la ciudad, y tendrá razón y aun tendrá más si de paso recuerda que también había menos presupuesto, y menos coches, y menos asesores, incluso menos caprichos, porque no había un duro para tenerlos.
Fernando Martínez Castellano
13 Septiembre 2005
Publicado en Las Prrovincias 16 Septiembre 2005
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