05 febrero 2015

EL DEDO INDICE (de Mariano Rajoy)

Que semana tras semana se vaya retrasando la designación de Alberto Fabra como candidato del PP a la Presidencia del Consell, está claro que obedece a los inciertos resultados que proporcionan las diarias encuestas que se encargan, desde Génova, Madrid, con el fin de otear por donde soplan los vientos en esta parte de la península. Los vientos, por aquí, son desconcertantes, pasmosos por lo cambiantes, no por otra cosa, que aquí somos muy, pero que muy, sufridos. Mira que nos han hecho, y nos han dejado de hacer, y cargamos con todo. Aquí solo quemamos las fallas y hay quien cree que es para dejar espacio para plantar la del siguiente año.

Ahora el suspense, está en que la designación se retrasa, hasta el punto que hay quien está muy de los nervios. Se trata de posar el gran dedo índice en un candidato. Pero, ¡ay! no es lo mismo que el candidato gane, a que el candidato pierda. No es lo mismo, ni parecido. Y claro, si algunos no ven a Fabra como el gobernador de una comunidad autónoma, esos mismos, aun lo ven menos como aguerrido porta estandarte y persistente batallador en la oposición.

De cualquier modo, sea el resultado que sea el que nos deparen las urnas en mayo, tiene muchas narices que el candidato a liderar a los valencianos, que deberá o debería adoptar decisiones algunas veces enfrentadas a las del Gobierno Central, sea designado, precisamente, desde ese Gobierno Central. Por lo que está mucho más claro, que se designa, en caso de que las encuestas sean favorables, a un candidato que sea cómodo, que no cause problemas, que sea incapaz de levantar la bandera de El Palleter, que sea un angelsiseñor, que tenga la paciencia de san Job, y unas tragaderas como el cañón del Colorado.

Y todo esto, porque a estas alturas de la película, seamos claros y no continuemos engañándonos a nosotros mismos, la Autonomía Valenciana, como tal, desde hace años que no existe, que solo es una manera más de delegar formas paro no fondos, por el Gobierno Central. El Consell, las Consellerías son el equivalente de las antiguas delegaciones de sanidad, educación, vivienda, obras públicas, etc., etc.. No continuemos engañándonos, de discusiones sobre señas de identidad, discusiones bizantinas por lo obvio, de ahí no pasamos, ni pasaremos.

Si el PP es un partido centralista, el PSOE no ha sido menos, aunque haya perdido tiempo en disimulos. Ninguno de los dos han creído nunca en la España de las Autonomías, ni remontándonos a los tiempos de Suarez, Abril Martorell, González, Guerra y no digamos Fraga o Carrillo. Pero lo que viene, anuncia que viene, o puede venir, tres cuartos de lo mismo. Podemos es más madriles que el oso y el madroño, centralista hasta la médula, UPyD desconfía de todo más allá de la madrileña M30, los otros, los otros, igualito.


Es la larga marcha desde Octubre del 77, en la que los valencianos pedíamos, reclamábamos nuestra Autonomía, hasta el momento que vivimos.

Publicado en Las Provincias 4 Febrero 2015

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