José María García, “Butanito”, es todo un
personaje, siempre enfrentado, a su aire, al gobierno de turno. Se aplaudieron
sus coletillas, sus adjetivos y frases que fueron copiadas por sus imitadores y
competidores. “El rumor es la antesala de la noticia” ¿Cuántas veces repitió
esto? Miles de veces. Un número tan alto, como el de los densos nubarrones de
rumores que se agitan sobre nosotros.
Mariano Rajoy, ¿alguien duda de su triunfo en
Noviembre?, está e insiste en estarlo, como flotando en el espacio exterior, no
sé si a la espera de ser llevado a hombros de las masas a la Moncloa, de que se
le aparezca el Mago de la Lámpara, de que milagrosamente escampe o algo así de
sobrenatural. Lo cierto es que, vaya al foro que vaya, “no sabe, no contesta” y
todas las preguntas, poda de funcionarios, dificultades para pagar sueldos y
pensiones, las remite al momento en que se haga público su Programa, en unos
treinta y tantos días. Cuando llegue el día y después de una supuesta
esclarecedora lectura del Programa, quizás desentrañemos algunas planes que para
el negrísimo 2012 nos esperan.
Mientras, en estos instantes, viviendo, oyendo,
leyendo, entre lo que se va y lo que viene, en el arranque de una dura campaña
electoral, galopan los rumores, algunos muy extendidos, unos con ánimo de poner
palos en las ruedas, otros aventurando saber lo que puede suceder, otros
viviendo un “triller”, asustados y necesitando compartir sus miedos.
Y ojo, que dicen los que saben de la cosa, que
hasta ahora no ha pasado nada, que lo que ahora se está recortando ya está más
visto que los divorcios de Belén Esteban. Recortes que a la hora de la verdad
quedan en recortitos. Tijeretazos en las orillas para no atacar al núcleo.
Tijeretazos que solo son desmontes de cosas que ya hace tiempo que debían de
haber sido eliminadas. Tijeretazos, alza de tasas, “imprescindible” subida de
impuestos, mientras los ciudadanos paganos, nos enteramos de los astronómicos
sueldos de cargos inútiles, ocupados por individuos aun más inútiles.
No sé a quien
ha dicho estos días, que hay más indignados callados en las casas que en las
calles.
El mechero y la estopa están juntos. Que no pase
nada.
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