17 abril 2008

el mejor destino

Me he quedado con una frase de Gómez de la Serna que reprodujo Carlos Pajuelo en su Chispa del miércoles, “El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes, acostado en una hamaca mirando al cielo”. Ese empleo debe de ser lo más parecido al de parlamentario en las Cortes Valencianas, pese a que en el convenio de supervisor de nubes, no se contemplan dietas y kilometraje. La dicha no es completa.

Allá, en la mañana del lunes, me propuse escribir sobre las serpientes que han aparecido en pleno casco urbano. Una de ellas venenosa, la otra una cordial amiga o cosas así. Otra pieza más para el contenedor de las leyendas urbanas, en el apartado de los caimanes en la red de alcantarillado y las pirañas en una piscina pública.

Allá, en la tarde del lunes, me dije que lo de Berlusconi, era para teclear unas líneas. Lo incluí en el blog y entraron comentarios.

Allá por el martes, pensé en los propósitos que han manifestado Zapatero y Rajoy de reunirse con más frecuencia de la que lo hicieron en la legislatura pasada. Pensé en el abanico de Pactos de Estado que los dos, Rajoy y Zapatero, consideran como necesarios y urgentes. Pensé que si establecían prioridades a la hora de abordarlos uno a uno, el primero de la fila, el Compromiso, con mucha mayúscula, más necesario en estos momentos, tiene que ser el pacto estatal de mejor utilización del Agua, el pacto de enlace entre cuencas hidrográficas, trasvases, transfusiones, conexiones, desaladoras, disposición de excedentes, como quieran denominarle.

Ya no más, ni medias tintas, ni verdades a medias, ni propagandas enteras. Aquí lo único que cabe son soluciones sin maximalismos, sin intransigencias, con la voluntad de ser capaces de revolverse contra posturas propias anteriores. Los unos, los otros y los otros de los otros.

Es una autentica vergüenza el constatar los choques, por ahora dialécticos, entre Comunidades Autónomas. No conduce a nada, a nada más que a la demagogia, a las no soluciones.

Entre ustedes, los políticos, están calentando una olla de la que puede salir de todo. Se está jugando con fuego y faltará agua para apagarlo.

Allá por el miércoles, leí una frase “Pensamientos tontos los tenemos todos, pero el sabio se los calla”. Pues eso.

Fernando Martínez Castellano 16 Abril 2008

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