08 enero 2015

DESDE HOY

Ya se acabó la fiesta. Hoy las rebajas, que no duden serán, como todas, las más grandes de la historia, y a comenzar una semana en miércoles para volver a la normalidad, a eso que nos lleva de sobresalto en sobresalto, a lo que llamamos la normalidad.

En los últimos años, hemos tenido que escuchar, ver, y leer, tanto y de todo, que parece, hasta el próximo telediario, que ya estamos curados de espanto, de lo cotidiano, que nos hará reparar que aun no hemos tocado techo ni aun nos hemos sumido del todo en la sima.

Pero no seamos cenizos, ahora toca optimismo. Así estaba escrito en el libro de los Destinos Electorales, y todos lo sabíamos, por muy jodida que estuviera la cosa, en el Quince tocaría alegría. Aunque estemos, como decía el bueno de Miguel Sirera, hechos tabaco, ahora toca vender jovialidad y poner mucho ¡ji, ji, ja, ja!, en cada una de las páginas del argumentario y decirlo, porque los argumentarios, están pensados y hechos para que sean remachados una y mil veces, con la idea de que vayan calando en los que los escuchan, que al fin y al cabo, son los que darán las papeletas a las urnas, y el negoci es el negoci.

Hoy, arranca la carrera hacia el 24 de Mayo, así que ¡alegría!, ¡alegría!, aunque a algunos, quizás a muchos, nos entre una depre de miedo, no porque nos duela el juego oficial, allá cada uno con sus mentiras o sus verdades, sino porque nos vamos a hundir en angustiosas reflexiones, repasando que algo estamos haciendo mal, que debemos de ser unos manirrotos compulsivos, ya que a nosotros no nos salen los números con tanta euforia como nos están queriendo hacer que creamos. Los meses se han alargado, o las pagas se han encogido, o las dos cosas a la vez. Dentro de nada, recibiré una carta de la ministra Bañez que, con su habitual gracejo onubense, me comunicará que se me incrementa la pensión un 0,25%, con lo cual si, con eso, no me cuadran las cuentas será porque sigo siendo un derrochador. Y es que, lo parece, somos casi todos, unos malgastadores de tres pares de narices. Casi todos unos alocados con los euros, excepto los que se los gastaron a manos llenas, los que los tienen escondidos en vete a saber donde, y los que aun siguen, por ahí y por aquí, tan encantados de haberse conocido.

Preparados, desde hoy mismo, nos bombardearan diciéndonos lo buenos que son todos, los de la casta, los de las tríbus, los de Berlín, los de Atenas, los de Bruselas. Y alguna que otra amenaza. Que no nos pillen distraídos, veamos más allá de la retórica, de momento se trata de lo cercano, de las calles, los pueblos, la Comunidad, la financiación, de los desdenes, del olvido.


Si hasta ahora, alguna vez cogimos la papeleta electoral un poco a ver que salía, este año habrá que saber muy bien que se hace. Nos jugamos mucho. Por delante veintipocas semanas, desde hoy, pensemos, repasemos y obremos en consecuencia. 

Publicado en Las Provincias 7 Enero 2015

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