Ya se acabó la fiesta. Hoy las
rebajas, que no duden serán, como todas, las más grandes de la historia, y a
comenzar una semana en miércoles para volver a la normalidad, a eso que nos
lleva de sobresalto en sobresalto, a lo que llamamos la normalidad.
En los últimos años, hemos tenido que
escuchar, ver, y leer, tanto y de todo, que parece, hasta el próximo
telediario, que ya estamos curados de espanto, de lo cotidiano, que nos hará
reparar que aun no hemos tocado techo ni aun nos hemos sumido del todo en la
sima.
Pero no seamos cenizos, ahora toca
optimismo. Así estaba escrito en el libro de los Destinos Electorales, y todos
lo sabíamos, por muy jodida que estuviera la cosa, en el Quince tocaría alegría.
Aunque estemos, como decía el bueno de Miguel Sirera, hechos tabaco, ahora toca
vender jovialidad y poner mucho ¡ji, ji, ja, ja!, en cada una de las páginas
del argumentario y decirlo, porque los argumentarios, están pensados y hechos
para que sean remachados una y mil veces, con la idea de que vayan calando en
los que los escuchan, que al fin y al cabo, son los que darán las papeletas a
las urnas, y el negoci es el negoci.
Hoy, arranca la carrera hacia el 24
de Mayo, así que ¡alegría!, ¡alegría!, aunque a algunos, quizás a muchos, nos
entre una depre de miedo, no porque nos duela el juego oficial, allá cada uno
con sus mentiras o sus verdades, sino porque nos vamos a hundir en angustiosas reflexiones,
repasando que algo estamos haciendo mal, que debemos de ser unos manirrotos
compulsivos, ya que a nosotros no nos salen los números con tanta euforia como
nos están queriendo hacer que creamos. Los meses se han alargado, o las pagas se
han encogido, o las dos cosas a la vez. Dentro de nada, recibiré una carta de
la ministra Bañez que, con su habitual gracejo onubense, me comunicará que se me
incrementa la pensión un 0,25%, con lo cual si, con eso, no me cuadran las
cuentas será porque sigo siendo un derrochador. Y es que, lo parece, somos casi
todos, unos malgastadores de tres pares de narices. Casi todos unos alocados
con los euros, excepto los que se los gastaron a manos llenas, los que los tienen
escondidos en vete a saber donde, y los que aun siguen, por ahí y por aquí, tan
encantados de haberse conocido.
Preparados, desde hoy mismo, nos
bombardearan diciéndonos lo buenos que son todos, los de la casta, los de las
tríbus, los de Berlín, los de Atenas, los de Bruselas. Y alguna que otra amenaza. Que no nos pillen distraídos,
veamos más allá de la retórica, de momento se trata de lo cercano, de las
calles, los pueblos, la Comunidad, la financiación, de los desdenes, del olvido.
Si hasta ahora, alguna vez cogimos la
papeleta electoral un poco a ver que salía, este año habrá que saber muy bien que
se hace. Nos jugamos mucho. Por delante veintipocas semanas, desde hoy, pensemos,
repasemos y obremos en consecuencia.
Publicado en Las Provincias 7 Enero 2015
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