10 diciembre 2014

SHOW BOCHORNOSO

Este parece el menos malo, pensamos. Altea, pulsó el ok del mando. Más o menos, nos estábamos distrayendo con un programa mezcla de entrevistas y humor, que ya enfilaba hacia su apoteosis final, hacia el numerito de remate.
Y llegó. Vaya si llegó. Los presentadores eligieron entre el público a un par de voluntarios. Se trataba de subastar, a la baja, entre ellos y dejarse cortar el pelo al cero, en aquel instante, testigos los asistentes en el plató y en las pantallas de las casas de cientos de miles, quizás millones de telespectadores.

Las imágenes, los minutos, que siguieron, no pudieron ser más humillantes, más indignos. Para todos.

Una persona, una mujer, consintió que le raparan el pelo por un puñado de euros. “Es por vosotros, hijos” dijo mirando a la cámara, poco antes que el par de presentadores entraran, con la maquinilla en ristre en su cabellera.

Los que estaban en el plató, no se lo creían. Unos se reían y muchos se tapaban la cara. Los que estaban en sus casas, esperaban que asomara el truco, que la señora llevase una peluca de atrezzo, que alguien dijese ¡Basta, hasta aquí! No apareció nadie cantando “Inocente, inocente”. El rapado fue un autentico corte al cero. Baile, canción, fin del show y a otra cosa mariposa.
Quiero pensar que el aplauso final fue de la lata de aplausos, no del entusiasmo de los asistentes en la grabación.

Quiero pensar que los presentadores se sintieron muy avergonzados por el papel que les hizo desempeñar el guión, el share y el vil metal.
 
Apagamos la tele y no la rompimos porque no estamos para gastos.

Altea, giró hacia mí, y me dijo, “Este País, Fer, está perdiendo la dignidad a chorros, lo que le han hecho a esta mujer es miserable, si ha sido por una bufonada es miserable, si era una figurante es miserable, si lo han hecho por la audiencia es miserable, si los espectadores no reaccionamos nosotros también somos miserables. No puede ser que encima de la desdicha se haga espectáculo. Tocamos fondo”

Entonces, me acordé de una película de Sydney Pollack, “Danzad, danzad malditos”. Peliculon de los primeros años setenta. Entré en Internet, busqué en Filmaffinity y esta es la sinopsis de aquella película basada en una novela de Horace McCoy, “EE.UU., en plena época de la Gran Depresión. En medio de un ambiente de terrible miseria, gentes desesperadas, de toda edad y condición, se apuntan a una maratón de baile con la esperanza de ganar el premio final de 1500 dólares de plata. Mientras los concursantes fuerzan los límites de su resistencia física y psíquica, una multitud morbosa se divierte contemplando su sufrimiento durante días”

La gran depresión de los años treinta, tuvo efectos devastadores dentro y fuera de los USA.

La gran depresión de ahora mismo, ni se sabe hasta donde vamos a perder.


Ayer por la mañana, leí que al show indigno se le escapa la audiencia, también a chorros. 

Publicado en Las Provincias 10 Diciembre 2014

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