29 octubre 2014

ALGUNAS COSAS NO NOS GUSTAN

El titular no es mío. Me lo ha prestado Mariano Rajoy, al que le cuesta tanto que algunas palabras salgan de su boca. El día que escuchemos, al impávido Rajoy,  aunque sea vía plasma, decir los vocablos “corrupción”, “caja B”, “dinero negro”, “Granados”, “Barcenas”, nos dará un pasmo.

Cada día, aparece otro cadáver en el armario. Destapando cadáveres, la capacidad de aguante de los españoles se pone a prueba, día si y día también. El Santo Job fue español, no cabe la menor duda. En las dobles o cuádruples hélices del ADN, llevamos unas dosis de paciencia no superadas por pueblo, etnia, raza, casta, estirpe que pisa la corteza terrestre.

La corrupción nos está robando todo a todos. Qué a nadie, cuando llegue Mayo, le sorprendan los resultados, los batacazos, electorales. Qué entonces, a nadie se le ocurra decir “no me explico cómo….”. El presente, leyendo, oyendo, viendo el presente, estamos viendo, oyendo y leyendo los previsibles resultados del futuro, las consecuencias del hoy.

Pero no solo es cuestión de recuento de votos, esto es ya mucho más gordo, es contemplar cómo se ha esquilmado a un País, cómo se ha empobrecido a España, por un tajo de impresentables. Y no pasa nada, quizás algunos acaben en el trullo, pero con los bolsillos llenos de por vida. Aquí, no hay quien devuelva lo robado. Hace un rato, tertuliando, nos preguntábamos unos amigos, de todos los colores políticos por cierto, ¿Gürtel es el tronco de una gigantesca sequoia,  o solamente es una rama más del árbol? ¿Hay muchos gürtels? Cada vez está menos claro. ¿Alguien está tirando, por fin, de la manta? Van a aparecer más montones de basura. No es pregunta, es afirmación.

Hagamos acopio de tila, porque la vamos a necesitar a chorros. Un tazón, por si acaso, antes de ver los telediarios. Dos tazones, por la hipertensión, antes de abrir Internet y leer las últimas noticias. Tres tazones para no recordar  los sumideros por los que se escapan nuestros impuestos y los recortes que nos han pegado. No más tazones, la infusión de tila induce al sueño y dadas las noticias que percibimos, los sueños pueden acabar siendo pesadillas.

No debemos ser ni tolerantes, ni blandos con el enriquecimiento rápido de algunos, hay quien dirá muchos, políticos, que solo han acudido para mangar. No más. Ni uno más. Por menos, en otros países habría diluvio de dimisiones. No basta con pedir perdón, esto no es una cacería en Botswana, esto es mucho peor. Es la hora de ceses, dimisiones y convocar elecciones. Es la hora de la Renovación por motivos de salud del pueblo español, por la Democracia española. 

Y me revienta estar tan harto, estar viviendo tiempos de tanto hartazgo. Hubiera querido escribir, sobre Claudio Scajola, y su asombroso piso frente al Coliseo, en Roma, corrupción a la italiana. Les estamos superando.

Fernando Martínez Castellano

Publicado en Las Provincias 29 Octubre 2014

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