Tengo un vecino que cuando entra en el ascensor, tanto
si está solo o acompañado por otros vecinos, al momento se pone a silbar el
Concierto de Aranjuez, no va más allá del Allegro
con spirito, la máquina es rápida y el trayecto es corto.
En un principio,
algunos vecinos pensamos que ésta igual era una manera de espantar una terrible
claustrofobia.
El pretexto saltó hecho añicos al descubrir que cuando saca a
pasear a los perros, sin importarle que el día sea lluvioso o soleado, inicia
el canto con una potencia digna del Palau. Igual silba que canta. Posee un
amplio repertorio de canciones napolitanas y las romanzas, de las zarzuelas más
conocidas. Escuchar en la distancia en una mañana lluviosa, “O sole mío”,
cantada a pleno pulmón, le da al día una pintada de optimismo, que nunca viene
mal, y menos ahora que casi, insisto en el casi, todos nos arrastramos con la
moral por los suelos.
Pero además de optimistas como mi vecino, hay
otros que cantando dicen que espantan sus males.
Y también hay otros optimistas, los miembros de
todas las direcciones del Partido Socialista a lo largo y ancho del suelo
patrio, incluidas Baleares y Canarias, con su hora menos.
Porque está claro, que todos disfrutan, radiantes
y complacidos de haberse conocido, pese a los recientes talegazos de tomo y
lomo y lo que caerá dentro de un mes en las tierras catalanas. Todos tan
felices y callados porque en su amén están sus lentejas.
Y Rubalcaba, triste, abrumado, desorientado,
encadenado, pegado, aferrado, eso sí, por voluntad propia, al puesto de mando
de un barco, más cascado que estos que hemos tenidos encallados en El Saler,
que no sabe si salir o entrar, si tienen que ir las dragas a por él, o tiene
que mandar tocar a la orquesta para hundirse con un mínimo de dignidad. Un
general sin ejército.
Los dos grandes partidos han sido durante años,
oficinas de colocación. Se milita, sin un ápice de romanticismo, por interés a
ver si cae algo en algún sitio, un puesto para trabajar poco y cobrar por
encima de la media. En estos momentos, el PSOE poco puede ofrecer, y en el
futuro aun menos. Vacío de poder, poder vacío, camino a la nada.
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