A veces te dan ganas de pensar que hemos sido
objeto de un ensayo, la invisibilidad de los cinco millones de habitantes de la
Comunitat Valenciana, ensayo en el que deben de haber intervenido los
prestidigitadores, magos, nigromantes que destacan, ahora mismo en los cinco
continentes. La escuela de David Copperfield al completo.
Nada por aquí, nada por allá, y ¡plas!, más de
cinco millones de personas, más de 23.000 kilómetros
cuadrados, invisibles, incorpóreos, metidos con un golpe de escoba debajo de la
alfombra. Hemos desaparecido, no contamos ni para los hombres/mujeres del
tiempo. Cuando hablan de bajada de temperaturas, por aquí llegamos a los
treinta y tantos grados, cuando hablan de calor, las nieblas nos impiden ver la
esquina de enfrente y la humedad se nos mete en las vértebras.
Esfumados de los noticieros nacionales, solo nos vuelven
a poner en el mapa para señalarnos como el mal ejemplo, siempre por culpa de algún patético individuo ridículo, entonces parece que todos hagamos el ridículo. Sólo para que nos sintamos
abochornados de vivir bajo el mismo cielo que algunos elementos.
Quizás nos podríamos consolar diciendo que más
vale no aparecer, que aparecer como aparecemos.
Y cuando aparecemos, lo hacemos, hasta en las
televisiones parroquiales de Polonia, con una comedia buffa, el hazmerreír de
todo el mundo, ni las peores películas de Esteso y Pajares tenían guiones y
actores tan esperpénticos y si faltaba algo, un italiano pizzaiolo incluido, para que no faltase
nada.
Que manera de dar risa. Que espanto. Que modo de desprestigiar una Comunidad, una Ciudad.
Los políticos valencianos son impresentables, pero muchos ciudadanos hacen méritos diariamente para superarlos en sus desvergüenzas.
Decimos o dicen algunos, ¡¡Ay, somos como Sicilia!! En la ignorancia, en
lo grotesco. En Sicilia, ya le habrían enviado un pescado muerto, alguien
tendría la nariz cortada, o habría sido visitado por algún soldado de
Cinquemani.
Pasará esta historia, para no dormir, y
seguiremos con la venta del Valencia C.F. s.a.d. que también es otro serial,
que va a dar mucho de si. Y recemos para que no se le crucen los cables a alguna
tribu del Este que va en las ofertas.
Dice un amigo, “Si los valencianos nos “fuésemos”,
en España, solo nos echarían de menos los programas de humor”.
fmc.
Publicado en Las Provincias 12 Abril 2014
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