En los días que España se despertaba con otro
hecho, incomprensible y esperpéntico, como es la extraña historia montoresca de los
“deneises” que casi superaban a los grouchonianos-cospedalescos finiquitos simulados
diferidos, con Agencia Tributaria, notarios, registradores, requerimientos
judiciales, metidos por en medio.
En los días que Rajoy decía a quien se lo quisiera
creer, que lo peor de la crisis había pasado.
En los días que el FMI, ese organismo que un día
tuvo la suerte de ser presidido por Rodrigo Rato, ese ente al que la Crisis
mundial le pilló en Babia, esa cosa, el FMI, que no tenemos ni idea para que sirve, se
le ocurrió decir que los salarios de los españoles de a pie deberían ser recortados un
poquito más.
En los días que entre los unos y los otros, los
de esta Comunidad y los del resto de España, se afanaban para que la corrupción
española sirviera para animar los telediarios de medio mundo, porque mientras
se mira la paja ajena el personal se distrae de las vigas propias.
En los días que el Presidente del Gobierno
trataba de explicar la reforma de la Administración, reforma que no es “ná”,
reforma tememos que va a quedar solo en el papel, porque desde Moncloa parecen
olvidar que “para hacer tortilla hay que romper huevos”.
En los días que se publicaban los millonarios
sobresueldos de los políticos del PP, que llegaron a la política con afán de
servir a todos.
En los mismos días que la mitad de los españoles se preguntaban qué
pozo de petróleo habían descubierto los populares para poder pagar, poco
importa a estas alturas, si fueron declarados o no, unos sobresueldos tan
jugosos y tan desproporcionados con respecto a los salarios medios de los
españolitos que les votaban o no.
En esos mismos días el Banco de Alimentos en
Valencia lanzó un SOS mostrándonos las estanterías de sus almacenes totalmente
vacías.
En esos mismos días, el Presidente de la Casa de
Caridad de Valencia expuso en los medios de comunicación las alarmantes cifras
de atenciones prestadas.
En los mismos días, nos dijeron por enésima vez que aquí, en España, en Valencia, hay Hambre.
En esos días, ayer, hoy, perdimos la esperanza.
Fernando Martínez Castellano
20 Junio 2013
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