No hay nada más parcial que las memorias de un
político. Memorias o desmemorias, pues se intenta justificar lo que se hizo, y
explicar porqué no se hizo lo que no se hizo. Además de que si se emborrona la
memoria se abre la puerta de la ficción.
Bono, no confundir con el miembro de U2, que es
un “artista”, otros más malévolos dirían algo peor, ha metido en una coctelera mucho
ego, cotilleo, historietas de otros, más
ego, morbo por la trastienda política, otra ración más de ego, les ha dado
forma de “diario de adolescente” y un habilísimo editor las ha lanzado al
mercado para remplazar, en los “tops de ventas”, el porno-blando de Las 50 sombras.
Me ha bastado ver dos intervenciones de “Pepe”,
en dos programas, en dos cadenas de televisión, en las que anticipaba alguno de
los chismes que ha ido cuidadosamente eligiendo, dice, entre los miles y miles
de páginas mecanografiadas, cada mañana, durante años, por su fiel secretaria, por
cierto pagada con dinero público, por lo que deduzco que todos hemos contribuido
a las “impactantes memorias”.
Bono, ya demostró, y sigue demostrado ser un
egocéntrico al que le gustan los focos de la tele, más que a Belén Esteban.
Bono, quiere hacer creer que él ha sido el
epicentro de las decisiones políticas en España. Quiere contarnos, y que
perpetúe en la historia, que él ha sido el consejero buscado por todos, incluida
la Corona, los que se han cruzado en su camino.
Dicen, los que le han leído, que Bono contando
anécdotas de otros, cuida muy bien no entrar en terreno propio. Y es una
lastima, porque nos podría ilustrar a muchos. En estos tiempos de pesares y
ruina, vendría muy bien que contase la cosa esa del enriquecimiento, de cómo estirar,
las pesetas y luego los euros, hasta el escándalo. Aprenderíamos que nunca
viene mal.
Y, tampoco nos vendría mal a los valencianos, que
nos contase porqué tantos años utilizó la excusa de las Hoces del Cabriel para
bloquear el avance de la A3 y del AVE,
bloqueos que milagrosamente finalizaron cuando llegó Zaplana, que no era
de su partido, a la Presidencia del Consell. Que cuente, ya que en esos
asuntos, también debió de haber jugosos
chismes.
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